Prometiste

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Prometiste no dejarme nunca ¿donde estas ahora?

Mi cabeza duele, hay mucho ruido y gente, no lo soporto quiero huir, pero no hay salida, las personas se agrumeran , el dolor cada vez es más insoportable mi visión se torna borrosa me tapó los oídos con la esperanza de que esto pare.

Estoy sola y perdida, mis lágrimas se empiezan acumular en mis ojos, nadie nota mi desesperación, nadie me auxilia estoy totalmente desorientada.

Me siento como una niña pequeña, indefensa.

Necesitó ayuda no puedo más, entonces lo veo a lo lejos o al menos eso quiero creer, quiero gritarle, decirle que estoy aquí pero cada vez mi cuerpo pesa más y el dolor me permite ver menos.

¿Por qué me dejo sola? Prometio que no se alejaría de mi, pero la acompaño a ella dejandome sola entre la multitud y yo no se como regresar.

Camino sin saber a donde voy, mientras la multitud me empuja y mis lágrimas caen una a una.

¿Me ama? ¿Realmente me ama? Entonces debe elegir, yo lo elegido una y otra vez sobre otros ¿pero él? ¿A quien escogerá? Si ella no intentara conquistarlo no habría problema, pero este no es el caso.

Me detengo, mi cabeza duele más es como si te dieran choques eléctricos en la cien, no puedo seguir caminando, solo me quedo ahí quieta apretandome la cabeza mientras el dolor me consume.

Dan

El viaje escolar a sido grato, salimos a recorrer el lugar antes de subir al autobús, fue buena idea traer a mi pollito, así que  con mi novia y mi mejor amiga recorremos el lugar no me doy cuenta cuando Luna me hace caminar más rápido, dejando atrás a mi pollito.

Cuando volteo no la encuentro por ningún lado, la desesperación me invade.

—¿Sam?

—no se, seguramente ya se fue, disfrutemos del rato solos.

—tengo que encontrarla, ella no soporta tanto ruido.(Luna me voltea a ver enojada)

—¡DAN YA ME CANSE! (Grita desesperada) desde que estas con esa chica no pasas tiempo conmigo.

—eres mi amiga y te apreció pero ella es mi novia.

—¿por que ella?..

—no te entiendo

—¿por que la elegiste? No lo entiendo.

—no lo se el amor es extraño, tal vez porque ella es mi complemento que llego a mi corazón en el tiempo adecuado.

—yo... Solo quiero tener tan siquiera un poco de tu amor... (Desvío la mirada) te amo...

—aprecio tus sentimientos asi mi, pero no puedo aceptarlos y me disculpo si alguna de mis actitudes te hizo albergar esperanzas.

—yo solo quiero que me ames (sollozo)

—¿estas consciente que tengo novia?

—si claro pero eso no importa mientras este contigo.(la mire con tristeza)

—que decepción, deberías valorarte más, y respecto a tu propuesta nunca le haría nada así a Sam.

—pero si dejarla sola en medio de una multitud sabiendo su condición... (Me miro burlona limpiándose las lágrimas que aun corrían por sus mejillas)

Mire a Luna una vez más y salí corriendo de ahí metiendome una vez más entre la multitud.

Corrí y corrí empuje a mucha gente, ella no estaba, ¿amor donde estas?

Mi desesperación cada vez era mayor, entonces la vi a lo lejos, mi amada estaba apenas de pie y nadie la ayudaba, fui hacía ella lo más rápido que mis piernas me permitían.

Al llegar la abrace ella lloraba.

—tranquila ya estoy aquí...

—¿por qué me abandonaste? (Hablo entre lágrimas) prometiste nunca hacerlo, mentiste mentiste...

—perdoname amor...

—sacame de aquí por favor... (La tome entre mis brazos y la lleve cargando lejos de ese lugar)

—tranquila...

—me dejaste por ella (dijo dolida con lágrimas cayendo como cascada de sus hermosos ojos)

—no es así...

—claro que si... nadie estaba conmigo... nunca había tenido tanto miedo (se limpio las lágrimas aunque aun caían más de sus cielos)

—yo... No vi cuando te quedaste atrás...

—porqué estabas con ella.

—eso nunca volverá a pasar, le deje muy claro a quien amo.

—¿a quien amas?

—a ti

—¿me lo prometes?( intento hablar sin llorar)

—si (la abrace y las lágrimas que estaba conteniendo salieron a flote)

—tenia mucho miedo...(entonces se presionó más fuerte la cabeza)

—vamos a buscar un medico (dije preocupado)

—solo necesitó mi medicamento y descansar (sonrió forzadamente)

—¿me has perdonado?

—tienes suerte de que te ame demasiado, pero estoy más decepcionada que molesta.

—no te dejare otra vez sola...

—eso espero.

Sabia que había roto algo en su corazón, algo que tal vez no podría reparar.

Ella, la princesa de nuestro cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora