Criatura

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Tu llegaste a poner mi mundo de cabeza

Vamos en una lanchita de pedales, platicando plácidamente cuando se empezó a meter el agua en ella, Dan reacciono rápidamente, parándose pero al hacerlo perdió el equilibrio.

Si señores y señoras, ¡novio al agua! Pronto llego otra lancha a auxiliarnos  a mi novio mojado y a mi.

Lo más gracioso es que su pantalón no se mojo por completo por lo alto que esta, así que parecía que no le había dado tiempo ir al baño, yo como buena novia me reí sin parar.

Por su culpa me dolía mi estomago y mis mejillas de tanto reir.

—gracias por el apoyo moral (miro sarcástico)

—denada amor mio (le mande un beso)

—eso no es justo, ven acá y damelo.

Me acerque a el y cuando ya estuve enfrente me incline para besarlo, pero el me tomo de la cintura y cargo como costal.

—noooo...¡POR FAVOR NOOOO!

—O siii si

Me sumergió junto a el en aquel lago, cuanto agradecia que fuera agua limpia o al menos eso quería creer.

—ahora tu eres un pollito mojado (se burlo)

—y tu celular esta arruinado (contraataque)

El lo sacó de su bolsa y lo prendio

—no querida el mio si es resistente al agua (se rio de mi el muy malvado y yo muy maduramente le enseñe la lengua)

Tuvimos que comprar playeras que decían "yo fui al parque estatal" solo había tallas grandes, asi que adivinen ¿quien nadaba en aquella playera?sii yo jum y a Dan le quedaba excelente ¿por qué el no podia versé igual de mal que yo? Sin duda esto era una injusticia.

—amor deja de hacer pucheros

—lo dice don "por favor deje que le tomemos una foto como modelo de la playera"(el rio)

—yo que culpa de ser tan guapo.

—huuuy perdone usted rey de la modestia.

—te perdono mi princhipesa.(le enseñe la lengua ) ¿quieres un helado?(lo mire resentida)

—ok, pero me dejaras escoger tu sabor.

—Pero amor...

—no no no ya dije.

—ok...(contesto con miedo)

pedi para mi uno de cajeta y a el de café, el lo vio con temor pero le gusto.

—¿ya ves? no es tan malo probar cosas nuevas

—te daré la razón.

—yo siempre la tengo (me burle).

Dan

Nunca me pasaban cosas raras o ridículas en mi vida hasta que la conocí, sin duda en más de una ocasión quedaba en ridículo frente a ella.

Pero en lugar de verme como un inferior o un tonto, Sam le encontraba lo gracioso a la situación haciéndome reír con ella.

Con ella podía hablar de cualquier cosa y no sabia nunca donde terminaría la conversación.

Podíamos empezar hablando sobre la universidad y terminar ablando de una invasión zombie.

Era impredecible para mi, pero ella parecía conocer a la perfección mi siguiente acción.

Por ella muchas cosas que nunca creí hacer ahora eran tan naturales para mi ¿por qué? Simple porque la amo.

Me quedaba un año en la universidad y sin duda, pensaba entrar a trabajar mientras estudiaba una maestría y juntaba para la boda, lo último Sam no lo sabe y no se lo diré, por ahora me dedicare a apoyarla.

Sam se aleja unos segundos dejandome sentado mientras va a comprar gomitas.

—hola lindo, ¿puedo sentarme?

—claro es un país libre (le dije a aquella chica extrañado)

—es un bien día para estar en compañía.

—si, por eso vine con mi linda novia (Sam se acercaba dando saltitos de alegría por haber conseguido sus gomitas)

—¿es ella?(la miro con repulsión, lo cual me molesto)

—si es ella, es con la única chica que quiero estar.

—pero si esta mal vestida(contesto incrédula, si Sam se veía graciosa con aquella playerota)

—prefiero que este mal vestida a que tenga muy poca ropa. (Si esa chica no dejaba mucho a la imaginación)

Me acerqué a mi amada dejando a tras a aquella mujer.

—mira mira gomitas enchiladas.(hablo mi pollito feliz y ajena a lo que había sucedido antes)

—¿me das?(me miro recelosa)

—pero pero... Esta bien para que veas que te amo te daré de mis preciosas, pero sierra los ojos y abre la boca.

¿Como podía caber tanta ternura en una criatura tan pequeña? No lo se pero me sentía feliz de ser yo el chico que ella amaba.

—te amo(le dije viéndola a los ojos)

—y yo a ti (me sonrió mientras se media otra gomita a la boca)

—¿más que a las gomitas?(ella rió)

—no seas tonto obviamente te amo más a ti.

—me hace feliz que lo digas.

—y a mi decírtelo, ahora dejemonos de cursilería y vamos a comer yo invitó.

Ella, la princesa de nuestro cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora