Mi Bella Dama 2.

¿Me ama?

Alexia:
" Como dije, dejé que mi mente me llevara a donde quisiera pero no fue así.

Otra vez me encontraba en estos lugares grises y temí encontrarlo.

Le odio, sabía que esto es obra de él y por desgracia no sé como salir.

-Déjame en paz, maldita sea!- mi gritó se volvió un eco en aquél campo gris.

El maricon no aparecía por eso seguí gritandole a la nada

-¿Acaso no ves que no quiero verte ni en mis sueños?

Tomé coraje y caminé, a donde supuse desde el primer momento.

Él Sauce.

Su cuerpo estaba junto a el árbol, tenía ganas de llorar y gritarle tantas cosas...

Pero por alguna razón, mis labios estaban cellados.

Se veía sexy, como siempre pero ahora estaba más demacrado de lo normal.

-Solo quiero que me escuches.

Lo miré a los ojos, ahora no le temía ni una pizca.

Negué e intenté moverme, pero al igual que mis labios, mi cuerpo tampoco se pudo mover.

-Cariño, estás perfecta de Vampiresa- el muy descarado acarició mi mejilla y me sonrió con dulzura

Intenté con todas mis fuerzas alejarme pero sólo pude moverme unos pasos, él me miró con asombro.

-No no no... ¡No te vayas!- hice caso omiso a sus plegarias y volví a ejercer fuerza.

Vi como poco a poco su figura se desvanecia, sonreí con triunfo y lo saludé con una mano

-¡TE AMO!- fue lo último que escuché porque volví a ver todo negro. "

Desperté agitada por el sueño que había tenido, me alegré por la fuerza que tuve de haberlo sacado de mi cabeza y poder controlar las emociones frente a él.

¡¿Que le pasa?!

Dice amarme casandose con alguien más.

Dice amarme cuando me dejó sola en manos de alguien más.

Tardaste mucho en buscarme Erick y menos pienso volver a través de un estúpido sueño.

Contigo es adelantar 100 pasos y por tu puta culpa, caemos retrocediendo al principio.

Y dudo que comencemos de vuelta.

Volví a pararme de mi habitación y tomé otro vaso de alcohol, aún estaba oscuro, el sueño se me había ido totalmente por culpa de ese idiota.

—Jacob, despierta- le grité mentalmente

—juro que si no es por sexo, te mato

—Callate y deja de pensar en sexo

—Disculpa, mojigata

—Imbécil, te hablo en serio, Erick se metió en mis sueños

—Otro que quiere sexo

—¡JACOB!- suspire terminando el segundo vaso

—Ya... ¿Y que te dijo?

—Que me ama

—Yo creo que es verdad

—¿Porqué debería ser verdad si aquí estoy, sola e intentando no morir?- dije bebiendo otro trago, voy a terminar borracha