Je ne sai quoi. (Stanley X Lefou) (Gaston X Lefou)

Capítulo Decimosexto: Stanley

Sin importar cuánto me insistieron Tom y Dick no lograron convencerme para que me quedara a beber con ellos, pues mi cansancio en combinación con mi decepción de no encontrarme con Lefou fueron más fuertes que un par de tragos gratis, por lo que así como llegue me fui. Sin embargo justo cuando abrí la puerta de la caverna dispuesto a irme, me encontré cara a cara con él.

- ¡Lefou! – Pronuncie con sorpresa mientras trataba de disimilar mi emoción por verle buscando tema de conversación – Hace mucho que no te veía por estos rumbos, bueno se que venimos esta mañana, pero me refiero de noche.

- Si – respondió el en un suspiro – un mes para ser exactos.

- ¡Vaya! Sí que es mucho tiempo – sonreí – entonces seguro que estas ansiosos por disfrutar del ambiente, pasa, pasa.

- La verdad es que no, de hecho estaba por irme.

- Pero si acabas de llegar, anda entre te invito un trago – Dije tratando de conversarle para que se quedara y así pudiéramos charlar con él.

Al principio se quedo pensativo mirando el suelo, pero tras otro suspiro acepto mi oferta y con un ademan me indico que entráramos.

Yo me sentía muy feliz, era bastante obvia la razón, pero él por otro lado se le notaba algo decaído o más bien melancólico. Era obvio que algo le pasaba, así que como un buen amigo le lleve hasta mi típica mesa del fondo para tratar de ayudarle. Pero pese a todos los esfuerzos que hacía por sacarle conversación con respecto al tema ninguno dio resultado. Por ello es que deje de insistirle, ya que de seguir así solo lograría incomodarle y hacer que se fuera. Así que decidí que lo mejor sería conversar de cualquier otra asunto que pudiera distraerle de lo que sea que le estuviese preocupando.

Al cavo de unas horas, tras unos cuantos tragos y un par de chistes, puede notar que su humor alegre se había restaurado. Quizá mis chistes no eran tan malos a final de cuentas o simplemente era que está comenzando a ponerse ebrio. De ser lo último lo mejor sería volver a casa, pues si seguíamos conversando seguro ambos acabaríamos indispuestos para trabajar al día siguiente. Pero justo cuando estaba levantándome para despedirme Lefou me sostuvo de la camisa impidiendo que me fuera.

- ¿Pasa algo? – Pregunte al notar que sostenía en el rostro una mirada de preocupación.

- Se que ya tienes que irte y sé que apenas nos conocemos pero... ¿puedo contarte algo?

No puede negarme, la manera tan tímida en la que me lo pidió le hizo parecer tan vulnerable y no pude resistirme a auxiliarlo. Volví nuevamente a mi asiento y con una sonrisa le indique que podía contar conmigo para lo que fuera.

- Veras, hace tiempo yo sentía algo por alguien... una chica.

Al escuchar lo anterior temo admitir que sentí como si algo se encajara en mi costado derecho, sin embargo solo me limite a agachar la cabeza, para que no notara mi rostro entristecer y con un ademan le indique que siguiera.

- Pero ella nunca sintió lo mismo que yo. Sin importar que desde nuestra niñez y por muchos años más me esforzara por hacerle sumamente feliz, termino enamorándose de alguien más y ese amor le condujo hasta su desgracia.

- murió... -pronuncie casi automáticamente cuando finalizo.

- Si, sin embargo desde que caí en cuenta que yo jamás sería suficiente para ella, comencé a tratar de olvidar los sentimientos que le tenía. Lo logre, o al menos eso creí, por que el día que le encontré sin vida, fue como si todo lo que sentía volviera a florecer, solo que con el doble de fuerza y enzima mezclado con el dolor y tristeza que dejo tras su muerte. – Bajo la mirada, su cuerpo empezó a temblar y su voz sonaba como si estuviera al borde del llanto – Ya ha pasado tiempo y no entiendo porque le sigo necesitando. Porque si nunca me amo, porque yo le sigo queriendo aun despues de muerto, dime porque Stanley enserio que no lo comprendo.

Para este punto el ya se encontraba llorando y yo no sabía qué hacer. No sabía cómo sentirme o como actuar, tenía miedo que cualquier cosa que dijera pudiera empeorar el asunto. Pero no me gustaba verle así, quería ayudar, así que guardándome la tristeza que me había provocado la confesión anterior decidid arriesgarme a decir algo.

-.Muchas veces ni nosotros mismos comprendemos por que amamos a alguien, damos todo por ellos y no préstamos atención al daño que muchas veces esto nos hace, porque lo único que queremos es verle feliz. Sin embargo una vez esta persona se valla ¿con que nos quedaremos nosotros despues de darlo todo? Yo creo que no tiene nada de malo extrañar a alguien, más si estuviste enamorado durante tanto tiempo, pero creo que es momento de que sigas adelante y que veas por ti mismo. Ahora te toca ser feliz.