"¿Qué hacés, boluda? Mi nombre es Indy, y sea lo que sea que el narrador te diga, es un chamuyero".
Les presento a India Rojas Válera.
Ella es una chica...
"¡Ché, boludo! ¡Soy una mujer, no una 'chica'!"
Claro, mis disculpas. Como les decía, es un...
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Indy dice: Me chupa un huevo la gente que se recién se despierta y ya se creen motivador profesional. ¡Pará, odia un tantito y luego existí!
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Con una buena comida en el estómago India comienza a sentirse mejor, lo suficiente para vestirse y comenzar con el proceso de investigación de la noche anterior. La primera persona que viene a su mente para descubrirlo es su amiga infalible.
"Hola", contesta Carolina luego de tres tonos en el teléfono.
"Ché, flaca, hasta que contestás", reprocha India, tomando dos pastillas con un vaso con agua.
"Hey, calmada, ¿qué te pasa?"
"Resaca, eso me pasa", responde India, de mala gana. "Tenemos que hablar".
Carolina ríe en la otra línea.
"Creo que ya sé de qué quieres hablar."
"No me asustés, Caro, no recuerdo mucho de anoche. Siento como si me metí en un quilombo mortal".
Su amiga vuelve a reír, haciendo que se preocupe más. Busca por su gorra y sus gafas oscuras.
"Que yo recuerde no hiciste nada malo, excepto, tal vez besarte con el sexy Mario en el bar."
"Mierda."
"Sí", vuelve a reír su amiga, "y no fue un beso suave."
"¡Qué quilombo! Caro", dice, tomando sus llaves y saliendo de su casa, "¿Dónde estás, boluda? Voy a encontrarte, tenés que decirme todo."
"Que bueno que no irás tan lejos", contesta su amiga, y cuando gira a su izquierda la ve en el patio de sus vecinos.
De inmediato ambas cuelgan la llamada y comienzan a hacer su camino por la acera, encontrándose en el medio de ambas casas con un gran abrazo.
"Estoy que me reviento conmigo, flaca, no sabés. Hasta mi viejo se burla de mi por no acordarme de nada."
"Eso te pasa por pasarte de tragos."
"Perdí la cuenta luego de las once, Caro, no sé qué pasó después. Eh, pará, ¿qué hacés acá un domingo?"
Su amiga se sonroja, colocando detrás de su oreja uno de sus mechones negros. India baja sus gafas para ver a su amiga por sobre ellos, analizándola.
"¿Esto es una joda? ¿En serio vas con todo? ¿No te importa que tenga una nena?" le pregunta, con una sonrisa.
"Eso creo", responde, encogiéndose de hombros su amiga. "Esa niña es un ángel, un poco mimada pero... No sé. ¿Tú qué opinas?"
India vuelve a colocar sus gafas, cruzándose de brazos.
"¿Qué opino, boluda? Que sos una pelotuda si no lo pensaras en serio."
"¿En serio?"
"Posta".
Su amiga se guinda de su cuello en un abrazo asfixiante que incrementa el dolor en sus sienes, las pastillas no han hecho efecto.
"Te quiero, Indy."
"Te quiero, Caro", responde, apretándola un poco más. "Ya, boluda, decíme lo que sabés", pide, separándola.
"Me pediste el número de Raleigh, Indy".
En ese momento, India quita sus gafas para ver de frente a su amiga y asegurarse de que lo que escucha no sea mentira. Al mismo tiempo, su vecino sale al pórtico con un cigarro apagado y la saluda, agitando su mano. India se congela en ese mismo lugar, sintiendo que el mundo le cae encima, como en los años de colegiala.
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