Capítulo Sexagésimo Cuarto: Stanley

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Al parecer mi caminar era lo único tranquilo en mi durante ese momento, puesto que al volver a casa en busca de mi florete nadie pareció percatarse del estado en el que me encontraba dándome total libertar de salir y entrar como si nada. Mas de camino a la corte mi furia sí que se notaba en mi andar, logrando que varias miradas curiosas se posaran sobre mí. Supongo que para la mayoría de los habitantes hera raro el verme de tal modo ya que solía tener fama de ser un chico tímido, noble e ingenuo, algo que probablemente ya no pensarían de mi despues de lo que estaba a punto de hacer.

"Sí que será lamentable el hecho de perder el perfil bajo que tenía hasta ahora, pero ya es tiempo que Lucían pague por todos sus crimines"

Cuando llegue a la corte irrumpí en ella sin preocuparme si tenía permitido el acceso o no y fui directo hacia un par de oficiales que se encontraban rondando por el lugar dispuesto a interrogarles sobre el paradero de los instigadores italianos. Sin embargo ninguno parecía tener idea de donde podrían encontrarse por lo que me dispuse a buscar a Florián, el muchacho que me informo sobre el estado de Lefou anoche, ya que al ser informante seguramente conocía el lugar donde los habían llevado. Como hera un nuevo integrante de la guardia lo más probable es que estuviera trabajando ahora mismo en la corte, ya que los novatos casi nunca tienen días de descanso, así que seguramente se encontraría rondando por algún lado del lugar.

Despues de un rato buscándolo por todos lados logre encontrarle en la caballeriza de la corte preparándose para salir, rápidamente me acerque a él interrumpiendo su partida y con un tono de desesperación entremezclado con enfado le pregunte si sabia donde habían detenido a los italianos, dándome como respuesta que se encontraban bajo la corte en la prisión subterránea.

Sin perder el tiempo me dirigí de inmediato hasta el lugar mientras desenfundaba mi florete con el único motivo de estar preparado para el momento de confrontar a Lucían, pero nada más llegar a al sitio un par de guardias en la entrada me negaron el acceso, por lo que tuve que entrar a la fuerza ocasionando que me persiguieran, mas cuando había llegado al final de la escalera cerré la puerta del pasillo que lo conectaba con la prisión para que a si no intervinieran más. Una vez dentro no tarde en reconocer al grupo de italianos que buscaba, puesto que entre todos los reclusos eran los únicos que vestían con uniformes de lacayo, además de que claramente sus rostros mostraba rasgos extranjeros que les delataban.

- ¡Donde está su superior! ¡Les ordeno que me lo digan! – Les gritaba envuelto en furia a la vez que sostenía mi florete frente a ellos acercándolo peligrosamente a ellos en modo de amenaza, pero por más asustados que lograba ponerlos ninguno se dignaba a hablar, logrando con esto que únicamente me enfureciera aun mas. - ¡Por un demonio! ¡Díganme de una maldita vez donde está Lucían!

- ¡Hey muchacho! No te dirán nada– Dijo una voz a mis espaldas haciéndome voltear de inmediato sin bajar la guardia. – Ninguno de ellos habla francés, no pueden entenderte.

- Pero usted si, o me equivoco CoMaestre Mercader. - El propietario de aquellas palabras, y ahora el blanco de mi florete, no hera más que un anciano de sucias pero finas vestimentas que por su extraño modo de pronunciación al hablar delataba que pertenecía al grupo de comerciantes y no siendo un simple lacayo como los otros, si como el segundo al mando ya que no hallaba otro motivo por el cual un hombre con tal dominio del francés viajara como simple escolta.

- Veo que eres inteligente muchacho ¡Bravissimo! – Pronunciaba aquel hombre mientras palmeaba con sus manos a modo de felicitarme por acertar al cargo que desempeñaba. – Ahora dime ¿Por qué buscas tan urgentemente a mi Signore Lucían?

- ¡No es de su incumbencia! – Dije aun mas enfadado que la primera vez a la par que acercaba peligrosamente mi florete hacia su cuello entre los barrotes de la celda. – Solo dígame donde está.

Je ne sai quoi. (Stanley X Lefou) (Gaston X Lefou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora