Mi Bella Dama 2.

El vínculo.

Alexia:
Desperté al otro día con gran desgano, mi pecho sube y baja con el sonido de los pájaros de afuera pero con gran dolor.

Como si algo por dentro lastimara mi cuerpo al mismo tiempo que el aire hace su curso.

Anoche al despedirme de todos para poder dormir sabía que mi noche no iba a ser un "dulce sueños" sino que "terribles pesadillas"

Miré a Ethan a los ojos, él estaba aquí esperandome para bajar a desayunar y empezar el día como si la reunión con los cazadores nunca hubiera pasado.

O que ellos mismos traicionan al mundo sobrenatural pero quieren ser parte de nuestro círculo.

Relami mis labios resecos y me coloqué algún conjunto cómodo para el día pésimo que sentía que me avecinaba.

—¿Aún te sientes culpable o tiene algo que ver con él?- su voz suave me interrumpe en medio de intento de peinado.

Dejo que mi oxígeno salga por mis fosas nasales y sin que me diera cuenta noté como mis nudillos ardieron al rededor del cepillo que sostengo con fuerza.

—Estoy cansada de todo, de la vida de mierda que estoy llevando.

Su cuerpo se movió con incomodidad, está sentado justo atras mio donde podía verlo a través del espejo frente a mí.

—No digas eso, tienes muchas personas que te quieren y todavía retos por cumplir que te mantengan concentrada o alejada de las voces.

Las voces, esas voces que me atormentan desde que sentí como Erick me rechazó y hoy, tener que verle la cara parece que cuesta cada vez más.

—Pero esto me está pudriendo por dentro.- dije llevando mi mano al corazón y haciendo una mueca de dolor.

Sus dientes tomaron su labio inferior y suspiró pesadamente

—Entonces debes hablar con Erick.

Negué con rapidez y apreté mis labios espantando otra vez esa mueca que demuestra mi amargura.

Senti su cuerpo acercarse al mio y sus manos frotaron mis brazos con calidez, haciendome sentir un poco más protegida o relajada, no podía descrifrarlo bien.

—Ethan me siento perdida, inútil para el puesto que tengo y para tomar las riendas de mi vida, no sé que hacer.- admiti apenas en un susurro, mi voz se quebró y mis ojos se aguaron apenas terminar de hablar.

—A veces es normal sentir eso con tanto peso encima pero eres una mujer fuerte y estas llevando todo a la perfección.- su voz era suave y melodiosa que me calmaba.

Ethan a veces era un patán pero la mayoría del tiempo era dulce y más con la ida de Leo.

Una lágrima recorrió mi mejilla pero la limpié con brusquedad y al mismo tiempo me paré de mi asiento.

Mis ojos chocaron con mi reflejo, miré mi rostro despejado y mis ojos apagados pero eleve mi barbilla ignorando que desastrosa me siento por dentro.

—Vámonos.

Ethan no esperó ni a que.me arrepintiera que me llevó abajo tomandome de los brazos.

Bajamos las escaleras, uno al lado del otro y con cuidado, podiamos sentir el silencio que había abajo donde todos se reunían esperandonos para comenzar a desayunar pero también que dijera algo al consejo.

Que ahora mismo no sé que carajos debía decirles.

Mis labios formaron una línea al igual que mi cuerpo lo coloqué recto, Ethan posaba una de sus manos en mi cintura e iba igual de recto.