Capítulo 37: Abrazo.

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—David era un loco despreocupado, Clarita. Jamás hubiese sido un buen padre. Tú lo sabes perfectamente —dijo.

—Ajá —fue lo único que salió de mi garganta.

—Si yo les hubiese dicho a ellos dos que sabía toda la verdad de la relación que tenían iban a quitarme a Joel.

—Por eso te quedaste callado y fingiste ser un padre muy feliz.

—Es que yo era un padre muy feliz, Clarita. Joel trajo mucha felicidad a mi vida cuando nació.

—¿Y qué sucede ahora? ¿Por qué no se llevan tan bien? —pregunté.

—Joel fue creciendo y Donna comenzó a comportarse de una manera poco normal. Había días que estaba totalmente fuera de si. Y había otros que era la madre más dulce del mundo. Al parecer en esos días que estaba mal era porque David desaparecía y no tenía noticias de él por ningún lado. Hasta que esos días en que estaba mal se volvieron más constantes. David no daba señales de vida... él no la llamaba ni siquiera para preguntarle por Joel.

—Él sabía que Joel era su hijo, ¿cierto? —hice aquella tonta pregunta. Pero necesaria.

—Claro que lo sabía... pero como ya vez no estaba dispuesto a hacerse cargo responsablemente. Era más cómodo que yo lo hiciera.

—¿Y qué más pasó después? —dije.

—Donna había comenzado a comportarse como una verdadera loca. Hasta había llegado a golpear a Joel. Ese fue mi límite. Y llamé a su hermana, Ángela, para que viniera a buscarla y se la llevara unos días de viaje. Ángela llegó dos días después de que la llamé. Y ese mismo día llamaron aquí, mientras yo no estaba, para informar que habían encontrado muerto a David. La que había atendido ese llamado había sido Donna.

Él se quedó callado. Al parecer contar todo esto le estaba doliendo mucho más de lo que parecía.

—¿Y qué pasó cuando lo supo? —pregunté para que siguiera hablando.

—Ella buscó un arma entré mis cosas. Y se mató delante de su propio hijo. Joel  apenas tenía 7 años y vio todo, absolutamente todo. Incluso escuchó las hirientes palabras de su tía Ángela.

—¿Qué le había dicho ella?

—Al parecer antes de que Donna dispara el arma, Ángela había intentado detenerla diciéndole cosas como: No puedes dejar la vida por un par de pantalones o no te comportes como una cualquiera, tu marido ya sabe que lo engañas y aun así está dispuesto a quedarse contigo.

—Por eso odia tanto a las mujeres —susurré.

—Luego de todo eso Joel se volvió frío y yo contribuí a ello alejándome de él.

—¿Y por qué te alejaste de él? —pregunté.

—Porque tenía miedo de que me preguntara algo de lo que Ángela había dicho.

—¿Tienes miedo de que él sepa que no eres su padre?

—Mucho miedo. Tanto él como Danielle son lo único que me queda en este mundo. Mi hermana Lisa esta internada en un neurosiquiatrico. Prácticamente he criado a Danielle. Ambos son mis hijos.

—Pero una sabe que es tu sobrina y el otro no.

Nicolas abrió los ojos rápidamente y me miró confundido.

—TN______ —dijo y como si se acabara de dar cuenta de que yo no era Clara.

—Su secreto está bien guardado conmigo, señor Pimentel.

—Yo no sé que decirte —aseguró.

—No tiene que decirme nada. No estoy asombrada, mucho, por la historia de su familia. La mía también tiene sus turbulencias.

Nothing in my way.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora