XIX.

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Indy dice: Y si no decís las palabras correctas no importa, estar es lo que importa

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Indy dice: Y si no decís las palabras correctas no importa, estar es lo que importa.

La mañana del sábado 20 de febrero, Rainer tiene que ir a trabajar temprano, ya que sus dos días libres están separados, pero no piensa irse sin antes ver a su hija y asegurarse que esté bien

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La mañana del sábado 20 de febrero, Rainer tiene que ir a trabajar temprano, ya que sus dos días libres están separados, pero no piensa irse sin antes ver a su hija y asegurarse que esté bien. Por ésta razón toca la puerta de los Rojas a las 6:30am, siendo recibido por el señor Gabriel.

"No se han levantado, creo que están cansadas. Pasá adelante, primer puerta a la derecha", le indica con confianza.

India escucha los golpeteos en la puerta ya medio consciente, pero más preocupada por lo poco que esa niña le ha permitido dormir debido al reducido espacio y sus bracitos y piernas locas moviéndose de un lado al otro, hasta podría jurar que la llamó "mamá" en sueños. Eso la enternece. La puerta se abre y ve a Rainer asomar su mirada con precaución.

Mierda, parece pensar, por su rostro. Pero se ve mas linda de lo que ella cree. Un momento, ¿acabo de hacer un cumplido en India Rojas? Me lleva el diablo.

"Hola", susurra él, "¿puedo?"

"Sí, dale, pasá", responde ella, apenas levantando la barbilla. Por suerte las sábanas la cubren lo suficiente, dejando apenas sus brazos y una de sus piernas al descubierto.

"Perdón por molestar, pero no podía irme sin..."

Antes de que él pueda terminar de hablar, la niña se remueve en el pecho de Indy, y con una suavidad de princesa, despierta y la ahorca hasta el punto de asfixia. Su padre se acerca, cerrando la puerta detrás, India lo invita a sentarse en una orilla de la cama.

"Hey, hey, wake up princess", susurra con un cariño que hace al corazón de Indy derretirse en su pecho.

"Papi", dice la niña entre pequeños bostezos, largando los brazos hacia él. "Hola, papi, te quiero."

"También te quiero, amor", responde él, aceptando su abrazo y pudiendo sentir un momento de alivio por fin. India lo nota en las bolsas bajo sus ojos que no ha descansado bien, o nada. Eso la hace sentir mal.

"Papi, las ratas no entraron", le dice ella, una vez separados. "Indy colocó polvos de protección. Tienes que conseguirlos, mira".

Solo entonces Rainer Newman nota el círculo de blanco color alrededor de la cama y el botecito en la mesa de noche.

"¿Polvos de protección?"

"¿Qué te digo?" responde Indy, encogiendo los hombros aunque sabe que a él no le agrada que invente esas cosas en lugar de decirle la verdad. India no lo entiende a veces porque, él no le permite creer en fantasías o dejarla que se enamore de una actor que nunca conocerá (Ben Affleck, cosa que no hace mayor daño), y le dice las verdades como son, pero al mismo tiempo la intenta mantener en esta cerca de protección donde todas esas cosas horribles no la lastiman. Ella piensa que sería mejor enseñarle a soñar y a luchar por sus sueños. ¡Por Cristo Redentor, la niña solo tiene siete!

"Okay, amor, veré qué puedo hacer para conseguirlos, ahora tengo que irme a trabajar", le dice, sin ánimos de contradecirla hoy.

"Okay, papi, te quiero. ¿Puedo comer cereal hoy?"

"Sí, está bien, y no le des muchos problemas a Indy, ¿sí? Bueno, debí decirlo anoche."

"Sí, debiste", responde Indy, sonriendo ya sentada a lo indio en su cama, su flequillo bastante descompuesto y sus ojos castaños muy achinados.

"No molestaste a Indy, ¿o sí?"

"No, papi, me porté bien y Indy me dijo que mamá está en el cielo, como tú me dijiste, así que te creo."

"¿No me creías?"

"No, pero ahora sí".

Ambos adultos se observan, Indy se encoge de hombros sin saber qué opinar al respecto, y Rainer no teniendo muy en claro qué pensar al respecto de que su hija muestre señales de que no le tenga la confianza suficiente.

"Vale, hablaremos luego. Dame un beso".

La nena se despide con muchos besos para con su padre, India observando el precioso cuadro, recordándose de sus momentos padre/hija. Pensando en esto es que Rainer la toma desprevenida y le planta otro sorpresivo beso en su mejilla.

"Gracias por todo, hasta luego", dice a Indy, alejándose y buscando la puerta. "Adiós, amor."

"Adiós, papi".

Indy se queda un segundo así, observando la puerta cerrada, pensando en todo, en su padre, su madre, en su hermano fallecido en batalla, en su otro hermano en el frente, y en Jared. 

 

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¡Ché, boludo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora