"¿Qué hacés, boluda? Mi nombre es Indy, y sea lo que sea que el narrador te diga, es un chamuyero".
Les presento a India Rojas Válera.
Ella es una chica...
"¡Ché, boludo! ¡Soy una mujer, no una 'chica'!"
Claro, mis disculpas. Como les decía, es un...
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Indy dice: Si sentís que todo te sale como el orto, tomá distancia y mirá esas cosas que sí van bien. Te aseguro que algo sí es bueno en todo ese quilombo.
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La carne huele muy bien, la música suena desde dentro de la casa y la noche ha caído de lleno en el precioso pueblo de Rose&Mary.
India vuelve a dirigirse a la puerta, esperando ya a sus amigas y segura de que son ellas quienes tocan el ya reparado timbre.
"¡India!" grita Roberta al verla, entrando con rapidez y dejando la bandeja llena de un oloroso y delicioso arroz con verduras en el sofá. Luego la abraza y besa muchas veces en ambas mejillas.
"Ya, ya, Rob, la vas a matar. Déjala", se escucha decir a Iliana, quien se la quita de encima.
"Hola, Indy."
"Ily, que bueno verte aquí."
"¡Ya llegó Carlos!" grita el hermano de Roberta levantando la bandeja con quesos y bocadillos con una mano y una botella de tequila en otra.
"Pará, boludo, que no es fiesta, ¿víste? Es celebración."
"¿Y cuál es la diferencia?" pregunta él, acercándose a su anfitriona.
"Que no te puedes emborrachar", explica la joven Ily, arrebatando el tequila de sus manos.
"Ah, me engañaron de nuevo", se queja él, abrazando a Indy con cariño y apretujándola. "Qué bueno verte, enana", le dice, dejando un beso en su cabeza al tiempo que se adentra en la casa y sigue a los demás hasta el patio trasero.
"¿A mí no me abrazas?" pregunta su amiga, de última.
De inmediato ambas se funden en un abrazo tan fuerte que derrite las lágrimas congeladas que India no ha podido soltar en la última semana. Ambas lo hacen.
"Ya, no lloremos que se corre el maquillaje", ríe su amiga, apartándose para secar sus lágrimas mientras ella cierra la puerta.
"Creo que ésta será la mejor celebración de los últimos años, nunca habíamos tenido tanta gente", dice Indy, mientras caminan hacia el patio.
"Sí, también lo creo, supongo que por fin lo estamos superando, ¿no crees?"
"No, creo que nos estamos dando la oportunidad de ser felices con otras personas, pero a ellos no los olvidaremos nunca."
"Claro que no, hermana", responde, rodeando la cintura de Indy con su brazo, quien de inmediato iguala el gesto.
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