Deseo.

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Alexia:
Luego de unos minutos corriendo, llegué a la puerta trasera de la mansión y entré con sigilo.

Todavía mantuve la chaqueta de Ethan puesta porque de verdad hace un frío de locos, entonces miré hacia la sala pero parece ser que todos ya han cenado.

Caminé despacio hacia la puerta de la cocina pero una voz me asustó haciendo que de un pequeño salto.

—¿Qué?- dije girandome.

Encontrandome un Erick cruzado de brazos, parece cansado y frustrado por lo que muestra su mirada.

Lo miré de arriba a abajo, observé detalladamente su vestimenta; lleva un jean ajustado negro, botas militar de igual color, remera deportiva azul y una sudadera gris.

Parece que fue a entrenar.

Relami mis labios nerviosa por como me calienta su vestimenta.

—¿Me vas a decir donde estabas?- aunque sus ojos me miran burlones, su voz sonó un poco dura.

Una de sus cejas oscuras se alzó expectante por mi respuesta.

Me encogi de hombros metiéndome en la cocina e ignorando su pregunta.

Pero la puerta de ésta se abrió otra vez.

—¿Puedes decirme?- volví a escuchar que preguntó

Suspire cerrando la puerta de la heladera y volviendo a mirar pero a sus ojos.

—Ya dije, al cementerio.- dije al fin sin ganas y yendo a la mesada para cocinar

—¿Ah sí? ¿Porqué tardaste tanto?¿Y de quién es esa campera?- dice impaciente

—No tengo porque darte explicaciones, Erick.- dije enojada pero sin mirarlo ya que estoy muerta de hambre

Sentí el suspiro pesado de Erick y sus manos acariciando mis brazos, electrizando todo mi cuerpo.

Está justo atrás de mi, podía sentir todo su cuerpo pegado al mío, sus manos volaron a los objetos que tengo en mi posesión y las dejó a un costado.

Quise moverme pero me tenía apretada, así que me giré pero ¡Error! Quedamos muy pegados, ni siquiera pude mover mis brazos para empujarlo ya que sus manos aprisionaron mis manos sobre la mesada tras nuestro.

Su rostro bajó para mirarme a milímetros del mío y con sus carnosos labios besó la comisura de los mios, mi mejilla, mandíbula y oído pero ahí también mordió levemente haciendo que sintiera un placer extremo.

De mis labios solté un gemido, Erick aprovechó mis brazos flojos y posó su manos en mi trasero para elevarme dejándome sentada en la mesada, abrió mis piernas y se colocó en medio.

Él me miró fijamente a los ojos, su pecho subía y bajaba agitado pero sin importar aquello besó con ferocidad mis labios qué rápidamente le seguí, mis manos subieron por su pecho haciendo que, sin querer, su sudadera caiga al suelo y las pose en su nuca dejando que mis dedos jueguen con los mechones de su cabello sedoso.

En cambio las suyas, recorrían mi cuerpo haciendo que una electricidad me calentara cada vez más, iba de mis pechos a mi cintura y espalda pero todo por arriba de mi ropa, soltamos gemidos sordos en aquella cocina con ganas de más.

Pero bien sabemos que esto está mal y es prohibido pero por alguna razón, las ganas son mucho más al igual que el deseo.

Erick bajó sus labios a mi cuello, sus manos subieron por mis brazos hasta mis hombros para sacarme la chaqueta de Ethan y eso me hizo recordar algo.

Bajé mis manos de su nuca y las coloqué en su pecho, con fuerza lo aleje de mí.

Erick me miró confundido, agitado y deseoso.

—¿Que pasó?- susurró

Negué enojada por su comportamiento

—Ya te dije que no pienso ser un segundo plato, Erick.- me bajé de la mesada, abrí la heladera y tomé una bolsa de sangre.

Obvio, no pensaba en cocinar pero tampoco quedarme con hambre.

Luego volví a mirarlo, sus semblante se había suavizado pero aún seguía agitado

—Nos vemos Erick.- dije pasando junto a él y saliendo de ese lugar.

También me sentí culpable, primero había besado a Ethan y luego a Erick pero rápidamente elimine los sentimientos recordando el acuerdo con el primero.

Si debía hacerlo sentir celoso a Erick también debía poner distancia entre nosotros, entonces en medio del camino hacia las escaleras me acordé de la chaqueta.

Me giré sobre mis talones y caminé con rapidez al lugar, entré pero encontrando otra vez a Erick, él se giró y me observó confundido.

—Tranquilo, vine por la chaqueta de Ethan.- sí, el nombre fue a propósito

Su semblante se oscurecio, patio la chaqueta hacia mí con asco y desapareció del lugar.

Bien, el plan está comenzando.

Sonreí con cinismo, tomé la chaqueta y volví a salir de la cocina no sin antes recorrer el lugar con la mirada.

En segundos mis mejillas se calentaron ¡Mierda!

Me acabo de sentir una adolescente.

Caminé lo que queda del lugar hasta llegar a mi habitación, me despoje de la bendita chaqueta de Ethan pero increíblemente cómoda y de mis ropas.

Ya sin ellas, entré en mi antiguo baño y me deslicé en la ducha abriendola, de inmediato sentí el agua caliente caer por mi cuerpo haciendome estremecer.

Con mi cuerpo y cabello ya limpio, salí de la lucha envolviendome en una bata.

Mis pies sintieron el contacto frío del piso de mi habitación, busqué mi pijama favorito y me lo coloqué sintiendo esa tela suave amoldandose a mi cuerpo.

Ya en mi cama, me entregué a morfeo.

"—¡Maldita sea Alex, corre!

Me vi a mí en medio de un gran revuelo, no entendí nada tampoco podía ver con claridad, simplemente escuché cosas y ese grito me asustó, por eso le hice caso.

Corrí por todo el lugar pero de un momento a otro sentí un calor insoportable y movimientos llenos de rugidos por todos lados.

Todavia veía todo borroso y eso me frustraba.

Recordé mi sueño anterior porque otra vez escucho los mismos ruidos de antes más aquellas palabras que quedan guardada en mi memoria.

Un grito agudo de una mujer se vuelve más audible que los demás sonidos y no sé qué pero algo me hace sentir.

No es miedo, no es ganas de ayudar, no es alegría ni angustia, no es nada y no sé que hacer.

Me muevo confundida por el lugar pero quedo estática y  sonrío.

¿Cómo? No lo sé pero algo me hace sonreír."

Abrí mis ojos de golpe sintiendo el sudor empapar mi frente y nuca, me paré de mi cama rápidamente que sentí un mareo.

Suspire al sentir el contacto frío del piso con mis pies, miré mi ventana y vi que estaba a punto de amanecer.

Rápidamente tomé una chaqueta y me envolvi en ella, ya que la noche está fresca.

Caminé en silencio rezando para no despertar a nadie y salí al balcón a disfrutar del bellísimo espectáculo que estaba a punto de darse.

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Maratón: 3x3

Último capítulo del maratón, espero que les haya gustado y lamento que sean cortos pero es lo que pude hacer jajaj❤

Nos estamos leyendo!

Lola B.

Mi Bella Dama 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora