XXVII.

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Indy dice: ¿Tenés idea lo hermosa que sos, boluda? 

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Indy dice: ¿Tenés idea lo hermosa que sos, boluda? 

Con todos los invitados en las mesas y el fresco de la noche sobre el pueblo de Rose&Mary, el bufete se sirve, las cervezas se renuevan y el momento de homenajear a los soldados caídos llega

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Con todos los invitados en las mesas y el fresco de la noche sobre el pueblo de Rose&Mary, el bufete se sirve, las cervezas se renuevan y el momento de homenajear a los soldados caídos llega. Como siempre, India toma la palabra.

"Atención", dice, tomando su botella y haciéndola sonar con un tenedor, la atención recae sobre ella. "Gracias por venir, a todos", comienza observando a sus vecinos. "La mayoría de los presentes conocíamos a Gabo y Jared, y puedo decir que esta familia les gradece su apoyo, en especial los últimos años. Sabemos que no es fácil perder a alguien que amamos y que es aún más imposible olvidar ese amor, solo se trasforma, en un legado, en una inspiración, en una razón. Por el legado de Jared y Gabo."

"Por Jared y Gabo", repiten los presentes, levantando sus cervezas y culminando el brindis.

La noche transcurre con la parsimonia de un domingo en familia. Las botellas de cerveza se acumulan en las mesas junto con los platos de cartón donde cada invitado ha disfrutado de la cena, algunos se han excedido con el alcohol y el tequila, como Carlos e Iliana.

"¡Hey!" llama India a Roberta desde un sitio alejado de la carpa. Su amiga se acerca.

"¿Qué pasa?"

"Pasa que Carlos ya se pasó con el tequila, e Iliana no se queda atrás. Esos pibes están re-locos", ríe Indy.

"Sí, a mi me parece que están un poco..."

"¿Enamorados?" pregunta Indy, viendo como los dos intentan bailar un tango argentino y fracasan en el intento, culminando en risas y un abrazo que, al distanciarse culmina en un beso ardiente.

"¿Un poco?" ríe Roberta.

"Mejor retiro la botella de tequila antes de que los ancianos se pongan igual de cariñosos."

"Por favor, eso sería asqueroso".

India avanza hacia la mesa de sus amigas, que ríen mucho y conversan entre ellas y el señor Rojas, toma las botellas vacías y las que ya están calientes y nadie se terminará. Las deja en su cocina y sigue con la mesa de los ancianos, situada junto a la de sus vecinos, quienes tienen el doble de botellas vacías que los demás. Los ancianos reniegan cuando ella se lleva la botella de tequila media vacía, quizá es demasiado tarde para evitar que se emborrachen.

"Ya paren, viejos, que les va a dar un ataque."

"¿Ataque?" bringa el señor Disney. "En la segunda guerra mundial estuve en un ataque, esto solo es alcohol, querida", dice, llevando la botella de cerveza a su boca, sus compañeros continuando risas e historias que sus vecinos y su padre se complace en escuchar, excepto la pequeña Sofía, quien hace una hora terminó rendida en el sofá de su sala.

India continúa su camino a la cocina y deja las botellas sobre el mueble de la cocina. Escucha pasos a su espalda, espera que sea su padre pero se sorprende al ver las manos de Raleigh dejar en el mueble las ocho botellas vacías de su mesa.

"Gracias", dice ella. Volviendo a la reunión.

"Espera", la vuelve a cortar Raleigh, tomándola del codo cubierto con los volantes de la blusa. "¿Me das un minuto?"

"Claro", responde India, arrugando las cejas debajo de su flequillo. Pero su vecino no dice ni una palabra, se queda en silencio observando el suelo con las manos en las caderas, las mangas de su camiseta ya recogidas. "¿Entonces?" Él parece reaccionar porque levanta la vista y apoya una de sus manos en el lavamanos, junto a India.

"Te ves bien".

India arruga más su frente, desconfiando de lo que escucha. Le parece todo una trampa, pero entiende la razón al ver las pupilas de Raleigh muy dilatadas; está bastante borracho y ha sido él quien ha tomado la mayoría de esas botellas, sino es que todas.

"Ché, estás re-tomado, boludo", ríe Indy, colando sus manos de la misma manera que él.

"A little", admite él, levantando su índice y pulgar pero sin dejarlos unirse por completo.

"¿Poquito? ¿Te tomaste las ocho vos solo?"

"No, just six."

"Ya, ¿y se supone que eso es mejor?" Vuelve a reír ella, cruzándose de brazos.

"La bolsa se rompió", dice él, volviendo a observar el suelo.

"¿Qué?" India no entiende qué quiere decir, piensa que solo dice cosas de borrachos.

"La bolsa de basura, se rompió porque había un clavo en la cerca y cuando la intenté levantar la basura se regó por tu lado del patio. Cuando entré de nuevo era para buscar algo para recogerla pero luego sonó el timbre, yo llegué y llenaste mi pórtico con toda tu basura. No me odies por eso", dice y se lleva una mano a su rostro intentando contener una risa repentina y descontrolada.

India Rojas Válera no puede creer lo que ve ni lo que escucha, pero comprende que los borrachos dicen la verdad y... que la sonrisa de su amargado vecino es casi tan encantadora como la de Rainer, o incluso más.

"Ché, sí que estás tomado", ríe India, observando con ojos brillantes la escena. Por fin su vecino se contiene y logra respirar con normalidad, sus mejillas rojas por la risa. "¿Ya? ¿Terminaste?"

"Perdón, creo que sí tomé de más pero es porque no sé... No sé qué hacer cuando..." Suspira con pesadez, rascando su nuca como lo hace Rainer al estar nervioso o frustrado.

"¿Cuándo qué?"

"Nada", responde él, regresandoa la celebración entre risas y dejándola con más confusión y dudas que antes.    

Adelante, pueden decir que me aman :)

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Adelante, pueden decir que me aman :)

¡Ché, boludo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora