Leal.

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Alexia:
Una suave brisa me removió los cabellos haciéndome cosquillas en mi nariz y mejillas, en ese segundo entendí que me había ido de mi sueño profundo o en otras palabras, me desperté, lentamente abrí mis ojos descubriendo que aun seguía en la habitación de Erick

Imágenes de la noche anterior llegaron a mi mente, torturándome de una manera exquisita que me hizo sonrojar en segundos pero reprimí todos esos pensamiento porque después de todo fue una manera de persuadir a Erick y contarle lo que creo que me esta sucediendo, que obviamente nos afecta a los dos.

Suspire evadiendo los pensamientos de mi futuro y estire una de mis manos por sobre la suave colcha de seda para buscar el cuerpo de la persona que agobia mis pensamientos pero me encontré con la nada misma, ni un rastro de Erick, decepcionada me levante de su cálida cama aunque quisiera pasar años allí 

Me vestí con mi ropa sin importarme que fuera de la noche anterior y me digne a ir a mi propia habitación, en el camino empleados me miraron con calma, gratitud o ¿felices de que haya salido de la habitación de Erick? Da igual, me encogí de hombros y me adentre a cuarto para poder darme mi ducha diaria, treinta minutos después salí sintiéndome aterrada por mis propios pensamientos

¿Como iba a criar a un hijo en medio de este desorden? No estoy con Erick y que tenga un hijo no se vería demasiado bien para su reputación pero... ¿Que podía hacer ahora? No pienso poner en peligro a mi propia sangre, ni voy a dejar que alguien le haga daño, a quien le guste o no... él o ella va a sobrevivir con Erick o sin el. Instantáneamente lleve una de mis manos a mi estomago.

Lágrimas inundaron mis ojos, todos esos pensamientos me abrumaron y me confundían ¿Como puedo amar a alguien que no veo? ¿Y si realmente no existe, si es toda imaginación mía? Algo en mi dice que hay alguien mas en mi cuerpo, que crece de a poco y que es algo bueno, sobretodo eso, siento que viene algo bueno para mi vida.

Sentí a mi corazón latir frenéticamente, mis manos temblaron y mis lágrimas cayeron silenciosamente, no estaría pensando con claridad en estos momentos pero ahora quisiera hablarlo con alguien o sino exploto en cualquier segundo

Suavemente me moví otra vez hacia el baño, me miré al espejo y eliminé el rastro del agua que salió de mis ojos, con cuidado me apliqué maquillaje, practiqué una sonrisa y salí de allí en busca de quién me escucharía

Bajé las escaleras con desespero, necesito encontrar a Jacob aunque tenga que recorrer esta maldita mansión que cada vez parece más grande por sus millones de habitaciones y de como empleados que no conozco aparecen de la nada, sorprendida seguí caminando por el silencioso lugar, parece que ya todos comieron e hicieron sus quehaceres

Luego de unos minutos de caminata unos brazos me apretaron contra un cuerpo interrumpiendo mis pensamientos y mi búsqueda, anonadada miré al sujeto que me sorprendió, al verlo me estremeció y quedé muda

—¿Samuel?- pregunté sorprendida, me pareció que hacía siglos que no veía a mi primo

Él me miró con suavidad y preocupación

—A mi también me pareció mucho tiempo.- me responde luego de soltarle de aquel fuerte abrazo

Frunci el ceño pero luego lo reemplace por una vaga sonrisa

—No te metas en mi mente, rubio.- bromeé como solíamos hacer y él pareció relajarse porque se escucharon como sus músculos se destensaron

—¿Como estas? Apenas me enteré fui ayudarte pero llegué cuando te estabas yendo, estaban tus padres cerc...- no lo dejé terminar porque apresuradamente le tape la boca y le hice gestos con los ojos

—Estoy bien, no te preocupes Sam pero ahora necesito buscar a Jacob.- me giré para irme hacia una puerta al otro lado de la sala de dónde estábamos pero frene de golpe al ver como Caleb entra seguido de Jacob

En silencio observé la escena de aquellos dos, Caleb parece enojado y se mueve muy rápido ya que sus rizos chocan en su frente a cada segundo, por otro lado Jacob lo sigue con su rostro lleno de frustración

—¡No lo estaba mirando, Caleb!- dice Jacob haciendo frenar al rizado tomándolo de un brazo y se miran profundamente sin percatarse de nosotros

—Pero te he visto... Yo no entiendo porque me siento así.-aclara Caleb, Jacob acomoda sus cabellos suavemente con uno de sus dedos y le sonríe

Reprimi una carcajada, pareciera que estamos viendo una película en vivo, por lo menos algo me hace reír

—Estas celoso... Ya te lo dije, yo te quiero a ti.- le susurra mirándolo a los ojos pero Caleb aún no parece convencido así que intenté intervenir para ayudarlos

—A ver a ver a ver...- Dije elevando mi voz, ellos me miran como si hubiesen visto un fantasma, —No quiero meterme en su relación pero si entendí no debes estar asustado Caleb, Jacob es leal y sobretodo fiel en sus palabras.- esto último lo dije mirando al rizado

Caleb se sonroja y sonríe tímido, luego abraza cortamente a Jacob pero también de una manera tierna

—Lo lamento Jacob, más tarde te veo.- mi amigo asiente y lo ve alejarse

—¿A caso se disculpó por sus celos o porque se iba?- nos preguntó preocupado, reí cortamente y miré con ternura a mi amigo

—Por las dos cosas

—No quisiera estar en tu situación, amigo.- escuché de atrás mío a Sam

Pero Jacob no nos escuchó que me miró fijamente y luego se me acercó unos pasos

—¿Me quieres explicar el rescate suicida que hiciste y encima con tu peor enemiga?- me dijo un tanto enojado pero negué en silencio, Sam aprovechó a acercarse y a mirarme de la misma forma

Una oleada de pensamientos sobre mi hijo inundaron mis pensamientos haciéndome descontrolar otra vez mis sentimientos, primero sentí mis piernas flaquear y luego mis ojos inundandose de lágrimas

Jacob me tomó de mis hombros y me estabilizó para llevarme con cuidado a quién sabe dónde, en el camino solo pude balbucear una cosa

—Ayudame

Mi Bella Dama 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora