Capítulo 64: Mata a Nicolás.

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- Joel.

Terminé de acomodarme la corbata mirándome fijamente al espejo. Suspiré y me miré bien. Mi cara era peor que la de mil demonios juntos. Hace cuatro días que no duermo. Hace cuatro días que no sé nada de ella... Es como si se la hubiese tragado la tierra. Su padre insiste en que se fue al campo. Pero... ¿Por qué no me llama? ¿Por qué se fue así? Ella solo tuvo que haberme escuchado. La puerta de mi habitación sonó...

-Pase -dije sin muchas ganas. La puerta se abrió y mi padre entró. También vestido de traje se acercó a mí.

-¿Estás listo? -me preguntó. Asentí levemente - Joel, hijo, si no estás con ánimos para ir no vayas. No quiero que vayas si estas mal por TN______...

-Papá... tengo que ir. Es tu día, hoy ganas -le aseguré.

-Eso aun está por verse -sonrió y acomodó el cuello de mi saco -Todo va a estar bien, Joel. Clarita va a volver.

-No lo sé -musité. Él palmeó mi espalda y salimos de la habitación.

El auto que nos llevaría hasta el lugar en donde se llevarían las elecciones a cabo ya estaba en la puerta. Salimos y nos subimos a él.

En todo el camino no crucé palabra con papá. Mi cabeza estaba en otro lado como para ponerme a hablar de lo que sea. Necesito tanto de aquella gitana. En estos cuatro días... extrañé tanto su presencia. Sus besos, sus sonrisas. Extrañé verla sonrojarse, extrañé su perfume, su mirada. Extrañé sentir su cuerpo cuando se abrazaba al mío. Tanto la extraño que me siento abrumado, vacío.

El auto se detuvo y nos bajamos. El lugar ya estaba lleno de gente. La oposición de papá ya estaba allí. Nos acercamos a ellos y los saludamos amablemente.

-Que gane el mejor, Pimentel -dijo Peter Cross, el contrincante de papá. Él sonrió y le tendió la mano.

-Que gane el mejor, Cross -repitió su oración y nos alejamos de ellos.

Nos acercamos a nuestro palco... allí estaban todos los socios de Nicolás. Me senté algo alejado de los demás llevándome mis pensamientos conmigo.

-¿Llego tarde? -preguntó él sentándose a mi lado.

-Me asustaste, Erick -dije algo sorprendido, ya que ni lo había escuchado llegar.

-Lo siento -se disculpó -¿Estás bien?

-Estoy como puedo -contesté.

-¿Sigues así por TN_______? -preguntó.

-Si -musité -No entiendo, Erick. Todo se fue al demonio porque no puedo abrirle mi corazón y decirle que... que...

-Que la amas -terminó la frase por mí. Asentí levemente -Ya vas a poder, hermano.

-La extraño -dije apenas audible.

-Todos la extrañan. Las chicas están... tristes sin ella. Dicen que les falta algo. Les falta una quisquillosa y dudosa que siempre se sonroje cuando hablan de algo vergonzoso.

-Esa es mi gitana -sonreí levemente pensando en ella sonrojándose por algo tan simple y común como hablar de hacer el amor.

-Ya veraz que todo se resolverá, Joel. Ella va a volver y todo será como tiene que ser.

-Dios te oiga, amigo, dios te oiga -dije.

-Les pedimos un poco de atención, por favor -habló un hombre algo mayor en el escenario. Toda la sala se quedó en silencio -Es hora del debate entre nuestros candidatos... y luego de eso sabremos quien es el ganador. Por favor señores, acérquense a sus mostradores.
Mi padre se puso de pie. Lo tomé del brazo haciendo que me mirara.

Nothing in my way.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora