Ditmar y María estaban aterrados, la sangre se les había enfriado, no habían podido hacer nada. Se lanzaron al ataque llenos de rabia, mientras Jadi abrazaba el cuerpo inerte del chico.
—¡Eliot! —lloraba ella—. ¡Despierta por favor! ¡POR FAVOR! ¡No me dejes así, lo prometiste! ¡DIJISTE QUE VOLVERÍAS, TONTO!
Nira lograba contrarrestar los ataques de los otros, usaba la tierra también para atacarlos.
—¡Maldita! ¡No te atrevas a usar su poder! —gritó el pelinegro.
Inmensas masas de agua se lanzaban contra la mujer, María empezó a formar muchos huracanes inmensos, pero Nira seguía casi ilesa.
—¡Es inútil! ¡A ustedes también les espera el mismo destino que a su amigo!
Un rayo impactó de golpe contra ella, asustándolos, y dejándola algo débil en el suelo.
—¡Gabriel! —exclamó María.
—¿Qué haces aquí? Vete —renegó Ditmar.
—¡Sin mí no podrán! ¡¿Dónde está Jadi?!
Ambos quedaron mudos. Gabriel volteó y vio cómo a unos metros la rubia estaba sentada en el suelo abrazando a Eliot.
—¡ESTO SE PONE MÁS DIVERTIDO! —exclamó Nira.
Se lanzó al ataque.
Jadi cansada de gritar, seguía aferrada a su Eliot, no quería que su cuerpo se enfriara más, lamentablemente éste no dejaba de hacerlo. Las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas.
—Despierta, por favor, no te dejaré hasta que despiertes —sollozaba—. Despierta, dime que me quieres, por favor, sólo quiero escucharte decir que me quieres.
Sintió que alguien le tocó el hombro.
—Jadi, te necesitamos —le pidió su amiga.
—¡No! —Se aferró más a él.
—¡Jadi! —insistió, tratando de jalarla.
—¡No! ¡No! ¡No lo dejaré aquí!
—¡JADI, POR FAVOR! —Volteó a verla y quedó un poco sorprendida al ver que ella también tenía lágrimas en los ojos—. No lo hagas más difícil… por favor.
Bajó la vista.
—Ya les alcanzo —dijo casi en susurro.
—Bien, no tardes. —Se limpió las lágrimas—. Gabriel está aquí, supuestamente ha venido a ayudarnos.
Se fue a seguir luchando. Jadi acarició el rostro del castaño, respiraba con dificultad por la angustia que sentía.
—Aun así, sigues siendo el más radiante, siempre serás el más radiante para mí —le susurró mientras lo contemplaba, pensando en que parecía estar simplemente dormido—. Dame fuerzas para seguir.
Tomó su mano, se acercó a él y le dio un beso en los labios. Lo recostó suavemente en el suelo, juntó valor y se puso de pie. Su mente estaba enfocada en sólo una cosa, destruir completamente a Nira, desaparecerla de la faz del planeta.
—¡Mary, arma un tornado de agua conmigo! —ordenó Ditmar—. ¡Gabriel, ponle tus rayos también!
Armaron un tornado de agua lleno de electricidad.
Lanzaron con toda su fuerza el tornado contra Nira. Esta vez al parecer sí logró afectarla, pues quedó atrapada en él. Jadi llegó corriendo y sin dudarlo le apuntó con el arma.
Pensó en Eliot una vez más, su sonrisa, sus besos, sus caricias.
Disparó.
—¡NO! —exclamó Nira.
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Dos Mundos
FantasyEliot asistiría a otra escuela, para su mala fortuna. Una en donde sabía que todos eran adinerados, excepto él, un simple muchacho normal. ¿Qué tendría que afrontar ahí, aparte de los alumnos altaneros? Quizá la bonita e insoportable rubia que llamó...