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Canción del señor Rojas: "What do I know" de Ed Sheeran.

Sí, India recuerda el suceso mientras toman el almuerzo en el sofá de la pequeña sala, mirando el partido de fútbol de la semana pasada

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Sí, India recuerda el suceso mientras toman el almuerzo en el sofá de la pequeña sala, mirando el partido de fútbol de la semana pasada.

"¡Pero dale, dejáte de joder con la publicidad, poné el partido!"

"Viejo, relajá que este ya lo viste dos veces, sabes que así lo grabaste."

"Me importa un carajo, India, quiero ver el partido y con alguien me tengo que desahogar, en definitiva no va a ser con vos," replica el hombre, acomodándose en el sofá ante la segunda mitad que da comienzo. "Cuando estaba en la guerra no había nada de televisión, ¿viste? Tengo que recuperar el tiempo perdido. Calláte que ya comenzó."

"Pero si sos vos quien habla, además, en tus tiempos no existía ni la tele."

Pará, India!"

"Ché, que delicado te ponés, se me olvida. ¿Terminaste de comer?" pregunta ella, poniéndose en pie.

"Sí, sí, sí, dale, tomá".

Colocando los trastos sucios en el lavavajillas y acomodando su flequillo en el reflejo del microondas, India escucha que alguien está tocando la puerta. Son las 12:33pm, según el reloj, se pregunta quién será mientras avanza camino a la sala. En efecto, la puerta es golpeada; por desgracia el timbre se averió hace tres días y no lo ha reparado.

"Abrí la puerta, por favor, India, que me desconcentro," le dice su padre.

"¿Desconcentrarte de qué, viejo? Si ya sabés cómo termina el juego," responde con intención de molestar más a su padre.

Pará, India, sabés que soy delicado con el futbol!"

"Con el futbol, con tus tiempos y con todo," sonríe con cariño hacia su padre, abriendo la puerta y girando su nuca para observar a quien llama.

"Hola," sonríe el atractivo hombre en la entrada e Indy, con gran rapidez, sonríe de regreso y maquina un plan certero y sin fallo para conquistar al caballero que tiene enfrente: Ojos verduzcos, como el agua de un claro al medio de un bosque virgen, el cabello dorado bien cortado y la barba muy al ras, tal y como le gustan.

"Hola, ¿te ayudo en algo?"

"Sí, vengo a hablar con tu padre".

La respuesta del invitado inesperado la llevan a sorprenderse un poco; por lo general, son los otros vecinos viejos del barrio quienes se acercan con gran escándalo y algarabía a la casa de su padre, no un joven y atractivo hombre de sonrisa encantadora y piel sonrosada.

¡Ché, boludo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora