Capítulo Dieciséis:

278 13 0
                                    

Una semana había pasado. Una semana donde no había tenido noticias de Austin ni de Emma y joder, no quería aceptarlo pero los extrañaba, los extrañaba mucho más de lo que quería admitir.
Necesitaba a mi mejor amiga. Tenía muchas ganas de subir en mi coche, conducir hasta su casa y olvidarme de mi enojó y de todo en realidad.
Y por otro lado... Austin no salía de mi cabeza ni un solo instante.
Mi madre... ella, me dijo hace unos días que el casamiento de Emily y Austin había sido adelantado, por la misma idiota. Era algo obvio luego de saber que él y yo habíamos tenido algo en el pasado.

Genial ¿No creen?

Pues no, no lo era en absoluto.

El timbre sonó, miré a mis hermanos y a mi padre, quienes miraron hacia otro lado y mi padre tomó el periódico y lo abrió en sus narices.

-Que caballeros. -murmuré levantándome y escuché que ambos rieron.
-Si es Chad dile que no estoy. -me dijo bajito mi hermana.
-Es claro que te verá, idiota. -dije riendo y abrí la puerta, está dejó ver a un Matt angustiado y con los ojos rojos.

Borré mi sonrisa y abrí un poco mis ojos. Matt cayó de rodillas, llorando.
Rápidamente me arrodillé a su lado y lo miré preocupada.

-Matt... -susurré. -¿Qué sucede, Matt?

Él seguía llorando y negando. Miré a mi familia, angustiada. Papá y Sean corrieron hacia nosotros.

-Matt, Cariño... -lo moví. -Dime que te pasa, Matthew.

Los ojos verdes de Matt, miraron los mios. Un fuerte sollozo salió de su garganta y me abrazo, unos segundos después sentí mi camiseta mojada.

Un nudo se formó en mi garganta, imaginando lo peor y negué.

-Emma... ¿Matt? -me separé de él y lo miré horrorizada. -Emma... ¿ella está bien? ¡Dime que está bien! ¡Matt!

Él negó débilmente, me llevé una mano a mi boca y pronto sentí como las lágrimas caían sobre mis mejillas.

-Dime... dime que le paso. -hablé entre dientes, Matt lloró. -¡Maldición, dime que diablos pasó con Emma, joder! -grite.
-Íba... íbamos caminando de... de lo más bien, cuándo unos... -lloró. -Cuándo unos sujetos salieron de la nada... nos asaltaron, Alli. -contó entre sollozos.
-¿Los hirieron? -preguntó, Sean.

Matt asintió.

-Traté de pelear con ellos, pero eran demasiados. Se llevaron el bolso de Emma y mi billetera... -se calló y me miró con los ojos aguados. -Le dispararon a Emma, Alison.

Sentí que un maldito edificio cayó sobre mi, aplastando completamente todo dentro de mi.

-No... no... ¡NO! -grite llorando. Sentí como los fuertes brazos de mi padre me rodeaban. -¡Esto es una jodida broma, Matt!

Matt miró a Sean y luego ambos me miraron.

-¡Joder, Matt! ¡Tu pierna! -exclamó, Sean.

Mi mirada fue directamente a su pierna, la cual sangraba a mares.

-¿Qué es lo que te lado, hijo? -preguntó, papá.
-Un tiro. -explicó. -No me importó. Sólo me interesaba llevar a Emma al hospital.
-Te llevaremos al hospital inmediatamente. Tal vez ya perdiste mucha sangre, eso es malo. -Ellie tomó las llaves del coche.

Solloce en el pecho de papá. Él me abrazo más fuerte y beso mi frente.

-Todo estará bien, Cariño. -susurró.
-Vamos, tengo que verla y tú tienes que tratarte esa pierna. -murmuré distraída.

Salí de la casa y subí en mi coche. Sean y Ellie ayudaron a Matt a subir a la parte de atrás, Ellie subió a su lado y Sean en la parte del conductor.

En todo el viaje miré por la pequeña ventanilla. Miraba cada auto, cada árbol y hasta cada persona que pasaba.
Estaba aturdida y pérdida en un trance que jamás había experimentado. Mi mejor amiga. Mi otra hermana. Ella misma se encontraba en una cama de hospital.
No podía creerlo, no quería.

Sentí la mano de Sean sobre la mía y lo miré.

-Llegamos. -susurró y asentí.

Abrí la puerta de la habitación y ella fue lo primero que vi. Emma me miró y sonrió débilmente, corrí hacía ella y la abracé, como nunca, como si fuera la última vez.

-Auch -se quejó y la solté de golpe.
-Lo... lo siento. -susurré, mirándolo.
-Creí que no vendrías. -me miró con los ojos llenos de lágrimas. -Lo... lo siento tanto, Alli... yo...
-Shhh... -la hice callar. -Todo está olvidado Emm, todo ya pasó. -le sonreí.
-Per... perdón por... por... -su voz se apagó y le acaricie el cabello.
-Es mejor que no hables, Emma.
-¿Matt? ¿Dónde... dónde está él?
-Tranquila, él está bien. Lo llevaron a urgencias para curar la herida en su pierna.

Ella me miró y sollozo.

-Todo... todo esto es mi... mi culpa.
-No, Emm. Es culpa de esos infelices que les hicieron daño.
-Si tan sólo... no hubiese querido ir por allí, ambos... ambos estaríamos bien.
-¿Dónde te hirieron? -pregunté, temerosa.

Ella me miró y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-El pecho. -sollozo. -El doctor me dijo que tuve mucha suerte de que la bala no rosara mi corazón, sino ya no estaría contándola. -lloró.

La miré sin saber que decirle.

-¡Maldición, Alli! Vi toda mi vida pasar por mis narices y en lo único que pensaba era en ti. -dijo llorando.
-Tranquila, Emm... -sonreí débil. -Yo todo paso, olvidemos todo ¿si?
-Lo siento tanto. -susurró.
-Ambas lo sentimos. Pero ya esta. Escuchame, no tengo mucho tiempo. Tus papás fueron muy gentiles a dejarme pasar primero. Me tengo que ir, pero te prometo que mañana vendré a primera ahora.
-Esta bien. -susurró.
-Descansa, Emma. -bese su frente y me aleje de ella.

Camine hasta la puerta, pero antes de irme me dijo:

-Black. -dijo y sonreí.

Me di la vuelta y la mire.

-¿Si, Smith?
-McConaughey. -corrigió.
-Bueno. -reí.
-Gracias por todo. Gracias por ser mi mejor amiga, gracias por ser mi hermana.
- Descansa. Te quiero -le sonreí y salí de la habitación.

Viejo Amor (Austin Bass y Alison Black) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora