Mi Bella Dama 2.

Hugh.

Alexia:
Con Jacob ya estábamos por la tercer película, ya habíamos cenado pero después volvimos a aplastarnos para seguir viendo películas de cualquier género.

—¿Cómo que termina así?- Jacob parecía querer llorar al terminar de ver alguna estúpida película de acción

—Cállate, Jacob.- bostece en medio del regaño.

Al darse cuenta de mi cansancio, se levantó de mi cama y besó mi frente.

—Nos vemos mañana, descansa

Lo saludé agitando la mano y cuando salió de mi habitación, me acomode en la cama para dormir.

Mi mente voló hacia la primera película que vimos y mi pecho dolió.

¿Porqué mi trágica historia de amor tiene que ser por culpa de alguien más?

¿Porqué no es por la distancia y por el miedo de perderlo?

Me convertí por Erick pero no fue la solución para estar juntos

¿Que más hay que hacer?

Suspire esperando relajarme, por culpa de los recuerdos mi pecho dolía y sentía que se cerraba por cada segundo que pasaba.

Con ligereza, me levante y tomé una botella de alcohol, en estos momentos lo que más necesito es un trago.

[…]

—Alexia, ¡Despierta!- una voz fuerte y de mujer hace eco en mis oídos, lentamente abro los ojos y miro hacia la puerta

—¿Qué? Un rato más...- dije girandome al ver a Esther en la puerta

Una sacudida hace que vuelva a abrir los ojos

—Alexia, comportate como mujer y levantate- me dice gruñendo

Bufo mientras me muevo para que se aleje un poco, corro las sábanas y la miro a los ojos, ya parada junto a mi cama.

—¿Contenta?

Ella alza una ceja y se va por la puerta

—Te quiero abajo en 5 minutos.- me dice antes de desaparecer

Rodee los ojos y me metí a la ducha para bañarme rápido.

Al terminar de colocar mis botas negras junto a mi ropa, suspire peinando mi cabello y me aleje fuera de la habitación

Bajé despacio del lugar, sintiendo el silencio como si no hubiera nadie más en la mansión pero al llegar a la sala pude ver a Esther sentada en un sillón junto a un hombre que, al ver su rostro, me pareció conocido.

—Hola.- frunci el ceño, mirandolos mientras me sentaba

—Hola Alexia, mi nombre es Hugh.- un hombre de pelo oscuro pero con canas ya a la vista, con una sonrisa radiante y ojos celestes caídos, me tendía la mano para saludarme

Con confianza, tomé su mano y la estreche

—Perdone pero ¿De donde nos conocemos?- frunci el ceño mirando su mano

—Soy el jefe del clan de brujos que ayudó a convertirte en vampiresa.- su voz tranquila, lo recuerdo, eleve mi rostro y sonreí al ver la característica cicatriz.

—Hola Hugh, ya lo recuerdo.- sonreí

—Vine para saber como estabas, al final el hechizo no fue un exito.- suspiró mirandome a los ojos

—Estoy bien, no te preocupes.- me escogí de hombros, restandole importancia

—Ya lo veremos, apenas tengas algún inconveniente o dolor dímelo, no sé si habrá efectos secundarios o que puede llegar a pasar.- humedecio sus labios aún portando su semblante tranquilo

Frunci el ceño y miré unos segundos a Esther

—¿Es que no han tratado con esto antes?- pregunté confundida

¿Y que le pasó a Sam?

Hugh negó haciendo una mueca

—El hechizo es viejo, pero ésta es la primera vez que mi clan lo hace.

Solté el aire contenido e hice una media sonrisa

—¡Genia! podríamos hablar con quién ayudó a Sam a convertirse y me podrá ayudar a mí.- avisé con calma

Aquel hombre me miró con sus ojos claros totalmente confundido

—¿Cómo?- preguntó con esa expresión

—Sí, él me contó que Mérida lo convirtió pero supongo que mintió porque Sam tiene sangre cazador, él es mi primo.- narre señalandome

Me pareció raro que mi primo me haya mentido así, no me molesta porque supongo que no me quería preocupar

Hugh fruncio aún más el ceño, miró a Esther y luego a mí, repetidas veces

—Samuel no te mintió, a él lo convirtió Mérida, siendo adoptado no hay necesidad de un brujo.- él se encogió de hombros y volvió a clavar sus ojos en los míos

Sentí un balde con agua fría caer en todo mi cuerpo, comencé a temblar por la noticia, quedando en shock

—¿Qué?- apenas pude decir en un susurro

¿Adoptado? ¿Porqué no lo sabía?

—Alex, preciosa, que él sea adotado no cambia el hecho que sea tu primo, sigue siéndolo.- Esther intentó alentarme

Aclaré mi garganta y me tranquilice, volviendo a mi semblante serio

—Está bien, ¿Eso significa que soy la única híbrida?- le pregunté frunciendo el ceño

—Si.- ella asiente sonriendo

Miré hacia otro lado, ordenando mis pensamientos.

¿Y si él no lo sabe? ¿Y si no me lo dijo por miedo? ¿Y si piensa que me voy a decepcionar o que no lo voy a querer más?

Suspire frustrada y los volví a mirar

—¿Podría comer algo?

[…]

Las horas pasaron conociendo a Hugh, es un hombre agradable y podría decir que Esther piensa lo mismo.

Es alguien serio pero muy tranquilo, seguro de si mismo y de sus palabras; alguien que parece ser fuerte, leal y confiable.

—Sabes, Erick está equivocado por casarse con alguien más.- lo miré sorprendida, él me mira con compasión pero aún sonriendo

—¿Como lo sabes? ¿Como lo conoces?- pregunté varias cosas atropeyandome con la voz

—Tranquila Alexia, es un viejo amigo mío, nos conocemos de hace unos años.- sonríe, llevando su taza de café a los labios

Mis ojos se abrieron como platos recordando lo que alguna vez me había dicho Erick

—¡¿Tú escondiste con magia el pueblo de vampiros?!- afirme más que pregunté, mientras reía por la casualidad

—El mismo, ¿Erick te lo comentó?- preguntó con las cejas alzadas

—Si, la primera vez que fui allí.- aclaré mientras dejaba la taza de café terminada sobre la pequeña mesa frente a nosotros

Siempre nos mantuvimos aquí, en la sala de estar, conversando y conociendonos, a veces quedaba aparte en la conversación que llevaban los adultos o cuando se lanzaban miradas

Que si no se besan, algún día los obligare yo misma. 

Hugh se paro del sillón sonriendonos, además de todas sus virtudes es un hombre apuesto y elegante

Perfecto para nuestra Esth.

—Ya es hora de irme, me alegra encontrarte bien Alexia.- igualmente me paro y estrecho su mano en despedida.

—No te preocupes, vuelve cuando quieras Hugh.- guiñe su ojo y me aleje rumbo a mi habitación, —Ire a dormir, que descansen.

Eso hizo, al acostarme cerré los ojos para sumergirme a cualquier sueño.

Y lo de Sam lo había olvidado al punto de ya no importarme porque como dijo Esther, él sigue siendo mi primo.