Aprender a amarnos

36.1K 3.8K 790
                                    

"Tú no me conoces todavía bien, mi amor. Tú ignoras la profundidad de mi vínculo contigo. Dame tiempo, dámelo, para hacerte un poco feliz. Tenme paciencia, espera a ver y a oír lo que tú eres para mí."

Gabriela Mistral

Subí las escaleras lo más rápido posible, al llegar a la puerta de mi cuarto me tomé unos instantes antes de abrir la puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Subí las escaleras lo más rápido posible, al llegar a la puerta de mi cuarto me tomé unos instantes antes de abrir la puerta. Sentí como si hubiera pasado una eternidad antes de regresar aquí, en cuanto la abrí ese olor a encerrado emano de mi habitación. Abrí la ventana, y me tomé unos segundos para escudriñar mi habitación. Todo estaba como lo había dejado.

Decidí ir a buscar ropa, metí alguna en una maleta, que saqué del armario. Luego saqué mis cosas para darme un baño.

Al quitarme la cazadora que traía puesta dejé mis brazos descubiertos, fue cuando pude ver que tenía algunas manchas violáceas, que no eran lo suficiente pequeñas para que no me dolieran, ni para que no llamaran la atención. Sentí adolorido el cuerpo, mis músculos protestaban por aquel enfrentamiento con Lilith. 

Sentí un gran alivio al entrar a la regadera y sentir el agua tibia cayendo en mi cuerpo. Tenía algunos moretones en los brazos, piernas y ligeros rasguños, que apenas ardían. El calor le hacía bien a mi cuerpo. De pronto a mi mente vino un pensamiento indecoroso. Era más fuerte, ya no era sólo una humana frágil.

Apenas podía creer lo que había pasado, tenía habilidades que jamás había imaginado. Era igual a Nahek. Si alguna vez había dudado de que era la dama de los muertos, está tarde había quedado claro que era su Dama. Era su igual, poco a poco iba tomando mi lugar a su lado, pero eso también me aterraba, tomar ese lugar significaba que mi familia podría pagar las consecuencias. Mi corazón se estrujo. Y el pánico quería apoderarse de mí, intenté respirar profundamente para que eso no sucediera, pero casi no lo logré.

Mi familia, los extrañaba, pensar en ellos sólo hacía que un hueco enorme me devorara las entrañas. De cualquier forma iba a perder, de cualquier forma iba a lastimar a unos o otros. 

El amor dolía, amar a mi ángel oscuro dolía. No quería tener que escoger entre ellos, por eso optaba por evitar que ese tema ocupara mis pensamientos. Debía disfrutar del tiempo que tenía con Nahek. Pues mientras Canek no apareciera, no habría nada que hacer. 

Debía aprovechar cada momento que tenía, cada segundo a su lado se había vuelto vital. Apenas iba a comenzando aquel amor, y tenía miedo que no tuviéramos tiempo para seguir enamorándome de él. Para seguir conociendo a mi ángel oscuro.

Cerré la llave del agua, y me envolví con la toalla gruesa de algodón. 

Al salir vi a Nahek recostado en mi cama. Me tomó sorpresa. ¿Había entrado sin más?

Por unos instantes me quedé paralizada, pero Nahek parecía tranquilo, mirando solamente el techo. Como si estuviera planeando algo.

Tragué saliva y traté de aclarar mi garganta.

Cuando la muerte se enamoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora