Plan.

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Alexia:
Desperté con un humor de perros, hoy iba a ser el gran día y no es que me vaya a casar sino que reencontrarme con mi familia.

También por el recuerdo de aquellas palabras en el sueño que tuve hace días, por desgracia lo volví a soñar pero siguió sin ser claro, lo bueno es que no me altera para nada y por alguna razón lo disfruto cada vez que lo revivo. 

Volviendo al tema de mi reencuentro, con esos pensamientos e imaginarme toda la reunión hace que todo un peso imaginario se cargue en mis hombros o cabeza haciendo que duela. 

Senti el agua caer en mi cuerpo y luego de asearme, bajé a desayunar como de costumbre.

Tomé lugar en donde siempre y como pude ver, están o estamos todos en tensión.

La noche anterior llegamos con Mikael, claramente hoy sería su propio reencuentro con su hija y todavía no habíamos pensado que decir.

Aclaré mi garganta y los presentes me prestaron atención.

—¿Algo para hoy?- intenté eliminar esa tensión, por ahora debía seguir mi trabajo hasta que por lo menos convenzamos a Mikael.

—No, hemos pospuesto las cosas de hoy para otro día para que estes tranquila por lo de esta noche.- me avisa Jacob y le sonreí agradeciendole mentalmente.

Aproveché que Katherine todavía no llegaba y le mandé miradas a Erick, avisándole que iba a comunicarme con él metiéndome en su cabeza. 

Dime que han resuelto que decirle a tu esposa.

Escuché su suspiro y asintió ligeramente.

No te preocupes, ya lo tengo cubierto.

—Eso espero, Erick.

Corté la conexión al sentir unos tacones resonar al contacto con el suelo, miré de reojo y como supuse Katherine baja de las escaleras con tranquilidad y todavía sin notar a su padre.

—¡Hija!

Mierda, eso sonó más fraternal de lo normal.

Ella lo notó y frunció el ceño confundida pero sonriendo, claro, por pura fachada.

—¿Mikael? ¿Que haces aquí?

Eso me sorprendió, no me imaginé que lo llamara por su nombre.

—Me estaba ausentando demasiado en el consejo, así que vine.- dijo con naturalidad observando el camino que hizo su hija hasta su asiento.

—¿Y donde estabas?- preguntó con interés la pelirroja.

Los ojos de Mikael se oscurecieron unos segundos pero rápidamente le sonrió con ternura o eso intentaba.

—Salí de viaje, te dije días antes.

¡Bien Mikael, eres un completo idiota! ¿Tratarla de loca era su mejor excusa? Fulmine con la mirada a Erick y él la esquivó incómodo

—Ah... puede ser.

Al terminar de contestar la pelirroja, los cocineros interrumpieron la sala con el desayuno en manos que fueron colocando por toda la mesa.

Casi podía caerme la baba con el sabor de estas delicias.

[...] 

Con tranquilidad pase la tarde intentando relajarme o intentar olvidar lo que va a suceder en pocas horas, salí del baño y me maquille para adelantar arreglarme para la cena.

—Alex, ven al despacho de Erick, Ethan esta aquí y debe saber el plan.- Jacob interrumpió en mi habitación que en verdad no me molestaba que lo hiciera, claro, siendo él. 

Mi Bella Dama 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora