A "cierto personaje" le hace falta repetir la última parte de la frase.
"¡Tío, voy a ir a la escuela!" grita la pequeña Sofía en cuanto entra a su casa y ve a su tío en la cocina, lanzándole sus brazos.
"¿Ah, sí? ¡Eso es genial!" responde su tío, para sorpresa de Indy, mostrándose muy contento, sonriente y gentil. "¿Lo celebramos?"
"¡Sí! ¡Helado!"
"¿De chocolate?"
"¡Sí, de chocolate! ¿Indy, vas a comer helado con nosotros?" Allí es cuando Raleigh vuelve a su postura seria.
"Si vos me das," responde ella, sonriendo a la pequeña e ignorando, como ha descubierto es mejor, a su amargado vecino.
"Okay, tío, también debes dar helado a Indy."
"Como ordene, majestad. Dame un beso".
Con una copa de helado cada uno, y la niña jugando en el pórtico trasero, los adultos analizan la información que Indy les ha proporcionado en la carpeta. Bueno, Rainer lo hace, ya que Raleigh lo hizo mientras ellos estaban ausentes.
"Ya revisé todo," dice él, cerrando la carpeta. "Me parece una buena propuesta."
"Que alivio escucharlo. Te juro que hice llamadas y todo lo que pude para buscar materiales económicos y de calidad. La madera, como leíste, va a ser reciclada y/o reforestada, y la idea del suelo..."
"Detente," la interrumpe, Raleigh, "por favor, antes de que empieces a hablar y hablar sin parar, quiero que me digas quién va a trabajar en mi casa porque no quiero a cualquier persona por aquí."
"Sí, tenés razón. Ellos van a llegar en cualquier momento, les dije a las tres pero son unos pelotudos y seguro se retrasaron."
"Vale, ¿y que sean impuntuales no te da una idea de la clase de persona que pueden ser? ¿Te detienes a pensar siquiera en la imagen que reflejas de tu servicio y tu profesionalidad?"
Indy parpadea, apoyando los codos en la mesa desnuda, tal y como su vecino Raleigh hace. Respira un par de veces dejando que el silencio se asiente, y dice:
"Tenés un moco en el bigote".
Rainer se parte de risa porque sabe que Indy irrita en sobremanera a su hermano y éste cae en sus provocaciones como un iluso. Para su alivio, se escucha un vehículo parquear al frente y el claxon sonar. Indy lo reconoce y se coloca en pie para ir a la entrada.
"¡Son ellos!" les informa, abriendo la puerta y saliendo a su encuentro. Para cuando regresa al pórtico, seguida de tres curiosos sujetos, los tres propietarios ya se han reunido. "Rainer ellos son: Fito, es electricista." Un joven de fachada sencilla y rostro limpio de vellos, al igual que sus manos, sus ojos castaños claros son hipnóticos y siempre sonríe. "Lucho, es fontanero." Señala a un hombre alto y muy delgado con pantalones cortos y zapatillas verdes de mirada gentil pero brillante. "Y Erick, es...Bueno hace de todo, en especial trabajo pesado." El más pequeño de todos, a la altura de Indy pero con unos brazos bastantes gruesos y tórax ancho, luciendo una camiseta de los Rolling Stones con un jean más roto que el de Indy, el mismo es el exnovio de Caro.
"Pibes, ellos son Rainer, el dueño de la casa, Raleigh, su hermano y quien paga, y la que manda aquí, Sofía, hija de Rainer".
Los cinco hombres y la niña estrechan manos como saludo formal. A primera vista Raleigh ya ha desechado la idea de tener a tales sujetos en su casa, luciendo tan novatos y poco profesionales, más como vagos que como trabajadores pero, como siempre parece, su iluso hermano les sonríe y los acepta en su casa, mientras, él mismo se encarga de estar junto a Sofía en todo momento.
Rainer, por su parte, le agrada conocer y escuchar los comentarios graciosos de los chicos y ver la manera en que analizan cada aspecto de la casa, tal y como Indy hizo la primera vez que la vio allí. No le parecen tan malos como su hermano dijo que serían.
"Bueno, primero lo primero," dice Indy, una vez reunidos en la sala de estar tras un rápido recorrido, "Lucho, tenemos una inundación en el sótano y no tenemos una bomba para sacar el agua. También es seguro que hay que reforzar las bases, Erick, y cambiar la tubería principal, además de reconstruir y reconectar circuitos eléctricos, Fito. Yo tengo herramientas en mi casa y..."
"Yo tengo las mías también, las traje en la camioneta," dice el amable Fito, "también una bomba."
"Sos un groso, boludo. Bue... Acordado entonces, empezamos por el sótano hoy mismo".
"Vale, me parece bien, ¿Raleigh?" pregunta Rainer a su hermano, esperando que este de su aprobación. Aunque tarda un poco, dice:
"Vale." Y antes de que Indy comience a hablar de nuevo, añade: "Solo una cosa: No quiero que nada se pierda."
"Ché, otra vez con eso. No podés ir por la vida acusando a todo el mundo de ladrón, boludo, es una ofensa, ¿no ves?"
"No, lo que veo son tres sujetos desconocidos con mala pinta que van a entrar y salir de mi casa cada que les venga en gana. Cuatro sujetos, incluyéndote."
Indy, con la sangre hirviendo, respira profundo y cierra sus manos en puños.
"Ya está, ¿eso es todo?" le pregunta, sin responder al ataque recibido para no incomodar a los demás. Como Raleigh se marcha escaleras arriba con la niña, India dice: "Perdón, pibes. ¿Les parece si comenzamos?"
"Claro," responden los tres y se marchan hacia la propiedad de Indy a buscar herramientas y Lucho a revisar el sótano.
"Perdóname, Indy," le dice Rainer, una vez solos, "mi hermano..."
"Ché, no sigás, no tenés que disculparte por él, no hiciste nada. Mejor andá con tu nena."
"Vale".
Y la reparación comienza.
tro sábado, otro capítulo.
:)
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Mil gracias por leer,
Elí.
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¡Ché, boludo!
ChickLit"¿Qué hacés, boluda? Mi nombre es Indy, y sea lo que sea que el narrador te diga, es un chamuyero". Les presento a India Rojas Válera. Ella es una chica... "¡Ché, boludo! ¡Soy una mujer, no una 'chica'!" Claro, mis disculpas. Como les decía, es un...