14: Otra trampa

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Eliot pasó los días siguientes intentando hablar con el director, al menos para aclarar las cosas y no tuviera una mala imagen, pero era difícil llegar hasta él. De todos modos no se rendiría, tenía que ser por lo menos en esa semana, una vez que acabasen los exámenes sería más difícil.

Llegó viernes de la primera semana y no lograba nada. A la salida del colegio,  sintió la aparición de más piezas en la otra dimensión.

—Esperen… —detuvo a sus amigos.

—¿Qué pasa? —quiso saber Ditmar.

—Vengan conmigo.

Fueron a un parque. Él se concentró en llegar a la otra dimensión y sintió que algo se formó adelante. Quiso tocar pero su mano traspasó una especie de pared invisible, entonces supo que había logrado formar un portal.

—¿Cómo aprendiste a hacer eso? —preguntó Jadi.

—Síganme —dijo él sin responderle.

Uno a uno, pasaron por el portal. Se encontraron en la otra dimensión, pero había una especie de aldea, no sabían que hubiera más seres viviendo en ese lugar.

Se les acercó un ser, era como una persona muy blanca, casi brillaba, con cabello blanco también, les quedó mirando. Pronto salieron más, niños, jóvenes y adultos, les empezaron a traer cosas. Estaban asombrados.

Ditmar estaba rodeado por chicas y emocionado.

—¡Gracias! Gracias, son muy lindas.

—Uch… —resopló María, algo celosa.

Uno que parecía ser el líder, se acercó.

—Somos los seres que los elegimos para que nos ayudaran a liberarnos de esa humana malvada. Les ruego disculpen las molestias que este lugar les causa, demoramos en presentarnos porque queríamos aprender su idioma…

A Eliot se le hizo conocido aquel ser y no sabía por qué.

—No se preocupe —le respondió—. Estamos dispuestos a ayudar. Sentí la aparición de cuatro piezas más por aquí…

—Bien, entonces no les interrumpiremos. ¡Hey todos! Regresemos —ordenó.

Las jóvenes se despidieron de los chicos y una le dio un beso a Ditmar en la mejilla. María empezó a echar humo.

—Bien, vamos —murmuró Eliot, pero se detuvo. Giró y vio cómo Ditmar estaba asustado porque María lo estaba mirando con ojos asesinos.

—Mejor avancemos —le dijo Jadi. Lo jaló del brazo.

***

María caminaba adelante con su amiga, y los chicos atrás. Un gusano gigante salió de la tierra y lanzó a las chicas al aire. Ellos se espantaron por lo rápido, repentino y brusco que había sido eso.

María hizo que el viento las llevara suavemente a la copa de un árbol, para alivio de todos.

—¡ANIMAL ODIOSO! —le gritó.

—¡¿CÓMO TE ATREVES?! —terminó Jadi.

Lanzó fuego y María con el viento lo dirigió con fuerza hacia el gusano. El gigantesco bicho desapareció ante los dos asustados chicos.

—¡Au! Lo que me espera —dijo Ditmar con un hilo de voz. María debía estar muy enojada para que hiciera eso.

Cuatro piezas aparecieron. Los dos corrieron a ayudar a las chicas que estaban tratando de bajar del árbol.

—¡Eliot! —exclamó Jadi, lanzándose de una rama baja.

—¡Espera! —gritó él, corriendo a ella.

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