<< "La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma". La ley de la conservación de la energía afirma que la energía no puede crearse ni destruirse, sólo se puede cambiar de una forma a otra. >>
Eso es lo único que recuerdo de todas las clases de física, junto a la voz grave y seria del profesor de física de la preparatoria, mientras sostenía un pedazo de tiza en sus manos. Esa frase logró captar mi atención mientras estaba distraída garabateando en mi cuaderno sin prestar mucha atención a lo que estaba diciendo. Recuerdo haber estado sumergida en mis pensamientos, pero esa parte la recuerdo perfectamente. Dejé el lápiz sobre el cuaderno y puse atención, mientras explicaba con seriedad, yo sólo oía. Sólo ese párrafo escribí en la parte superior de la hoja en la que estaba abierta la libreta.
Fue una especie de consuelo para mí. Porque a pesar de experimentar cosas que no se pueden explicar de forma racional, no podía evitar temerle a la muerte, siempre le había temido. A veces despertaba exaltada, temblando de miedo porque no quería jamás enfrentarme a ella. Mis sueños o desvaríos me hacían sentirme sola. Me encontraba vacía en una interminable oscuridad. Al despertar divagaba en cosas en las que seguramente nadie pensaba. Pensaba en que jamás volvería a sentir el sol en mis ojos, la brisa o el agua tibia bajo la regadera. O saborear la frescura del agua que bebía en mi boca. Quizás eran cosas estúpidas, pero en serio, no podía imaginar la vida sin volver a sentir la lluvia, el sol, el agua, ese olor a tierra mojada. No quería eso. Quería vivir, ver todos los paisajes.
Estábamos atrapados en la vida misma, pensaba que no quería experimentar nunca la muerte y hubiera sido mejor morir cuando no era consciente de nada. Cuando era un bebé, hubiera sido mejor irme junto con mi madre.
Ahora comprendía que ese miedo irracional, se debía a que de alguna forma sabía lo que me esperaba. Yo conocía a la muerte.
Cuando mi corazón se detuvo, hubo un momento de paz. Un momento de serenidad y tranquilidad, todo se detuvo. No sentía miedo, soledad, frío o amor.
Todo fue paz por unos instantes, después ese frío recorría mi cuerpo estremeciéndome. Luego unos labios chocando con los míos y unas manos que me sujetaban. Tenía la sensación de que alguien me tenía entre sus brazos, alguien se interponía entre el frío suelo del hospital y yo.
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Cuando la muerte se enamore
FantasyLIBRO 1 ¿Qué es lo que pasaría, si la muerte te perdonara la vida? ¿Si aquel ser extraño al que muchos le temen, pudiera ¿De verdad aquel ser es tan cruel y despiadado? O sólo es un ente que vaga solo en las penumbras, un ser odiado por muchos y...