Capítulo Sexagésimo Séptimo: Stanley

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Abrí los ojos y lo primero que divise frente a mi fue un inmenso techo desgastado que alojaba en cada rincón centenares de telarañas con varias inquilinas que parecían mirarme fijamente por más loco que pareciera. He de decir que no me sentía para nada intimidado por su presencia, sin embargo sí que tenia curiosidad por saber en qué lugar me encontraba ya que hera bastante obvio que no estaba en mi habitación ni en algún otro lugar que se me hiciera familiar. Normalmente me hubiera levantado de inmediato a inspeccionar el lugar pero en estos momentos me sentía sumamente extraño, hera como tener esa típica sensación que te da al recién levantarte multiplicada por cien, además que a esto se le sumaba un intenso dolor en todo el cuerpo que tendía a concentrarse más en ciertas aéreas como los puños, el pecho y las rodillas. Pese a que me encontraba recostado sobre una especie de camilla de madera mi posición no me impido el poder inspeccionar el lugar con la mirada, llevándome así a darme cuenta que me encontraba dentro de una especie de celda o algo parecido ya que no se me ocurría otro lugar que estuviera confinado por barrotes, mas no estaba realmente seguro de mi suposición puesto que no distinguía el lugar con claridad debido a que apenas si era iluminado por una pobre luz proveniente de una antorcha del exterior y al parecer no había ninguna ventana.

Inquieto por mis sospechas trate de ponerme en pie para ir en busca de respuestas pero nada más erguirme un fuerte dolor en el costado me hiso caer de rodillas al azuelo, baje la vista para ver que me sucedía y me encontré con una venda envuelta alrededor de mi pecho que sustituía a mi camisa. No entendía lo que estaba pasando y simplemente trate de ignorarlo todo incorporándome otra vez, pero nuevamente el dolor volvió a atacarme haciéndome caer de nueva cuenta al suelo, solo que esta vez golpeando la camilla de madera provocando así un gran estruendo que resonó por todo el lugar debido a que las cadenas metálicas que la sujetaban chocaron contra la pared de piedra.

- ¡Stanley! - Grito una voz desde fuera tras el golpe, una voz que no tarde en reconocer pues pertenecía a la persona que más quería ver en ese momento. Era Lefou quien tras encontrarme tirado en el suelo se apresuro a abrir la reja de la celda para ayudar a ponerme de pie y volver a colocarme sobre la camilla. - ¡¿Te encuentras bien?! - Dijo con preocupación una vez se aseguro que estuviera cómodamente sentado. – El doctor dijo que no debes hacer movimientos bruscos o puedes lastimarte.

- ¿Doctor? ¿Lastimarme? ¿De qué estás hablando? – Pregunte totalmente desconcertado para posterior mente inspeccionar mi cuerpo el cual mostraba claras señales de golpes sobre el abdomen y los nudillos que también se encontraban sangrantes al igual que mis rodillas bajo el pantalón - ¿Que me sucedió? – continúe con el interrogatorio tras darme cuenta en el estado en que me encontraba.

- ¿No recuerdas nada?- Pronuncio Lefou sorprendido a lo que yo negué con la cabeza. – Ayer por la tarde tuviste una pequeña riña con un comerciante italiano y ambos resultaron bastante heridos.

En ese instante una oleada de recuerdos golpeo mi cabeza mostrando una serie de imágenes en las cuales se me veía a mi claramente peleando con alguien mas no recordaba quien hera, no fue hasta que me vi a mi mismo levantado mi florete contra su cuello que pude distinguir que mi contrincante hera nada más y nada menos que Lucían. Tan solo con imaginar su nombre pude sentir como la rabia imbiada todo mi cuerpo generando a su vez una especie de deseo por salir a buscarle y descargar mi furia sobre él, lo cual ya no tenía caso pues sí había apuntado mi florete a su cuello hera únicamente para finalizar mi venganza ¿no? Como no estaba seguro si lo había hecho o no recurría a preguntar a Lefou lo sucedido, puesto que también me pareció verle entre mis recuerdos así que supuse que lo había visto todo. Pero para mi sorpresa él respondió que no, ya que al parecer despues de apuntarle al cuello con mi florete sufrí una especie de colapso de la nada que me impidió concretar mi cometido. Ante tal afirmación obviamente me enfurecía y no dude un segundo en salir nuevamente en busca de ese hombre para confrontarle, pero Lefou nada mas notar mis intenciones me obligo a volver a la camilla con un solo movimiento que además de impedir mi partida también me dejo sorprendido ya que con esa simple empujón dejo en claro que tenía más fuerza y autoridad de la que aparentaba.

Je ne sai quoi. (Stanley X Lefou) (Gaston X Lefou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora