Capítulo 80: El puerto.

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- Joel.

—Joel, muchacho... despierta —su voz llegó algo lejana a mi cabeza.

Mis ojos comenzaron a abrirse. Una luz blanca me cegó. Los cerré y volví a abrirlos. Había muchas personas a mi alrededor... pero mi mirada se posó en el hombre de ojos verde oscuro que me miraba intranquilo, algo preocupado. Me quise sentar pero un dolor invadió mi abdomen.

—TN_____ —dije apenas.

—Tranquilo, tranquilo —me dijo él. Hugh Hudgens apoyó su mano en mi hombro y me hizo recostarme de nuevo en la camilla. Estaba en... no sé donde demonios estoy —No te muevas estas herido...

—¿Dónde está TN_____? —pregunté y me llevé la mano a la panza. Tenía una presión horrible allí.

—No lo sé —me contestó él —Se la llevaron... y para cuando nosotros llegamos al lugar el único que estaba allí eras tú.

—¿Qué me pasó? —quise saber.

—Te dispararon —dijo. Miré mi estomago. Yo estaba sin remera y una venda blanca cubría por completo mi abdomen —Tienes un dios a parte porque la bala a penas llegó a traspasar la piel, quedó allí... pero perdiste bastante sangre.

—Fue el bastardo de Brad...

—A ese se la tengo más que jurada —dijo.

—Todo fue mentira —dije algo agitado —Lo de mi padre... él no hizo nada... Brad inventó todo lo de...

—Lo sé, lo sé —me interrumpió —Estuve haciendo varias investigaciones y ya se que todo es falso.

—Entonces —mi voz seguía agitada —¿Ya no se la van a llevar?

—No —dijo semisonriendo —Ya no.

—Ese infeliz... la obligó a casarse con él —le conté. Su rostro se oscureció y su mandíbula se tensó.

—Voy a encontrarlo y va pagar muy caro por esto —me aseguró. Asentí un poco más aliviado.

—¿Dónde estamos? —le pregunté.

—TN_____ dejó una nota en el bolsillo de tu campera —me contó —Y allí dejó anotadas unas coordenadas. Por lo que sabemos es la dirección de un puerto... y estamos yendo hacia ese lugar.

—Tenemos que encontrarla, Hugh... debemos hacerlo.

—Tranquilo muchacho, yo no voy a descansar hasta tener a mi pequeña Monstruo conmigo otra vez.

—Yo la amo —le conté. Lo vi ponerse serio —Pero la amo enserio... la amo a pesar de que llegó a mi vida con engaños —su seriedad se apaciguó —La amo por lo que es... y porque ella es mi luz y mi todo. Y no puedes dejar que la alejen de mí, y tú tampoco puedes alejarla de mí...

—No voy a alejarla de ti —me interrumpió —No voy a hacerlo.

El auto se detuvo. Hugh miró hacia el frente.

—Llegamos, señor —dijo el que estaba manejando.

—¿Dónde estamos? —quiso saber él.

—En el puerto de San Fernando —contestó.

—Manden a rodear la zona y avisen al FBI y estamos sobre las cabezas de sus ratas —ordenó.

Comenzaron a prepararse y a dar órdenes. Vi que Hugh se preparaba también.

—Quiero ir —le dije.

—No —sentenció —Estás herido, no puedes.

—Necesito ir y saber como esta.

Nothing in my way.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora