Capítulo Trigésimo Sexto: Stanley

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Tras escuchar la historia de Vanessa no pude evitar sentirme como un verdadero tonto tras haberle gritado hace unos minutos, lo mejor sería que me disculpara cuanto antes y tratara de ayudarla a encontrar una solución. Pero el tiempo se había agotado puesto que en ese momento el grupo de hombres que la buscaban se hicieron presentes en el marco de la puerta, por lo que rápidamente me pare frente a Vanessa tratando de que no se le acercaran.

- Bonjour Mademoiselle Licaune – Hablo el hombre con el que antes había conversado en el pueblo mientras hacia una reverencia hacia Vanessa. – Disculpe la interrupción pero hemos venido a llevarla a Lyon por ordenes de su madre.

- ¡No se la llevaran! – Salto de inmediato Lefou.

- ¿Acaso mi madre no recibió la carta con mi respuesta? – Dijo Vanessa dándole la espalda a aquel hombre – No voy a volver hasta que mi madre acepte que no me casare con Monsieur Louis.

- Mademoiselle Licaune usted mejor que nadie sabe que no hay otra opción, debe venir con nosotros.

Mientras aquel hombre trataba de convencer a Vanessa de ir con él, pude notar como los otros dos sujetos, guardias, se acercaban lentamente hacia ella con la obvia intención de forzarla a irse, por lo que no dude ni un segundo en confrontarlos sosteniendo contra ellos aquel florete (espada) que siempre llevaba conmigo durante mis labores de guardia. Sin embargo ellos no parecieron intimidarse en lo más mínimo e igualmente desfundaron sus espadas dispuestos a luchar conmigo. Pero antes que alguno pudiera dar el primer golpe Vanessa se interpuso.

- No quiero ninguno pelee por algo tan insignificante como esto – nos dijo ella. – Iré con ustedes a Lyon solo con una condición y es que me deje despedirme de mis amigos.

¿Amigos? ¿Acaso habla de Lefou y yo?

- Pero Medemoiselle debemos partir cuanto antes – Insistió el hombre.

- Escúcheme bien querido, tengo una Mascarada esta noche la cual planeaba pasarla en compañía de Monsieur Lefou y Monsieur Stanley -. Continúo Vanessa, mientras miraba amenazantemente a aquel hombre. – Así que si no dejas que me queda cuando menos a la recepción de esta ¡JURO QUE ME ESCAPARE AL PUERTO MÁS CERCANO QUE ENCUENTRE Y TOMARE UN BARCO DIRECTO A ITALIA!

El sujeto tras escuchar aquella amenaza no tuvo más opción que aceptar la propuesta de Vanessa. Así que ambos acordaron que se verían en la habitación central del castillo a las doce en punto para despues partir hacia Lyon.

Sin importar cuánto tratamos Lefou y yo de convencerla para que no accediera ante aquello, ella se mantuvo firme a su decisión, o al menos hasta que los hombres se marcharon, puesto que en cuanto dejo de escucharse el ruido de su caminar bajando por las escaleras, ella se soltó nuevamente a llorar sobre el sofá.

Lefou corrió de inmediato a consolarla, ofreciéndole su hombro para llorar mientras él le acariciaba el cabello repitiéndole una y otra vez que todo estaría bien. Yo por otro lado estaba a punto de explotar de coraje que me provocaba la impotencia no haber podido hacer algo, por lo que durante un largo rato me dedique a buscar una solución.

Caminaba de un lado al otro de la alcoba tratando de tener alguna idea, pero nada, no fue hasta que mire hacia aquel closet lleno de hermosos vestidos que se me ocurrió el plan perfecto.

- Vanessa...- Dije para llamar su atención mientras sostenía uno de sus vestidos en mismanos. – ¿De casualidad no tendrás entre tu closet dos vestidos que seaniguales o muy parecidos?

Je ne sai quoi. (Stanley X Lefou) (Gaston X Lefou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora