Capítulo Trigésimo Tercero: Lefou

172 25 13
                                    

Para que aquella mañana no fuera tan solitaria decidí ir desde temprano al castillo para conversar con Vanessa, además de aprovechar para disculparme por haber rechazado su invitación para ser su compañero en la mascarada días atrás, ya que tras escuchar mi respuesta pareció entristecerse y no molestarse como yo esperaba.

Al llegar me sorprendió que me recibiera con total normalidad, puesto que los días anteriores se había estado portando un tanto distante, así que aprovechando su buen humor me disculpe de inmediato para. Ella no se molesto en lo mas mínimo, lo cual fue un alivio y sin tocar mas el tema me pidió que la acompañara a alistarse para la fiesta.

En mi opinión parecía ser muy temprano para aquello, pero según Vanessa ya se le había hecho tarde, por lo que no me quedo de otra que acompañarle hasta su alcoba donde con ayuda de dos mucamas comenzaron a prepararla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En mi opinión parecía ser muy temprano para aquello, pero según Vanessa ya se le había hecho tarde, por lo que no me quedo de otra que acompañarle hasta su alcoba donde con ayuda de dos mucamas comenzaron a prepararla.

Más tarde mientras una mucama se encargaba de sus manos, Vanessa comenzó a preguntarme acerca de Stanley, puesto que se le hacía bastante extraño que no estuviéramos juntos. Yo no respondí ante sus preguntas, debido a que en cuanto menciono su nombre se formo un vacio extraño en mí estomago acompañado de una oleada de pensamientos que durante todo el día había tratado de mantener alejados, trayendo como consecuencia que a partir de ese momento no dejara de darles vueltas y vueltas una vez más en mi cabeza, causando que prestara poca atención a mi exterior, algo que no tardo en notar Vanessa.

- ¿Querido te encuentras bien? – pregunto ella al verme perdido en mis pensamientos.

- Ah, sí – respondí aun sin prestarle mucha atención.

Fue entonces que vino a mí la idea de que quizá nuevamente necesitaba el apoyo de una opinión externa. Aunque la última vez no recordaba cómo había terminado, pero a juzgar por cómo desperté al día siguiente supongo que nada bien. Sin embargo esta vez no había alcohol de por medio, por lo cual no habría modo de que perdiera los estribos.

- Oye Vanessa – dije para llamar su atención – ¿Puedo preguntarte algo? – a lo que respondió de inmediato con un tono típico de ella.

-Claro, lo que tú quieras cariñito.

- ¿C-cómo sabes te has enamorado de alguien? – Puff... los nervios me habían hecho tartamudear, por suerte no se había dado cuenta ya que mi pregunta pareció tomarla completamente por sorpresa.

- mmm... esa no es una pregunta fácil de responder – rio sutilmente para luego quedarse un rato mirando el fresco del techo hasta que pareció hallar la respuesta. – Yo creo que una sabe que está enamorado, cuando es consciente de la sonrisa estúpida que pone cada que esta alado de esa persona, cuando siente esa necesidad inexplicable de querer estar siempre a su lado y sobre todo cuando únicamente basta con mirarle sonreír para alegrar completamente nuestro día.

Ahora yo era quien se encontraba totalmente sorprendido, no podía creer que Vanessa dijese en aquella respuesta exactamente lo que sentía al estar junto Stanley. No podía ser verdad, tenía que comprobarlo de algún modo.

- Cariñito ¿enserio te encuentras bien? – Me pregunto nuevamente al ver que me había quedado en silencio por un largo rato.

- Si – realmente no, estaba más confundido ahora. – Pero... ¿Cómo sabes que es así? ¿Acaso lo has sentido alguna vez?

Ella ni siquiera pareció inmutarse pese al tono de voz en el que le había hablado, solo se limito a mirarme detenidamente para luego caminar hacia la ventana y quedarse largo rato mirando hacia el jardín.

- ¿Vanessa? – Le llame intentando obtener una respuesta.

- Preguntaste si alguna vez me había sentido así – pronuncio con una voz que casi parecia un susurro – y realmente no... pero me gustaría sentirlo.

En ese momento su rostro se inundo de una tristeza que jamás imagine que pudiera llegar a ver en ella. A pesar de que sus ojos estaban completamente cerrados, presentía que se encontraba al borde del llanto. Cualquier pensamiento o recuerdo que estuviese paseándose por su mente en ese momento, tenía que ser lo bastante doloso para marchitar en un segundo la alegría que solo una persona como Vanessa o Stanley podía ser capaz de poseerla.

"Una alegría pura, sin mancha de dolor o rencor."

No sabía cómo actuar en ese momento, temía hacerla sentir incomoda al intentar decir algo, así que lo único que se me ocurrió fue acercarme lentamente hasta estar lo suficientemente cerca para poder abrazarla. Creí que en cuanto lo notase me soltaría, pero por el contrario se aferro fuertemente a mí durante un largo rato, hasta que ella misma rompió el silencio

- Gracias, eso era justo lo que necesitaba – dijo mientras ambos caminábamos hacia el sofá en el cual había estado sentado toda la mañana. – Bueno, ahora te toca a ti decirme si alguna vez te has sentido así.

- ¡¿Qué?! ¿Yo? – Pronuncie en un tono alarmado del cual rápidamente me percate y trate de disimular. – No, para nada

- Pero si me los has preguntado es por algo – ¡Me había descubierto! – ¿Dime Lefou, de quien te has enamorado?

- Ya te he dicho que nadie – Insistí, con un tono de voz que revelaba lo nervioso que me estaba poniendo al verla acercarse cada vez más a mí. ¡Qué planeas con eso mujer! ¿Intimidarme? ¿Besarme? Si es así prefiero besarte en vez de darte una respuesta.

- Vamos dime o yo adivinare- Sonrió malvadamente - acaso será... ¡Stanley!

***** Nota del Auto *****

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

***** Nota del Auto *****

No Vanessa no beses a Lefou!!!!

Je ne sai quoi. (Stanley X Lefou) (Gaston X Lefou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora