FLASH BACK
Mayo/2014
Entrelazó su mano con la mía, sentí eso que llamaban mariposas en el estómago. Más bien era una sensación extraña que me hacía cosquillas en el estómago. Sonreí y me volteé a verlo. No quería perderme de ningún detalle, quería atesorar este momento. Un momento en el que me sentía completa, feliz. Lo amaba, realmente me había enamorado de él. Dejé que mi mano que estaba libre jugueteara con su cabello castaño. El me miraba con esos ojos achocolatados, en ellos había una devoción hacía mí, que me hacía sentir en las nubes. Era dueño de la mirada más tierna, más noble que había visto. Y la forma en la que me miraba, me hacía enloquecer. Esa mirada era la que me había enamorado.Y en ella podía ver de forma tan transparente sus sentimientos hacía mí, su amor, su admiración. Me hacía sentir que pertenecía a algún lugar. Ya no me sentía perdida o ajena a este mundo, sentía que mi lugar, una parte de mí se sentía tan dichosa y otra vivía con miedo constante, miedo de perderlo. Tenía miedo de que desapareciera de mi vida, tenía miedo de que mi felicidad fuera arrebatada.
Alejé ese pensamiento de mí. Y traté de sonreír de nuevo.
No podía creer que alguien como él, se pudiera haber fijado en mí. Él era tan diferente a mí, quizás nunca me hubiera fijado en él. De hecho no lo había hecho, nuestras vidas habían coincidido dos veces, pero no fue hasta después que él fue quien se había acercado a mí.
A esa niña callada, de aspecto extraño. Llena de misterio, pero a la que nadie se había atrevido a mirar más allá. Aquella que muchas veces prefería leer libros para distraer su mente.
¿Cómo podía decirle? ¿Como hablarle de ese sueño disparatado? Sin que creyera que estaba loca, que había perdido la razón, o que no lo tomara tan en serio. Quizás no debía de tomarlo tan en serio.
Estaba asustaba, tenía tiempo que despertaba cada noche sobresaltada. Con lágrimas en los ojos, porque esas sensaciones eran tan vívidas, veía cómo se iba de mi vida. Y ese vacío momentáneo provocado por ese sueño me hería cada vez. Pensar en perderlo me aterraba.
Y no me atreví. Acallé mis pensamientos y mordí mis labios para evitar decir mis locuras en voz alta. Quizás eran sólo sueños, sueños cómo los de todos, pesadillas que nunca se iban a volver realidad.
No quería que el saliera huyendo, o que pensara que estaba loca. Por supuesto que no iba a perderlo. Me amaba y yo lo amaba también. Lo amaba tanto al pensar en él, sonreía como tonta.
Ya era suficiente que todos creyeran que era una asocial, o extraña. Cómo para que el primer chico que amaba quisiera meterme al manicomio.
Además, si él me dijera lo mismo pensaría que no solo le falta un tornillos, si no que tuercas y muchas piezas también. Debía de ignorar esas pesadillas.Pero algo me decía que había una razón para preocuparme.
Por que no sólo en sueños. Lo veía si no, a veces cuando miraba por la ventana al pasar por la autopista, entre los árboles en el reflejo del cristal de mi auto veía la misma imagen. Un auto gris, cayendo de un puente. En seguida él llamándome.
Tal vez sólo eran alucinaciones mías.
Julio/2014
—Ángela... Ángela...— Su voz la escuchaba entrecortada, apenas era audible, pero había preocupación... Confusión.
Escuché, como frenaba un carro, la canción, estaba segura que conocía esa canción pero no podía identificarla.
Entonces escuchaba como dos autos chocaron...
Los vidrios rotos y el claxon de uno de ellos, sonando. Mientras otro se quedaba colgado al filo del puente gigante, que atravesaba un río.En seguida se vencía la contención y el auto resbalaba. Todos ahí, gritaban asustados. Unos pedían ayuda. Los que trataron de ver si el conductor estaba vivo, se retiraron asustados.
Y luego de segundos, que parecieron eternos. En medio del asombro y después de un silencio sepulcral.
Las ambulancias se empezaron a oír a lo lejos.
Y la gente empezaba a murmurar...
—Sólo era un chico...—
—El trailer no pudo frenar y se estampo...—
—No pudimos hacer nada—
Desperté, y sentí una extraña sensación en la nuca.
Estaba llorando, y los vellos de mis brazos estaban erizados.
—Sólo son sueños, Ángela... Sólo eso.- Me dije a mi misma.
Hasta el día siguiente...
La clase fue interrumpida por el prefecto, y con solemnidad anunció.
—Lamentamos informarles que esta institución está en duelo. El fin de semana, uno de sus compañeros, falleció en un terrible accidente que fue ocasionado por un trailer que se quedó sin frenos...—
—Oh... Dios... ¡No! Puede ser...— Y otras frases del mismo tipo se empezaron a escuchar por todo el salón. Todos los presentes estaban atónitos con la noticia, porque todos de alguna manera conocen a Adam, además el efecto dramático era mayor, ya que era un chico de nuestra edad.
Sentí que todo mi cuerpo se heló. Me quedé quieta, como si el tiempo se hubiera detenido sólo para mí.
—Era un gran chico, de un grado superior al de ustedes, pero que conocían bien... Su compañero Adam será extrañado...—
—¿Tú lo conocías? ¿No?....—
Preguntó uno de mis compañeros de a lado.
Apenas si pude girar para verlo a los ojos. Mis labios temblaron.
Lo miré incrédula. Y apenas pude asentir... Con la voz entrecortada dije:
—Creo que yo.... Fue mi culpa, fue mi culpa. Yo lo maté.—
Canción: I will always be there/Niki Haris
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Cuando la muerte se enamore
FantasíaLIBRO 1 ¿Qué es lo que pasaría, si la muerte te perdonara la vida? ¿Si aquel ser extraño al que muchos le temen, pudiera ¿De verdad aquel ser es tan cruel y despiadado? O sólo es un ente que vaga solo en las penumbras, un ser odiado por muchos y...