Caerse

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Estaba sentada justo en medio de aquella cúpula. Me dejé caer sobre la cama, estaba tan cómoda. Mi cuerpo quería solo dejarse ir, perderme en sueños para escapar un tiempo a mi realidad. MI cuerpo dolía, no entendía exactamente la razón, y es que no la había. Sin embargo tenía un agotamiento físico, como consecuencia de todo lo que había estado sucediendo. 

Y aún así, en medio de toda esa confusión haber visto a mi madre biológica era un aliciente. Sólo había bastado con mirarla. Nahek me había propuesto ayudarla, sin embargo no creía estar preparada para enfrentarme a ella, para enfrentar la posibilidad de que ella nunca me viera como su hija. Ya mi ángel oscuro me había advertido que ella había perdido la noción del tiempo, estaba sumergida en su propia realidad, aunque me buscaba, no sabía si iba a ser capaz de asimilar que su búsqueda estaba por terminar.

Habían pasado dos días y tenía que ver a Canek. Había olvidado eso. No sabía como es que debía ir. Nahek me había dejado aquí. De cierta forma me sentía encerrada, es cómo si solo Nahek pudiera entrar y salir a su antojo.

¿Acaso solo Nahek y yo podíamos estar en este lugar?

Recordé entonces esa frase suelta en mi cabeza, debía de tener una llave de nuestro "nido de amor", sólo que no existía una llave de forma física. Y a Nahek no le convenía enseñarme a ir y venir. Comprendía que quisiera protegerme pero era algo frustrante. Creo que la idea de ir pronto al templo de las calaveras no era tan mala. No podía dejarme sólo aquí sin más. 

En otras circunstancias lo primero que hubiera hecho habría sido husmear todos los rincones del lugar, pero ahora mi preocupación era ver a Canek sin que nadie se diera cuenta. Sabía el peligro de que alguien me viera con Canek. Sobre todo si Nahek me veía, estaría en graves problemas. Tenía que confesarle lo que le había estado ocultando. Pero si lo hacía, solo lograría que Nahek y Canek se enfrentaran. Y Lilith tendría el camino libre.

Me dejé caer una vez en la cama, mientras gritaba con frustración. ¿Había una manera sencilla de terminar esto?

Quizás debería de decirle a Nahek con claridad que me ayudará a descubrir mis poderes. Pero lo había tratado de hacer, se lo había dejado deslizar y el sólo respondió.

  — Adara, aún no es tiempo. Cuando resolvamos esto, tenderemos una eternidad para que los aprendas a usar.—  Lo cual no supe como interpretarlo. Es decir ¿que esperaba Nahek? ¿Que saliéramos ilesos? ¿Quería protegerme? ¿Quería alejarme de Leo? 

Me sentía mal, no debía de ocultarle algo tan importante. Pero tampoco es que mi ángel oscuro diera muestras de poner el sentido común sobre sus recién adquiridos sentimientos. Lo cuál era bueno en el amor, en nuestra relación. Pero a la vez era algo frustrante. Me ponía en el lugar de Nahek y por supuesto que si hubiera un alma gemela destinada a él, estaría celosa. Tenía razón y no la tenía. Leo no era algo que pudiera pasar. Leo era igual que... ¿La muerte se enamore? 

De acuerdo no era la mejor comparación. Alejé ese pensamiento de mi cabeza. Era pésima en esto del amor. Realmente era pésima, me sentía como si estuviera al borde de un abismo. Tenía tantas emociones acumuladas. Estaba nerviosa, impaciente y sentía esa emoción que se manifestaba como una extraña sensación recorriendo mi cuerpo, envolviendo a mi corazón con leves apretujones. Quería gritar hacer algo. Me di cuenta que si seguía sin hacer nada seguro terminaría dándome un ataque de frustración.

A veces sentía que odiaba a Nahek, pero no de esa forma en que puedes odiar a un enemigo, sino de esa forma cariñosamente endemoniada. De esa forma en la que sientes que si pierdes a esa persona, lo perderás todo y eso te incluye a ti mismo. Me sentía atada a Nahek de una forma extraña, él me hacia ser muchas cosas que no era, sacar un lado oscuro por temor a perderlo. Y  a la vez ser la mujer más dichosa por amarlo. Era muchas cosas incongruentes, ahora comprendía que eso era amar. Amar era como esa montaña rusa que te lleva de una emoción a otra y eso a veces me desquiciaba. 

Cuando la muerte se enamoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora