Voy por ti.

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Erick:
Luego de observar como la figura esbelta y ahora más tonificada de Alex yéndose por la puerta, me giré a mirar a Katherine.

Comenzó a soltar lágrimas escandalosas, se colgó de mi cuerpo y el suyo temblaba, no me importa como se sienta, Alexia simplemente dijo la verdad.

Suspire frustrado mientras con una mano tiraba de mi cabello, luego las moví pozandola en sus hombros desnudos, acariciando su piel que hizo que sintiera asco, porque ésta no es la piel que a mi me gusta sentir.

Ni el cuerpo que me gusta ver.

Ella alzó sus ojos y me miro, se acercó para besarme pero lo único que hice fue rozar nuestros labios, otra vez sintiendo ese asco.

No pienso dejar que me bese pero si necesito convencerla de algo, esto es lo mínimo que va a querer.

Fingiendo una sonrisa, intenté calmarla e hice masajes en sus clavícula, ellas se estremeció ante mi contacto e intentó volver a besarme pero la aleje sutilmente.

¡Como me está cansando ésta mujer!

La tomé de su brazo y la llevé con algo de rapidez hasta la mesa para hacerla sentar, hice lo mismo pero a su lado.

La miré vacilante y lleve mi mano a la suya para enredarla, un escalofrío me recorrió el cuerpo más un sabor amargo en mi boca, que hicieron darme ganas de vomitar.

Desde que nos unimos, éstos síntomas de asco me persiguieron todo este tiempo, haciendome alejar de ella y de todos porque también me carcomia la culpa de haberlo hecho.

Solté el aire por mi nariz e intenté alejar esos sentimientos, le sonreí de costado y aclaré mi voz.

-Katherine, trabajaste mucho éste tiempo, deberías tomarte el día y salir a la ciudad.- le dije con calma mientras acaricie su mano entrelazada.

Ella se estremeció haciendo que su cuerpo temblara un poco, mordió su labio inferior y me miró de arriba abajo.

—Tal vez los dos tengamos que relajarnos.- dice luego de relamer sus labios y escalando una de mis piernas con su mano.

Negué mientras corría su mano, ya que subía mas allá de lo que quiero que llegue.

—Es mi deber ¿Recuerdas? Eso es lo que juramos en NUESTRA boda.- dije recalcando que fue nuestra asi por lo menos con ello podía entrarla en razón.

—No lo sé.- su voz hizo una clase de ronroneo y se acercó más a mí con su pecho alzado.

Con rapidez, sus brazos rodearon mi cuello y su labios jugaron en ese lugar.

Pero me imaginé que era Alexia o sino vomitaria aquí, en este momento.

Mis ojos se habían cerrado y mi respiración se volvió pesada en intento de relajarme pero ella lo confundió e intentó atacarme más, acariciando mi espalda y piernas.

De un movimiento brusco la senté otra vez en su silla, ya que quería sentarse en mi regazo y la miré un poco con molestia

Crucé mis brazos sobre mi pecho y la miré fijamente.

—Katherine cuando prometiste procurar que yo siga mi trabajo, es algo que se hace de verdad, no un juego.- bufe molesto, ya quería que se fuera.

Ella me miró con asombro y tristeza pero rápidamente se compuso, yo seguía mirándola en la misma posición

—Tienes razón, un día libre no me viene mal.- su cuerpo se levantó con lentitud y de una manera sensual.

Giré mi rostro y miré hacia otro lado, enojado por sus actitudes

Mi Bella Dama 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora