"¿Qué hacés, boluda? Mi nombre es Indy, y sea lo que sea que el narrador te diga, es un chamuyero".
Les presento a India Rojas Válera.
Ella es una chica...
"¡Ché, boludo! ¡Soy una mujer, no una 'chica'!"
Claro, mis disculpas. Como les decía, es un...
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Lo que mejor le sirve en esos momentos en que no sabe qué hacer es relajarse con una cerveza en mano en el bar de Johnny, o un paseo por el parque. Ya hizo lo segundo y se encuentra en la barra del bar observando el movimiento de los clientes un jueves por la noche. Mario no ha dejado de coquetearle, probablemente no olvida la noche del sábado en que probó el sabor de sus labios, India lamenta no recordarlo y se encuentra a sí misma deseando repetirlo para tener una ligera idea de lo que fue.
Toma un delantal de detrás de la barra, lo dobla y lo ata a la cintura, sobre su blusa de detalles trasparentes y la falda de tiro alto, cubriendo sus medias piernas envueltas en medias finas negras.
"¿Qué haces?" le pregunta Mario, quien tiene que arreglárselas para hacer de bartendery mesero esa noche ante la ausencia de la trabajadora.
"Te ayudo, boludo, ¿no ves?" sonríe ella, tomando una de las bandejas redondas y colocando las cervezas en ella. "No tengo nada mejor que hacer," le guiña un ojo, moviéndose hacia la mesa número ocho.
Por suerte conoce a casi todo el pueblo debido a su trabajo, ha estado en cada colonia y barrio del pueblo para reparar o entregar algo de más de una casa, eso le da puente para ser muy popular. Eso y su indiscutible atractivo que, aunque no es 90-60-90 de facciones perfectas, levanta suspiros y detiene el tráfico aún en jeans y camiseta. Por no mencionar el acento.
Una hora más tarde, no hay mucho más que hacer y como agradecimiento, Mario le sirve sus bebidas de esa noche sin costo alguno. Ambos conversan muy animados sobre los días de colegio, ya que él iba en la misma clase que su hermano, Enrique, y se conocen desde siempre.
"Parece que tenemos nuevo cliente, y la mesa ocho necesita más cerveza, otra vez", dice India, revoleando los ojos y bajando del banquillo en el que estaba sentada. Tras cambiar las cervezas, India va por su nuevo cliente, sentado en esa mesa que todos odian: junto a los baños.
"¿Qué te sirvo?" pregunta, anotando el número "15" en la libreta.
