Capítulo 27: Se termino.

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Después de charlar por no sé cuantos minutos más nos levantamos del suelo y nos subimos a la cama de Dani para leer revistas y escuchar música. Yo que estaba tirada en forma horizontal a la cama de Dani y me puse de pie.

-Voy a ir buscar algo para tomar ¿alguna quiere algo? -pregunté.

-Yo quiero un poco de jugo -dijo Becca.

-Bien, enseguida regreso -dije y salí de la habitación.

Sonreí al escuchar las risas de las chicas cuando Becca comenzó a babear de nuevo por el profesor Mayer. Nunca me imaginé que hacer una ronda de amigas sería algo tan agradable. Ellas son tan divertidas y alegres. Solté un suspiró y comencé a caminar hacia las escaleras. Pero mis pasos se detuvieron justo frente a la puerta de Joel.

'Podrías tocarle la puerta y pedirle perdón bien... Y quizás hablarle de buena manera y pedirle que de verdad deje a Tiffany'

Asentí con la cabeza y con cuidado me acerqué a la puerta. Respiré profundamente y toqué con dos leves golpes. Nadie contestó. Volví a tocar y tampoco obtuve respuesta. Giré para irme hacia la cocina pero volví a girar hacia la puerta y tomé el picaporte. Giré la manija y abrí. Con cuidado me asomé y entonces lo vi ahí tirado, boca arriba, al parecer durmiendo.
Entré del todo y cerré la puerta con cuidado para no despertarlo. Caminando en puntas de pie me acerqué a la cama. Él dormía cómodamente en el medio. Su rostro ya no estaba tenso, ni serio. Tenía cara de paz y de estar realmente disfrutando de dormir.

Me senté en el costado de la cama y me quedé quieta observándolo. Su respiración era lenta y pausada. Señal de que en verdad estaba dormido.

-No te ves tan malo y ególatra mientras duermes -le dije y comencé a jugar con uno de los mechones de mi cabello -Es más, pareces un niño pequeño más que un tonto grandulón. Yo intentaba pedirte disculpas en el auto -le seguí hablando pero sin mirarlo -Pero te pusiste necio y me dejaste con la palabra en la boca. De verdad quería pedirte perdón. Y tienes razón al decir que no soy nadie con el valor suficiente como para juzgarte -seguí jugando con mi mechón. Lo envolví en mi dedo y solté para luego volver a hacer lo mismo -Soy la menos indicada para juzgar -susurré esas palabras, más para mí misma que para él -Pero parece que no lo ves. Parece que te gusta lastimar a los demás. Pero bien yo solo intenté hacer que lo entiendas... quizás no fue la mejor manera. Pero seamos honestos, lo merecías. Y la oxigenada esa aun más ¿Por qué no la dejas y ya? ¿No te parece que es un poco superficial para ti? Bien aunque creo que tú también lo eres -lo miré y me pareció ver que acababa de cerrar los ojos. Me quedé quieta y tragué saliva. Él no está despierto, él no puede estar despierto. Mordí mis labios y respiré profundamente -Y solo vuelvo a pedirte perdón y decirte que ya no me voy a meter más. De ahora en más todo pesara el doble en tu conciencia...

Me puse de pie pero entonces sentí algo que no quería sentir. Su mano agarró la mía al instante que me puse de pie. Cerré los ojos con fuerza y me quedé parada dándole la espalda. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué demonios no está dormido?

-¿Qué pasó gitanita? ¿Tienes muchos remordimientos? -me dijo. Su voz sonó algo ronca.

Lentamente me giré a verlo, pero su mano aun así no soltó la mía.

-Solo... quería aclararte eso -dije algo nerviosa. Rápidamente me solté de su mano. Él sonrió de costado y se sentó bien en la cama, apoyándose contra la cabecera.

-¿Sabes? He notado algo, gitana -dijo y estiró sus músculos estirando los brazos y bostezando a la vez.

-¿Qué cosa? -pregunté rápidamente.

-Que eres bonita -dijo con voz suave.

Mucho peor que la sensación que me invadió cuando dijo que solo pensaba en mirarme el trasero y en mi boca, me invadió ahora. Enseguida sentí que la sangre corría a gran velocidad hacia mis mejillas. Volví a tragar saliva.

Nothing in my way.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora