Nothing in my way.

Capítulo 67: Hotel de citas.

– Joel.
La noche se hizo presente y decidí que lo mejor sería detenernos en algún lugar. Entré en un pequeño pueblito. Comenzamos a buscar algún hotel o pensión en donde quedarnos.

—Ese de allí dice hotel —me dijo ella.

Estacioné frente a la vieja casa y nos bajamos. No se veía para nada lujoso. Pero bueno, eso es mejor que nada. Tomé su mano y entramos al lugar. Nos acercamos al mostrador. TN________ rió por lo bajo al ver la pequeña campanilla que allí había. Divertida, le dio un par de golpecitos. Un hombre mayor salió por una de las puertas. Acomodándose los pequeños anteojos que llevaba, se acercó al mostrador.

—¿En qué puedo ayudarlos, jovencitos? —nos preguntó.

—Queríamos saber si tiene alguna habitación disponible, señor —le dije.

—¡Claro que si! —exclamó contento —Tenemos muchos cuartos disponibles, ¿Cuántos van a querer? —dijo. Sonreí levemente.

—Solo uno —contesté. La cara del anciano se transformó.

—Pero… pero ustedes son dos —habló algo sorprendido.

—Si, pero vamos a compartir la habitación —dije sin entender por qué tenía explicar algo tan obvio.

—¡Oh no, claro que no! —dijo ofendido —Mi casa no es un hotel de citas, jovencitos…

—Usted no tiene derecho a…

—Lo entendemos, señor —me interrumpió TN__________. La miré extrañado —Pero nosotros no queremos hacer tal cosa. Eso sería una aberración… ya que somos hermanos.

—¿Qué? —pregunté al instante. Ella me miró amenazadoramente y entonces comprendí su plan. Sonreí por lo bajo y miré al viejo —Claro, señor, ella es mi pequeña y adorada hermanita. ¿Cómo se le ocurre que nosotros dos…? No, que espanto —exageré un poco las cosas.

—Escuchar eso me deja un poco más calmado, jovencitos —dijo mientras sonreía —Yo pensé que eran una de esas parejas jóvenes que… no esperan al matrimonio para consumar el acto de amor.

—No, no somos esa clase de personas —dije mientras trataba de no reír.

—Bien —asintió —Ahora les doy un cuarto.

Se fue de allí saliendo por la misma puerta por la que había entrado. Me giré a verla y ella sonreía divertida.

—Solo a ti se te ocurre pensar en discutir con un anciano —me dijo.

—No pensé que se iba a hacer tanto drama porque compartamos un cuarto.

—La mayoría de la gente grande se hace mucho problema por eso… es como que les molesta, hermanito.

—Que chistoso sería que fueras mi hermana. Ya estaríamos cometiendo incesto. Sería feo saber que mi hermana me gusta mucho, mucho —dije pensando seriamente en aquello.

El hombre volvió a aparecer por la puerta. Sus pies hacían un ruido molesto contra piso, ya que los arrastraba.

—Bueno, aquí están las llaves. Van por ese pasillo, la última puerta a su derecha. ¿Van a querer el servicio de la cena y el desayuno? —preguntó. Miré a TN________ y ella me dijo que NO con la mirada.

—No, señor, con la habitación sola estamos bien —dije.

—Perfecto —suspiró y le tendió la llave a TN________ —Que pasen buena noche.

Nos despedimos de él y fuimos hasta la habitación. Vi que TN________ fruncía el ceño y se tapaba la nariz. No había olor feo… solo a encerrado. Ella se acercó rápidamente a la ventana y la abrió de par en par. Soltó un exagerado suspiro.