María se encontraba reprochando a Jadi.
—¿Por qué no estás con Eliot? —preguntaba—. Mira, el colegio terminó, Gabriel no se manifiesta. Creo que ahora eres oficialmente libre, ¿no?
—¡Deja de decir tonterías!
—¡Vamos! Inténtalo, ¡sé que te gusta! Díselo y verás que de repente a él también le gustas.
Se empeñaba en negarlo, y se lo repetía mil y un veces, nunca admitiría su gusto por el castaño. En realidad no tenía nada que admitir porque ese gusto no existía.
Sin embargo estuvo pensando en lo que le dijo su amiga durante todas las horas de clase, hasta que en la salida se acercó a Eliot muy nerviosa. Él le sonrió, y otra vez eso bastó para que se acelerara su corazón. El colmo.
—¿Podría hablar contigo un rato?
—Sí, ¿qué sucede? —preguntó con esa amabilidad que le caracterizaba.
—Bien yo... —Se puso más nerviosa, pero debía saber si alguien le gustaba—. Había pensado que...
Jesica apareció contenta, interrumpiendo.
—¡Amor mío! —canturreó.
Jadi se quedó muda al ver cómo ella se acercó a él y le dio un beso, le empezó a decir algo que ella no escuchaba, sólo miró atónita cómo entrelazaba sus dedos con los de él, sintiendo el nudo más enorme de su vida formarse por su estómago. Una voz insistente la sacó de su estado.
—¡Jadi, vamos! —le exigió María—. ¡Recuerda que me prometiste que me ayudarías con la cosa!
—¿Q...qué?
—¿Qué cosa? —quiso saber Eliot—. Esperen...
—¡Lo siento, me la llevo, esto es urgente!
Eliot quedó algo preocupado al ver así a su pequeña rubia, parecía haber quedado en shock, como si en verdad le hubiera afectado de un modo muy distinto. Jesica vio cómo él parecía estar bastante tenso y le tomó el rostro para hacer que la mirara a ella.
—¿Ocurre algo?
—No, no es nada.
***
—Amiga, perdón —se disculpaba María—. Me enteré hoy recién de que él está de novio con esa chica, iba a decírtelo pero no me escuchabas...
Jadi tomó una mirada molesta.
—No me interesa —murmuró—. ¡En verdad no me interesa! —Echó a correr.
María quedó algo asustada, vio que Jesica se iba y se acercó a interceptarla.
—Espera —la detuvo—, me gustaría hablar contigo.
—Sí, ¿qué es?
—Bien, como ahora eres novia de mi amigo, considérame una amiga también, ¿sí? Si algo llega a estar mal puedes venir a mi casa con toda confianza, me gusta aconsejar —contó llena de entusiasmo.
Le dio un papel con su dirección, Jesica quedó algo confundida pero sonrió y le agradeció.
***
Jadi llegó a su casa y fue de frente a subir por las escaleras, su mamá sólo la miró preocupada sin poder preguntar qué pasaba, para luego sobresaltarse con el azote de la puerta de la habitación de su hija.
Al día siguiente no miraba a Eliot, no le dirigía la palabra, él se dio cuenta de esto y se sintió muy intranquilo. A la salida, antes de poder jalar a la rubia para decirle algo, volvió a sentir piezas en la otra dimensión, así que les dijo para ir.
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Dos Mundos
FantasyEliot asistiría a otra escuela, para su mala fortuna. Una en donde sabía que todos eran adinerados, excepto él, un simple muchacho normal. ¿Qué tendría que afrontar ahí, aparte de los alumnos altaneros? Quizá la bonita e insoportable rubia que llamó...