—¡¿Qué tienes ahí?! —preguntó Gabriel.
—¡Qué te importa!
Uno de los amigos del altanero rubio lo embistió sorpresivamente por un costado, haciéndolo caer soltando el broche. Gabriel lo recogió.
—¡Eso es por lo de la vez pasada! JA —aclaró Ramírez.
—¡¿Qué haces con esto?! —Quiso saber Gabriel—. ¡¿Por qué lo tienes tú?!
—¡Ya te dije que no te interesa! —respondió Eliot poniéndose de pie.
—¡Esto es de Jadi, se lo di hace años! Y ella siempre lo usa desde entonces... ¡O al menos hasta que se lo robaste!
Eliot se llenó de ira, pero tenía que controlarse, temía causar algún temblor que lastimara a alguien.
—¡Imbécil! ¡No hables si no estás bien informado, ahora dámelo!
—JA... —El rubio pensó en humillarlo más—. Um, a ver si tanto lo quieres, ¿por qué no te arrodillas y me lo pides?
Eliot ya no se pudo controlar.
—¡NUNCA! —gruñó—. ¡¿Me escuchaste?! ¡NUNCA ME VERÁS ARRODILLADO PARA TI! ¡NUNCA!
Se le abalanzó de un sólo golpe y cayeron al suelo. Se deslizaron casi un metro sobre la tierra, el castaño recogió el broche con un rápido movimiento y se fue corriendo, dejando a Gabriel apenas levantándose y a sus amigos sorprendidos.
—¡Este colegio es demasiado para un salvaje como él! ¡Sólo es un chico de barrio común! —gritó Ramírez, intentando que lo escuchara. Volteó a ver a su amigo—. ¿Gabriel estás bien? Estás sangrando.
Gabriel se levantó y se limpió el labio con el puño. Miró la pequeña mancha de sangre en su piel y frunció más el ceño mientras sonreía. Para él estaba bien que lo llevara a otro nivel, ya le haría pagar.
***
Eliot estaba corriendo, lleno de cólera sin saber a dónde, hasta que tropezó. Quería dejar el colegio, aún estaba a tiempo. Sin embargo estar ahí era mejor para su futuro, estaba ahí por el IB. Ya verían cómo un chico de barrio común podía ser mejor estudiante que todos esos hijitos de papi.
Intentó ponerse de pie.
—Eliot, ¿qué haces en el suelo? —preguntó Paola, tomándolo por sorpresa.
—Eeeeh... Me tropecé mientras caminaba...
—Um... si tú lo dices. —La chica se encogió de hombros y lo olvidó pronto—. ¿Te hago compañía? Veo que estás solo, un chico lindo como tú no debería estar solo.
Eliot se rió levemente, algo avergonzado. No podía creer que le había dicho «lindo», eso sí que era nuevo.
—Cielos, qué amable de tu parte... pero estaba buscando a Jadi, tengo que devolverle algo.
La pelinegra frunció el ceño. Ya estaba buscando a esa salvaje, no lo podía creer. Se sintió muy celosa.
—Paola, ¿estás bien? ¿En qué piensas?
—¡Oye! Te ayudo a buscarla, ¿qué dices?
—Claro...
La chica se alegró y lo tomó del brazo, sorprendiéndolo un poco, empezaron a caminar por el colegio. Ni bien habían avanzado un pabellón, apareció Jadi enfrente, furiosa.
—¡Muy bien, nena, suéltalo! ¡¿Qué te has creído?! —reclamó.
—Pues no me da la gana. —Se abrazó al castaño sin previo aviso—. ¡Mira!
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Dos Mundos
FantasyEliot asistiría a otra escuela, para su mala fortuna. Una en donde sabía que todos eran adinerados, excepto él, un simple muchacho normal. ¿Qué tendría que afrontar ahí, aparte de los alumnos altaneros? Quizá la bonita e insoportable rubia que llamó...