Capítulo Catorce:

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Sentada en el ventanal de mi habitación, con una taza de café en una mano y con un buen libro en la otra, observaba a las gotas de lluvia correr carreras por el cristal de este. Había terminado el libro hace unas dos horas y, desde allí, no había hecho otra cosa que ver las gotas.

Aún me seguía odiando por no ir a la "cita" con Austin. Juro que el sábado en la noche estaba convencida de que no estaba preparada para verlo luego de aquel beso del viernes.
Pero, pensándolo bien... fue una buena decisión. Era lo mejor, para ambos. Para todos. Era mejor que no nos viéramos... nunca más.

Solté todo el aire que tenía guardado cuando mi madre entró a mi habitación sin avisar. Dejé el libro sobre el estante del ventanal y la miré.

-Hola, Cielo. -se acercó y se sentó a mi lado.
-Hola, Ma. -dije bajito.
-¿Cómo estas? No has salido de aquí desde ayer.
-Sólo... -levanté el libro y reí. -Me entretuve mucho, ya sabes. -Ella asintió.
-Estábamos pensando en ir a casa de Mike y Catherine. -me miró. -Nos acaban de invitar y pues... no hay nada mejor que hacer en casa, así que iremos.

Genial, irían a casa de Austin. Noten el sarcasmo.

-Que... que bien -la miré.
-Arreglate, te esperamos abajo.- se levantó.

¿Que?

-¿Qué? ¿Mamá?

Ella me miró y suspiró.

-Iremos todos y me parece muy mal que no nos acompañes.
-Pe... pero yo no quiero ir.
-Por favor, Alison. -suplicó. -Te prometo que sólo estaremos un momento, nada más.
-Ma... -me callé y suspiré. -Esta bien, iré. Pero no pienso cambiarme ni arreglarme, así que vámonos. -dije y caminé hasta la puerta.

Ella me sonrió.

-Vámonos. -sonriendo, llegó a mi lado y ambas salimos de mi habitación.

Papá detuvo el auto justo en frente de la casa de los Bass. Bajé de este luego de que todos lo hicieron.
Me abracé a mi misma debido al frío que empezó a hacer. No sabía si me hacía frío por los nervios o si en serio había bajado la temperatura.

-¡Hola! -la voz de Catherine se escuchó apenas Sean tocó el timbre. -¡Los estábamos esperando! Pasen, pasen.

Y así lo hicimos, entramos a la inmensa casa. Dustin estaba sentando en uno de los sillones de la sala con su móvil en la mano, cuando me vio sonrió y se levantó rápidamente.
Me abrazó y sonriendo le devolví el abrazo.

-¡Alison! -exclamó sin soltarme. -¡Cuánto te extrañe, enana!
-¡Oh, Dustin! -lo abracé más fuerte.

¿No les mencioné que Austin tiene un hermano mellizo? Oops.

-Te extrañé tanto. -le susurré.
-Y yo a ti. -me sonrió cuando nos alejamos.
-Ya ves que todos te echamos de menos, Alison. -dijo Mike, sonriendo.
-¡Me alegra tanto de que estén aquí está noche! -canturreo Catherine.
-Y a nosotros nos alegra estar aquí, Cathe.
-¡Ven ven, Cara! Tenemos tanto de que hablar. Los muchachos pueden ir al cuarto de juego o sino con Mike a preparar la barbacoa.

Y cuando terminó de hablar, tiró del brazo mi madre y corrió hacia la cocina.

-Bien chicos ¿Quién quiere venir con nosotros?

Mike nos miró a todos.

-Yo. -Ellie y Sean hablaron al unísono.
-Perfecto. -papá me miró.
-¿Irán?
-No, me quedaré con Dustin.
-Esta bien. -y los cuatro partieron hacia el patio.

Dustin me miró y sonrió.

-Ven, vamos al cuarto de juego, allí nadie nos molestará. -rio.

Asentí y ambos subimos las escaleras hacia el cuarto.

-El imbécil de mi hermano no tiene ni la más mínima idea de que vinieron. -me contó y cerró la puerta tras él.
-Hablando de él... ¿Dónde esta? -pregunté mirándolo. -Por favor dime que lo secuestraron y que hoy no aparecerá por aquí.

Dustin soltó una risita.

-Lamento decepcionarte. -dijo riendo y yo me senté en un sillón. -Pero a mamá le parecía de mala educación no invitar a la idiota y detestable de Emily, así que Austin fue a buscarla.
-¿Ella... ella vendrá? -hice un gesto de asco.
-Si. -puso los ojos en blanco. -Ella es detestable e insoportable. No entiendo porque le llamó la atención a Austin. Ellos son completamente diferentes y, créeme cuando te digo que son diferentes, no tienen nada en común.

Lo miré y sonreí.

-Ya ves, los polos opuestos se atraen, dicen muchas personas.
-Si, lo sé, pero... -se calló y me miró. -¿Porque con ella?
-No lo sé, Dusti. -sonreí sin ganas. -Gustos son gustos y tal vez, quizás... tu hermano si la quiere, quien sabe.

Ok, de sólo pensarlo me dieron náuseas.

-Nadie puede querer a Emily. -dijo y soltó una pequeña carcajada. -Ni siquiera ella se quiere.

Reí.

-Ahora preguntará de donde se conoce mi familia con la tuya. -le dije.
-Ni lo digas. -se acostó en el suelo. -Martillará mi cabeza con su tonta y chillona voz.
-Se nota que la amas. -dije sarcásticamente.
-Si, casi como a ti. -dijo divertido.
-¡Oye! -dije riendo.

Se escuchó como la puerta de cerró, Dustin me miró y echó su cabeza hacia atrás.

-Ve tú, en un segundo bajo. -se levantó y suspiró pesadamente. -Iré a buscar mi móvil a mi habitación. -caminó hasta la puerta y se perdió tras ella.

Rodee los ojos y copie la acción de Dustin. Continúe por el pasillo hasta llegar a las escaleras, de lejos pude ver la cabellera dorada y plastificada de Emily, pero... se encontraba sola en el medio de la sala.

¿Y Austin?

-¡Pero que maravillosa sorpresa! -exclamé burlona, mientras bajaba las escaleras.

Emily se giró y abrió un poco sus ojos cuando me vio.

-¿Tú? -me miró de pies a cabeza. -¿Qué haces en la casa de MI prometido?

Sonreí de oreja a oreja.

-No es algo que te interese.
-¿Quién te crees para hablarme así?
-Alison Black. -respondí sonriendo.

Ella puso sus ojos en blanco.

-¡Oh, ya entiendo! -se cruzó de brazos y sonrió cínicamente. -¿Acaso eres una de las conquistas de Dustin? -preguntó, riendo. -No te ilusiones, ese chico no quiere a nadie. Me basta con decirte que no le caigo bien, pero dime... ¿A que persona no le caigo bien? Lo sé, ese hombre está mal de la cabeza.
-No soy una conquista de Dustin.
-Oh... ¿entonces no lo conoces? Que bueno. Ve acostumbrandote a verlo serio todo el tiempo. No le caeras bien, créeme.

Negué y sentí cuando un brazo paso por mis hombros, sonreí cuando supe que era Dustin.
Emily lo miró mal.

-Déjame decirte que amo a Alison. -habló serio y la miró.
-Pensé que no te caía bien nadie.
-Corrección: Tú y tu maldita voz no me caen bien. Tu persona me estresa y me provoca el vómito.

Apreté mis labios para no reír.

-Y también déjame decirte que Alison fue y será la mejor novia que Austin haya tenido jamás.

En el rostro de Emily se formó tres enormes platos, al igual que en el mío.

-¿¡Que diablos significa eso Austin!? -gritó furiosa.

Giré un poco mi cabeza hacía la derecha, al igual que Dustin, y fue cuando vimos a Austin parado cerca del despacho, con el teléfono en la mano y con la mandíbula tensa.

Oh. Mi. Dios.

Viejo Amor (Austin Bass y Alison Black) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora