XLIX.

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El sonido del motor de un automóvil la despierta, pensando que su vecino seguro ya se marcha a trabajar, pero antes debe pasar dejando a su hija en la escuela de ballet que tanto deseaba. Su hermano Nene debe estar ya despierto haciendo ejercicios, su padre en su propia rutina, por algún razón se siente más holgazana que de costumbre y no quiere levantarse. Pero abre los ojos y no es su habitación, no son sus sábanas y en definitiva no es suyo el brazo que le rodea la cintura o el soplo tenue que recae en su cuello. Recuerda lo que pasó la noche anterior, lo que venía sucediendo desde hace mucho y solo en ese día pudo culminarse como debía. Sonríe, besando el rostro que le permite sentirse así otra vez. Parece que no fue de Rainer de quien Sofía heredó el sueño pesado.

Se pone en pie y toma su cadena con las placas militares, también toma prestada una camiseta y unos calzoncillos limpios para poder bajar a la cocina, pero cuando escapa por el pasillo escucha el timbre de un celular sonar desde la pequeña salita de la alcoba principal. Se acerca y, para cuando alcanza el escritorio de Rainer, ya no suena más. Toma el Samsung S4 y observa la llamada perdida, seguro Ray regresará a por su celular. Lo vuelve a dejar encima de los papeles cuando, sin querer, lee algo que no debería. Unas cuantas líneas nada más son suficientes para llamar su atención y tomar la carpeta entera. Son citaciones de parte de la ley, citaciones jurídicas, notificaciones de audiencias y... una sentencia.

India baja hasta la cocina a toda prisa, sin querer ser descubierta allí. Alcanzando el pie de la escalera, el teléfono de la casa suena, y también se apresura a contestar.

"¿Sí?"

"Hola", contesta una voz femenina. "¿Quién habla?"

"Indy", responde ella, extrañada. "Si busca a los Newman ellos no están."

"Ah, por un momento pensé que me había equivocado. ¿Eres la muchacha de servicio?"

"No, soy una amiga", responde rápido.

"Como sea", responde la arrogante mujer, "¿puedes darle un mensaje al imbécil de Raleigh?" espeta.

"¿Qué quiere con él?" pregunta ella a la defensiva.

¡Ché, boludo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora