XXXVI.

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Indy dice: ¡Eh! Solo aguantá que un día toda esa mierda se termina

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Indy dice: ¡Eh! Solo aguantá que un día toda esa mierda se termina.

India aun no puede creer que se haya dejado llevar por el alcohol, de nuevo, como en esos tiempos adolescentes en los que era corrupta y salvaje

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India aun no puede creer que se haya dejado llevar por el alcohol, de nuevo, como en esos tiempos adolescentes en los que era corrupta y salvaje.

"India, India", llama su amiga, por quinta vez. "India, me estás preocupando, llevas cinco minutos viendo hacia la nada. ¿Estás bien?"

"No", responde ésta, sin fijar la vista en nada, "flaca, tengo el presentimiento que hice algo muy malo".

Su amiga ríe, sacudiendo sus hombros.

"¡Hey, despierta! No es la primera vez que te emborrachas. Seguro fue una estupidez, no creo que a Raleigh le moleste. Sea lo que sea."

"¡¿Cómo se te ocurrió darme el número sabiendo que estaba borracha?!" reclama de repente, volviendo a colocar sus gafas.

"No te lo di, tú me quitaste el celular y lo copiaste mientras estaba en el baño, fue demasiado tarde cuando llegué. Por suerte te convencimos de no hacer nada", ríe, "pero no sé si habrás hecho algo cuando te dejamos en tu casa."

"No he revisado el historial de llamadas. Dejáme ver", dice, tecleando las gordas letras de su teléfono y buscando en el registro.

Ambas están inclinadas sobre el celular, cuando Rainer se acerca a su hermano y les grita desde el pórtico:

"¡Chicas, ya casi está listo el almuerzo! ¡Vengan!"

En ese preciso momento, India encuentra una llamada hecha la 1:09am ese domingo, con una duración de 06:20minutos hacia un número desconocido. El mundo se le cae de la espalda, a los pies, cuando Carolina, tras responder a su novio que pronto les alcanzarían, le dice: "Ese es su número."

"¡Ay!"

"Lo siento, India."

"Creo que voy a..." Alcanza a decir, antes de inclinarse en la cerca de su propia casa y vomitar toda la sopa que recién ingirió sobre los tulipanes que su padre había sembrado desde hace dos años. Su amiga sujeta su espalda.

¡Ché, boludo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora