Capítulo Diecinueve:

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Metí las manos en mi chaqueta, con mi rostro cubierto gracias al gorro de esta, seguí caminando por las largas y anchas calles.
Era un día demasiado nublado, con mucha neblina y una que otra gota caía y golpeaba con suavidad el suelo. Amaba éste tipo de clima, me hacía salir de casa y me ayudaba a pensar bastante.
Tenía la seguridad que iba a estar tranquila mucho tiempo, ya qué, a ningunos de mi familia les parecía lindo salir y a decir verdad, creo que a nadie. Las calles estaban completamente vacías.

Una canción de Ed Sheeran que no recuerdo cuál era, escuché por los audífonos. Acelere mi paso, transformandolo en un trote tranquilo.

Una silueta alta y formada se coló a mi lado. Miré de reojo preocupada por si era algún asaltante o algo, pero sonreí cuando supe que era...

-Aún sigues amando esto. -sonrió divertido, sin perder el trote.
-Algo así. -contesté, quitándome los audífonos.

Él sonrió y no habló más, corrección, no hablamos más hasta que llegamos a un pequeño parque frente de la Universidad a donde yo asistía.

-¿Tan temprano sales? -preguntó y lo miré con una sonrisa.
-Le prometí a Emma que iría a visitarla a primer hora. Me da tiempo de llegar a casa, ducharme e ir a verla.
-Son las 5 A.m, ¿Quién sale a correr a estas horas, Querida?
-Tú y yo. -respondí riendo.
-Dos locos y más con este clima.
-¿Y tú? Yo qué sepa siempre salías a correr de noche, ¿cambiaste rutina?
-Me rompieron el corazón. -contestó tan tranquilamente. -No podía dormir así que... solo decidí salir a despejar mi mente.
-Vaya que cambiaste la rutina. -solté una pequeña carcajada. -Pasas de correr de noche a día y de rompe corazones a herido ¿ahora que sigue, querido?- dije riendo.

Él me miró y rio junto conmigo.

-¡Oye! No es broma. -dijo riendo. -Esto de estar destrozado por dentro se siente de la mierda, ahora entiendo como te sentiste tú. -abrió los ojos cuando se dio cuenta. -Yo... no quise decir... verás... -y se calló.

Sonreí débil y negué, restandole importancia al tema.

-Dustin. -él me miró. -No pasa nada, eso... ya esta olvidado.
-Yo... -rascó su nuca. -No quise decirlo, bueno si, pero no que sonará así. Yo y mi maldita boca. Lo siento.
-No hay problema. -reí y lo miré. -Oye... yo hace mucho quería... quería preguntarte algo sobre...
-¿Sobre lo que dijo mi hermano? -me interrumpió.
-¿Qué comes que adivinas? -reí, nerviosa.

Dustin miró al frente y suspirando me dijo:

-Primero en principal: Mi hermano es un completo idiota. Segundo: Sabes que siempre tuvo celos de mi, o sea... me refiero a ti ¿me entiendes? -dijo y asentí para que siguiera. -Y tercero y la más importante: Es cierto.

Abrí mis ojos como platos y lo miré algo aterrada.
Dustin me miró serio por unos segundos para luego soltar una gran y muy fuerte carcajada.

-¡TENÍAS QUE A VER VISTO TU CARA, JODER! ¡FUE GENIAL! -gritó sin dejar de reír. Lo golpee con toda mi fuerza en su brazo.
-¡Ya, imbécil! -le dije enojada, él me miró y volvió a explotar en carcajadas.

Me crucé de brazos, molesta.

-Ya, ya. -rio e hizo como si estuviera secándose las lágrimas imaginarias.
-Eres un idiota. -murmuré entre dientes y lo mire mal. -Y por idiota te rompen el corazón.

Él borró la sonrisa y me miró serio.

¡Ja! Golpe bajo.

-Eso es cruel. -me miró.
-Te jodes. -dije seria. -¿Me dirás o no?
-Está bien, está bien. -se sentó bien, me miró y luego suspiró.
-¡Ya dime! -dije impaciente.
-Algo es... es... verdad. -susurró tan bajo que no lo escuché.
-¿Qué? -fruncí el ceño.
-Que es verdad. -dijo más claro.
-No caeré en tu tonta broma.
-No lo es. -afirmó mirándome. -¿¡Ay, como te explicó!?

Ésta vez no dije nada, sólo lo miré.

-Cuándo Austin te trajo a casa automáticamente me gustaste. Por supuesto que no iba a decir nada, en ese entonces eras la novia de mi único hermano. Jamás me hubiese metido entre ustedes, tú lo sabes.

¿¡Que diablos!?

-Me guardé eso mucho, mucho tiempo. No quería sentir esto y verte en casa todo el maldito tiempo no ayudó. Eras tan dulce conmigo, eras tan pura, tan auténtica, tu carita me transmitía tanta paz. Eras tan Alison Black. Me era casi imposible no enamorarme de ti, finalmente pasó y Austin lo supo. No se como, ni donde, ni el por qué, pero lo hizo.

Creo que era imposible prestarle más atención, pero sin embargo me esforce y lo hice.

-Él me echó en cara que era mal hermano, qué no había respetado los código y la pregunta más estúpida que jamás me hayan preguntado; ¿Por que te enamoraste de ella?

Estaba estupefacta. No podría creer lo que este chico me estaba diciendo. No lo creía, joder.

-Fuera de los golpes que nos dimos ese día, no nos dirigimos la palabra como por 4 meses.
-Oh por Dios. -cubrí mi rostro con mis manos temblorosas.

¿Qué rayos era todo esto?

-¿Aún... aún sigues... ? -lo miré.
-¡Oh, no! -exclamó rápidamente. -Me di cuenta que... siempre lo vas a querer a él. No importa lo que yo haga u otros, eso no va a cambiar nunca. Austin es el amor de tu vida. Tal vez algún día llegues a enamorarte de nuevo, pero créeme que nunca será con la misma pasión que lo amas a mi hermano.

Lo miré fijamente, él me sonrió.

-Sólo una vez en la vida se ama así, las otras sólo son... -hizo una mueca y se encogió de hombros. -Intentos para olvidar al verdadero amor.

Mi labio tembló, pero decidí ignorarlo. Miré a Dustin.

-Si piensas así... ¿Por qué dices que te rompieron el corazón?

Dustin me regaló una linda sonrisa.

-La quiero, no te mentiré. Pero como te dije, jamás será lo mismo que la primera vez.
-Entiendo... -susurré en un hilo de voz.
-Austin no quiere a Emily, Alli. -me contó, pero ni siquiera lo miré. -No permitas que haga algo por lo cuál se arrepentirá toda su vida.

Sin querer miré el pequeño reloj de muñeca que llevaba, las 6:30 A.m.
Me levanté de un saltito y lo miré.

-Me tengo que ir, llegaré tarde para el horario de visitas.

Él asintió y me sonrió. Me lancé a sus brazos y lo abracé fuerte.

-Te quiero, no lo olvides nunca. -dije sin soltarlo. Él rio.
-Y yo a ti, enana. -me susurró.
-Gracias por ser sincero conmigo, Dustin.

Él sólo me sonrió débil.

Besé su mejilla y me despedí con la mano y comencé a alejarme del pequeño parque.

Heavy de Linkin Park comenzó a sonar en el reproductor y, acompañada del ritmo yo empecé a correr un poco más rápido hasta casa, pensando en todo lo que Dustin me acababa de confesar.

Todo esto parecía irreal, un jodido juego.

No permitas que haga algo por lo cuál se arrepentirá toda su vida.

¿Qué se supone que debía hacer?

Viejo Amor (Austin Bass y Alison Black) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora