Capítulo 52: Deseo.

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Entré a mi casa y no pude evitar cerrar la puerta con fuerza. Es que no puedo creerlo, no puedo entenderlo. ¿Cómo es que fui a enamorarme de alguien así?
Pero tal vez esto no es amor, solo es un simple encantamiento por un par de besos. Quizás estoy a tiempo de alejarme completamente y dejarlo como si nada.

¿Cómo no va a ser amor? Si cada vez que me mira me tiembla hasta el pelo.
Maldije entre dientes y comencé a caminar hacia las escaleras. Iba a subir a mi habitación, me iba a dar un lindo baño y luego a mirar películas de guerra. Eso es lo me hace falta, ver sangre, acción, muerte… para dejar de lados todas estás sensaciones de niña tonta que nunca quise tener y que ahora, maldita sea, tengo.

—Oye, la puerta no tiene la culpa de tus problemas —dijo Hugh mientras entraba a la sala.

—No me molestes, Extraño —le advertí.

—Uuuy, ¿Qué pasó Monstruito? ¿Por qué tan enojada? —preguntó con cierto tono burlón.

—Nada —dije secamente —Solo no estoy de humor. Me voy a mi cuarto.

—¿No vas a cenar, hija? —me dijo. Me detuve en las escaleras y lo miré.
Lo odio enormemente cuando utiliza aquellos seudónimos para referirse a mí y lograr que haga lo que él quiera. Sonrió haciéndose el tonto.

—Tomo un baño y bajo a comer —dije soltando un suspiro.

—Esa es mi bebé —dijo con tono empalagoso.

—Diaj… no seas cursi, ¿quieres? —volví a subir.

—Te encanta que sea cursi, Monstruito.

Puse los ojos en blanco y llegué al primer piso. Caminé hasta mi habitación. Cuando entré, me dirigí directamente al baño. Encendí el agua y dejé que la bañadera se llenara. Iba a relajarme un poco… a dejar de pensar. Me quité la molesta ropa y entré al agua. Sentí que como mis músculos se relajaban con el contacto del agua caliente. Solté un suspiro.

**—Dios, se nota que necesito sexo…**

—Maldito cavernícola empedernido, cuanto te detesto —musité.

Apoyé la cabeza contra el borde y cerré los ojos.

‘Arruinaste todo, tonta’ —me dijo mi conciencia.
‘¿Qué? ¿Me estás hablando enserio?’ —le pregunté sin poder creerlo.
‘¡Si! Él te había invitado a salir. ¡Ibas a tener una cita! Pero NO, tenías que arruinarlo todo’
‘¿Es que no te das cuenta,? Él está jugando conmigo… él no puede sentir nada por mí, no me conoce. NO PUEDE SENTIR NADA POR LA PERSONA QUE TIENE QUE MATAR A SU PADRE’

Me senté rápidamente y abrí los ojos. ¿Cómo pude olvidarme de eso? ¿Cómo pude dejarlo de lado? Yo tengo que matar a Nicolas Pimentel cuando Jones me de la orden… yo tengo que hacerlo.

Sentí una presión en el pecho, una sensación de angustia. Me senté bien en la bañadera haciendo que el agua salpicara un poco hacia fuera. Llevé mis rodillas hacia mi pecho y las rodeé con mis brazos.
Voy a matar al mejor amigo de mi madre. Voy a matar al tío de mi amiga. Voy a matar al padre de Joel. Cerré los ojos y los sentí llenarse de lágrimas.

Sentí dos golpes en la puerta. Me sobresalté un poco.

—Monstruito, ya está lista la cena —me dijo mi padre.

Si alguien alguna vez le hiciera algo a él yo sería capaz de buscar a esa persona hasta el fin del mundo y matarla con mis manos.

—No tengo hambre, Extraño —le dije.

—¿Qué? —preguntó —TN_______, hace días que no comes bien hija. Me estás preocupando.

—Estoy bien, enserio. Solo no tengo hambre. Quiero terminar de bañarme y voy a acostarme a dormir —dije.

Nothing in my way.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora