Capitulo 5: La nueva.

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Seguí mirando a Isabella y vi como una sonrisa de maldad atravesaba su rostro. Sonreí divertido. Si que esa chica es mala.

—Puedes tomar asiento, querida —escuché que decía la profesora.

Pero aun así no miré, seguí mirando a Bella. Ella desvió su mirada y se cruzó con la mía. Me guiñó un ojo y negué algo divertido con la cabeza.

—Creo que estoy enamorado —dijo Erick sacándome de mi encantamiento.

—¿Qué? —le pregunté y lo miré.

—Estoy enamorado —dijo con cara de bobo y sin dejar de mirar al frente.

—¿De qué estas hablando Erick? —dije sin entender.

—De la nueva —musitó.

Miré al frente y no había nadie además de la profesora parada.

—¿Dónde está? —le pregunté.

—Ahí sentada —me dijo mi amigo.

Entonces divisé delante de todo a una cabellera oscura, ondulada y larga. De seguro esa es la nueva.

—¿Te gusta? —le dije volviendo a mirarlo.

—¿Acaso no la has visto? —me preguntó saliendo de su encantamiento y mirándome al fin.

—No, estaba ocupado mirando otra cosa —dije sincero.

—Es la criatura más hermosa que vi en mi vida —aseguró volvieron a poner cara de idiota.

—No creo que sea tanto —dije quitándole importancia.

—No la has visto, así que cállate —sentenció.

—¿Cómo es que se llama? —le pregunté.

—¿Ni siquiera has escuchado su nombre? —dijo sin poder creerlo.

—Bueno, no estoy pendiente de la gente que no me interesa —le dije y sin intención mi mirada se posó de nuevo en la cabellera de la nueva —¿Ya te gusta?

—Me encanta —dijo.

Reí por lo bajo y palmeé su hombro.

—Quédate tranquilo, seguro que va a caer rendida a tus pies —dije mientras comenzaba a sacar mis cosas.

—Dios te oiga.

La profesora comenzó a dar la clase. Erick seguía mirando hacia donde estaba la nueva con su mejor cara de baboso. Solté un suspiró y trate de prestar atención. Me acomodé mejor en la silla y apoyé mi cabeza contra la pared, ya que Erick y yo estábamos sentados en los últimos dos asientos de la fila del medio. Mis ojos comenzaron a cerrarse. A lo lejos podía oír con claridad la voz de la profesora…

—¡Pimentel, no duerma en mi clase! —me sobresalté ante su voz.

Me senté bien en la silla y la miré sorprendido. Todo el mundo me miraba y algunos reían en voz baja. Entre algunos de esos que reían estaba mi adorada prima. La miré mal y ella sonrió con triunfo.

—Lo siento —me disculpé con la profesora. Erick me miró.

—¿Acaso no has dormido anoche? —me preguntó.

—Para serte sincero… no —dije. Él sonrió.

—¿Puede ser que el motivo de eso haya sido Isabella? —volvió a preguntar.

—Para tu sorpresa no, no fue por ella.
—¿Entonces, por qué fue?

Me quedé pensando en ello. Fue por los malditos recuerdos. Los recuerdos que no puedo sacar de mi cabeza. Por culpa de la sanción estúpida y vacía que a veces me desconcierta y me enoja. Por eso es que a veces no puedo dormir…

Nothing in my way.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora