"¿Qué hacés, boluda? Mi nombre es Indy, y sea lo que sea que el narrador te diga, es un chamuyero".
Les presento a India Rojas Válera.
Ella es una chica...
"¡Ché, boludo! ¡Soy una mujer, no una 'chica'!"
Claro, mis disculpas. Como les decía, es un...
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Indy dice: Cuando te equivoqués, aprendé y no te arrepintás. Sonreí memorando lo mejor de la experiencia y llorá los sinsabores.
Canción: "Howwouldyoufeel" de Ed Sheeran.
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Y así, lo que comenzó como una acción samaritana entre dos vecinos, una ofreciendo un servicio para el que no se sentía capacitada y el otro al brindar, sin saber, una medida de salvación ante la crisis económica, comienza a finalizar. Por cierto, ¿alguien ha visto a India?
Con mucha preocupación el señor Rojas busca a sus hijos, despertó hace unos minutos y los ha buscado por toda la casa, pero no los encuentra. Sus vecinos tampoco tienen idea de dónde pueden estar. Ninguno responde a sus celulares. Gabriel comienza a preocuparse, pero sabe que solo le queda esperar a que aparezcan. Seguro que están bien.
Caminando calle arriba, con una bolsa de pan dulce de repostería para el desayuno, India y Enrique Rojas van de regreso a su casa, conversando todas esas cosas que no se han podido decir por correspondencia.
Gabriel, en los últimos dos meses, vio morir a la mitad de su pelotón, a la mitad de sus amigos. Dos semanas antes de recibir la llamada donde se enteró de la enfermedad de su padre, acababa de salir del hospital luego de una emboscada en la línea enemiga, donde recibió una bala certera en el costado derecho de su torso, sobreviviendo de milagro. ¿Por qué no fueron notificados? Su identidad fue robada por el enemigo, para infiltrarse en sus líneas, pero eso ya es historia, puesto que ni los huesos de ese desconocido quedan ya y él está a salvo en casa. Aunque solo por dos noches más. Eso, su padre no lo sabe aún.
India le explica sus planes, y le propone vender a mayoría de las armas para conseguir un poco más de dinero, mientras ella empieza a recibir salario.
"Vende las armas si quieres, Indy, pero no te enlistes".
Ella bufa, fastidiada de escuchar que aquello no es para ella.
