Miré por última vez a Austin y los tres bajamos del auto. Él tomó casi todas las bolsas y junto con Ellie subieron de dos en dos las escaleras hacia la puerta principal. Yo en cambio, caminaba detrás de ellos a pasos extremadamente lentos.
-¿Gustas pasar, Austin? -preguntó Ellie, mientras introducía la llave en la cerradura.
Le lancé una mirada furiosa a mi hermana y esta ni siquiera se tomó la molestia de mirarme.
-Quédate a cenar. -le propuso a Ellie a Austin y me miró. -¿Qué te parece, Alli?
Los miré.
-Hagan lo que quieran. -murmuré y entré a la casa, dejándolos afuera.
Escuché los tacones de Ellie sonar contra el piso. Sin mirarlos, deje mi bolso en el sillón y me encamine hacia las escaleras, pero...
-¡Niñas! -Mi Nana llegó a la sala, con un delantal de cocina. -¡Austin, cariño! ¿Cómo estás cielo? -preguntó cuando notó su presencia. Lo abrazo y beso su mejilla.
-Bien María ¿y tú? -Austin sonrió.
-Bien Hijo... ¿Te quedas a cenar? Las niñas comerán solas si no. Los señores no llegarán hasta más tarde y viendo que llegaron contigo, Sean mucho menos.
-A mi no me importaría comer sola.Austin me miró y sonrió.
-¡Claro que me quedó! -sonrió. -Muero por probar tu comida de nuevo.
-¡Genial! -chilló feliz y volvió a la cocina.Puse mis ojos en blanco y subí las escaleras hasta mi habitación.
-¡Alison! -gritó Ellie.
Me volteó y la miré.
-¿Que?
-¡Austin está aquí, no puedes irte y dejarlo aquí!
-Es TU invitado, no el mío. -la miré seria y continúe subiendo las escaleras.Intenté cerrar la puerta, pero un pie me lo impidió. Sin mirar a quién pertenecía, seguí mi camino hacia mi cómoda cama.
-¿Porque me odias? -preguntó.
Lo ignore y seguí haciéndome la tonta.
-Alison. -dijo firme, suspiré y lo miré mal.
-¿Qué quieres, Austin?
-Quiero saber porque eres así conmigo. Yo no te hecho nada.
-Y yo quiero que te desaparezcas de mi vista y de mi vida. Ambos queremos algo.Él sonrió sin humor y me miró, con esos ojos azules como el maldito mar, con esos mismos que antes amaba y... con esos ojos que ya no me pertenecían.
-¿Crees que si hubiese podido dejarte en paz, no lo habría hecho? -dijo en un murmuro.
Fruncí el ceño, confundida. Cada vez que quería entender algo relacionado con este hombre, salía igual o aún más confundida. Él era imposible.
-No entiendo. -dije mirándolo, sin embargo él giró su cuerpo y miró por el ventanal de mi habitación.
-Aún me sorprende que hayas salido con el mejor promedio del Instituto.-rio.
-¡Oye! -me defendí, él me miró unos segundos y luego volvió a la vista. -¿Y tú como sabes eso? Te fuiste mucho antes de que terminará el colegio. -susurré con la voz quebrada.
-Aunque pienses que te abandoné, jamás lo hice. Siempre estuve al pendiente de ti, sabía lo que te pasaba y lo que no, como te sentías... -me miró y sonrió apenas. -Hasta con quien salías.¿Que?
-No podía alejarme de ti, ni aunque estuviera en otro país o en otro mundo. Me une a ti, el amor tan grande que siento. -me miró. -No me importó que en esos momentos me odiaras, no me importó nada a decir verdad, sólo quería que estuvieras bien y asegurarme de que eras feliz.
Abrí un poco mis ojos.
-¿Qué te hace pensar que ahora puedo dejarte en paz? -preguntó.
-Tu compromiso me hace pensar eso.Austin suspiró, frustrado.
-Emily, jamás me... -se calló y observó mi mesita de noche. Caminó rápido hacia esta y tomó con mucho cuidado el cuadro.
Me cubrí el rostro con mis manos, avergonzada. No quería que él viera esa foto, pero, ya era demasiado tarde.
Austin la observó por unos instantes, aturdido, incapaz de creerlo y con un brillo en sus ojos.-Ellie... ella... -intente hablar pero no pude, tenía un enorme nudo atravesado en la garganta.
Austin me miró.
-Aún la tienes... -susurró, mirándome.
Lo miré, sin saber que decir. Claro que pude haberle dicho: Claro que aún la tengo, no podía deshacerme de ella. Te mirabas completamente hermoso o Si, Ellie la tenía y me la obsequió.
Sin dudas optaba por la segunda, aunque lo que pensaba en realidad era la primera.-Si... hummm... Ellie... ella -me interrumpí y él me miró. -Mi hermana... nos la tomó ¿recuerdas? y pues, rebuscando en sus cosas la encontró... y... mmm... me la obsequió.
Austin miró de nuevo la foto.
-Me llena de felicidad que la tengas. -susurró.
-Sólo... fue un regalo de Ellie.Él levantó la mirada y miró fijamente mis ojos.
-Se que no quieres tenerla allí. -señaló la pequeña mesita. -Pero aún así la tienes y...
-La tengo porque a pesar de todo... ese día fui muy feliz y me trae buenos recuerdos.
-Entiendo... -murmuró, sin mirarme.
-Es mejor que te vayas, Austin. -dije seria.
-Alli... -susurró mirándome.
-Baja a cenar y luego vete. Mañana cenaré contigo y espero que sea la última vez que te vea.
-No puedo. Quiero alejarme de ti, pero, no puedo.
-Trabaja en ello. -lo miré. -Por favor. Ve con tu mujer, se feliz con ella y crea una hermosa familia. Siempre quisiste eso.
-Si. -lo confirmó. -Pero contigo, con nadie más.Negué, con los ojos llenos de lágrimas, que amenazaban con salir en cuanto los cerrará.
-Vete. -susurré, con un hilo de voz. -Por favor, no me hagas repetirlo.
Él asintió, dejó el cuadro de nuevo en su lugar. Suspiré entrecortada y Austin se acercó, tomó mi rostro con ambas manos y me miró fijamente.
-Perdóname por esto... -susurró.
-¿Por...Y sin avisar, unió sus labios con los míos, en un dulce y hermoso beso.
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Viejo Amor (Austin Bass y Alison Black)
Roman pour AdolescentsÉl se había borrado de la vida de Alison, Ella... Lo superó, al menos eso era lo que ella creía.