Capítulo 71: Chimenea.

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- Joel.

—Y no queremos eso —aseguró —Joel… deja de mirarme así —comencé a caminar hacia ella —¿Qué… qué vas a hacer? —sin decirle nada la levanté del suelo y la colgué como a una bolsa de papas en mi hombro. Ella comenzó a patalear y a reír. No hay nada más hermoso que su risa. Salí de la casa y comencé a correr con ella encima hacia el mar —¡Joooeel! —gritó divertida.

Mi piel se erizó cuando mis pies hicieron contacto con el agua. Seguí corriendo hasta que una ola me tiró. Perdí el contacto de TN________. Saqué la cabeza del agua y la busqué con la mirada. No estaba… comencé a desesperarme ¿Y si se estaba ahogando?

Sentí que algo se colgaba de mi cuello y me hundía. Logré zafarme de su agarre y la tomé de las manos. Volví a sacar la cabeza y la miré. Mi corazón aun latía acelerado por la preocupación.

—¿Estás bien? —le pregunté mientras me restregaba los ojos.

—Si —dijo divertida —Pero estás loco, ¿Cómo vas a entrar de esa manera? Fue demasiada agua fría para mi gusto.

Me salpicó el rostro. Yo también la salpiqué.

—Creo que… que me estoy transformando —dije y miré mis manos. TN_______ soltó una risita nerviosa.

—¿Es una especie de juego? —preguntó tentada.

—No lo sé… pero… pero siento ganas de… atrapar a alguien —hice un movimiento extraño con la cabeza.

—¿Una especie de… de tiburón? —dijo nerviosamente divertida. Respiré profundamente de manera exagerada.

—Huelo a humana. Una humana muuuuy sexy —dije.

Ella pegó un leve gritito y comenzó a correr en el agua. Esperé unos segundos a que se alejara y comencé a seguirla. Y este era el simple y típico juego del tiburón y la victima. Parecíamos dos niños pequeños. Y hacía tanto tiempo que no la pasaba tan bien.

Logré atraparla después de una intensa lucha contra las olas, el cansancio y la cantidad de agua que sin querer tragué. Como castigo comencé a besarle el rostro. Me detuve justo antes de besarla en los labios. La miré fijo a los ojos.
Su respiración era algo agitada. Las gotas de agua salada estaban esparcidas por todo su rostro. Miré su boca entre abierta e iba a sucumbir a mi posición de mantenerme al margen.

Pero entonces, para mi sorpresa, su boca atrapó la mía con ganas. Sus brazos rodearon mi cuello y su cuerpo se pegó al mío. Sus besos tenían el leve sabor a salado a causa del mar. Me soltó despacio y me abrazó con fuerza.

—Me haces tan bien —susurró contra mi hombro.

—Y tú a mí, bonita —le dije.

Se alejó apenas para poder mirarme a los ojos. El sol ya se estaba ocultando. El viento soplaba un poco más frío. Los leves rayos anaranjados que llegaban, apenas lograban darnos calor.

—Joel… —musitó mi nombre.
—Vamos adentro, ¿si? —dije antes de que mis ganas de ella salieran a flote y arruinaran todo por completo —No creo que quieras que nos enfermemos…

—No —dijo con una leve sonrisa.

Salimos del agua y la abracé al ver como su piel se erizaba. Corrimos hasta la casa ya que el viento se había hecho intenso de repente.
Cuando entramos ambos suspiramos ante el tibio calor de la casa. Busqué unas toallas en los armarios del lavadero. Envolví a TN________ con una.

—Te dije que era una locura que fuéramos a meternos —le dije. Ella rió mientras se tapaba mejor.

—Pero aun así nos divertidos, ¿o no? —preguntó. Asentí divertido.

Nothing in my way.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora