Je ne sai quoi. (Stanley X Lefou) (Gaston X Lefou)

Capítulo Cuadragésimo Segundo: Stanley

Despues de un largo rato cabalgando por el bosque comencé a divisar a lo lejos un par de luces tenues provenientes de los faroles del pueblo indicando que estaba a punto de llegar a mi destino con éxito, o al menos por mi parte puesto que aun quedaba ir a casa para asegurarme que Lefou y Vanessa habían logrado escabullirse. Por fortuna las calles del pueblo se encontraban totalmente vacías a causa de la fiesta en el castillo, por lo cual no tuve que preocuparme por cruzar las calles del pueblo usando aquel vestido y así evitar dar explicaciones en un futuro. Sin embargo algo en lo que no había pensando era en que quizá mi familia si estaría en casa, ya días atrás mis hermanas más pequeñas, Alice y Aline, habían sido castigadas por nuestro padre impidiéndoles ir al baile, por lo que hera muy probable que ambas estuvieran en casa junto con él. Y así fue, puesto que en cuanto llame a la puerta y esta fue atendida me encontré con quien menos quería que me viera de ese modo.

– ¡Padre!

- Stan – Pronunciamos ambos casi a la vez en un tono de sorpresa al encontrarnos en la puerta, lo cual resulto ser muy incomodo porque despues de aquello ninguno dijo nada, gracias a dios que Vanessa llego corriendo hacia la puerta para romper el silencio.

- Stanley lo hicimos, logramos escapar – me decía ella entre gritos y saltos mientras me llevaba hacia la sala de estar donde se encontraban mis hermanas, que al verme se atacaron de la risa.

- Stan se que papa no deja de decirte que eres idéntico a mama, pero no hay que exagerar.- Soltó Alice causando nuevamente se atacara de risa junto con Aline y Vanessa. – Bueno al menos funcionaras como el remplazo de Lidia ahora que se ha ido de casa. (Lidia es la tercera hermana de Stanley)

- Iré a cambiarme – pronuncie con molestia mientras caminaba con rapidez hacia el baño para poder quitarme cuanto antes aquella ropa y así dejasen de molestar. Pero una vez dentro, en vez de ir directamente a desvestirme, sentí una extraña necesidad de mirarme en el espejo contemplando mi apariencia. De cierto modo, me agradaba el modo en el que lucía y no hera por que Lefou hubiese dicho que me veía como una linda dama, o porque realmente me pareciera a mi difunta madre, sino porque desde hace mucho tiempo había deseado verme de ese modo. Recuerdo que el pasado de la nada surgía en mí el gusto por usar los vestidos de mis hermanas y jugar a la hora del té con ellas imitando a una dama cortesana. Sin embargo mi padre me lo prohibió de un modo para nada agradable, aun cuando le explique en cientos de ocasiones que solo hera un mero gusto, puesto que también me encantaba jugar con los niños del pueblo a ser un soldado o escalar los arboles. Por ello, durante todo este tiempo solo me dedicaba a contemplar los vestidos en los aparadores, y en dado caso que realmente me gustara alguno, convencía a alguna de mis hermanas para que lo comprara y pudiera vérselo usar deseoso de que en algún momento yo igual pudiera usarlo. Pero ahora, despues de tanto tiempo y anquen sea por tan solo un momento, había logrado cumplir uno de mis mas grandes deseos secretos. Estaba tan absorto en mi reflejo que no escuche cuando alguien golpeo a la puerta del baño pidiendo permiso para entrar, por lo que casi me infarto del susto al ver entrar a alguien.

- Discúlpame Stanley creí que estaba desocupado. – Pronuncio Lefou con una voz nervioso y tapándose los ojos tras ver mi reacción.

- Descuida, ni siquiera me he quitado la ropa – dije completamente ruborizado, mientras me preguntaba si habría notado el modo en el que me miraba en el espejo.

- Menos mal – soltó en suspiro. – Vanessa está reuniendo a tu familia justo a la chimenea para celebrar que el plan resulto con éxito ¿nos acompañaras?

- Solo dame un segundo – respondí mientras frotaba una toalla húmedo sobre mi rostro para lograr así quitar el maquillaje que llevaba. – Debo cambiarme a algo más presentable.