Epílogo

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Canción: "Happier" de Ed Sheeran.

Les presento a India Rojas Válera

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Les presento a India Rojas Válera.

Ella es una mujer independiente y fuerte a la que hace solo tres meses le rompieron el corazón (pero no se lo digan así, ella lo llama "daño colateral"). Como decía, India ha regresado a su país de nacimiento luego de un tiempo a solas para recuperarse. India ha continuado con su vida, casi olvidándose de ese momento en que su corazón fue lastimado. Ahora regresa a casa en el viejo convertible del '89 de su mejor amiga Carolina, siendo casi las diez y media de la noche. En casa, su padre y hermano esperan para darle una pequeña bienvenida, ya que prefiere que todo sea discreto. Ella está feliz de regresar a casa.

¡Ah! Conozcan a India Rojas Válera y su indudable capacidad de superar lo insuperable y sonreír lo insonreíble.

Cerca de las 7:30am del día siguiente, India se prepara un delicioso mate y camina en pijamas hasta su cobertizo para esculcar y ver el estado de su equipo: en perfecto mantenimiento, gracias a su padre. Cuando emerge al patio trasero, encuentra una cara desconocida en aquel patio de aquella casa en la que, hace pocos meses, trabajó con tanto ahínco. Su nuevo vecino la saluda con una mano, ella se acerca y tiende la mano libre por sobre la cerca.

"Hola, vecina, soy Roberto, un placer."

"Lo mismo digo, soy India." Sonríe. "Bienvenido al vecindario", le dice, antes de regresar a su casa y encontrar a su hermano y su mejor amiga abrazados y besándose con cariño en la cocina. Ella comienza a molestarlos, especialmente a Carolina, sabiendo lo mucho que se avergüenza cuando la molesta con sus intimidades.

En el pórtico de la puerta, sin que ellos lo noten, el señor Rojas los observa de brazos cruzados con una sonrisa enorme, pensando en sus hijos, en India en especial, y de la manera tan especial en que llegó a su vida, tan de repente, siendo una bebita pequeña, apenas dos meses, sin padres que respondieran por ella tras un terremoto que destrozó edificios, casas, vidas y personas en el estado de Califonia, donde él y su esposa residían. No se arrepentirá nunca de aceptarla como suya, menos ahora, que la observa sonreírle con esos brillantes ojos cafés en la sala de su cocina, y nunca le dejará saber la verdad, porque, en lo que a él concierna, es su hija.

¡Ché, boludo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora