O5. Ansias

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—¿Estás segura? —pregunta Alfie algo confundido.

—Completamente —respondí.

—Supongo que está bien, necesitas distraerte el mayor tiempo posible, ¿y qué mejor que asistiendo a la escuela?
—Tal vez estando allí me arrepienta rotundamente de haber aceptado pero por el momento eso quiero —Alfie sonrió. Yo me sentía una loca al haber dicho que sí iría, pero necesitaba un respiro de todo esto y relacionarme más con adolescentes de mi edad. A pesar de ser una chica a la cual el socializar nunca le ha gustado... Tener los problemas que tiene un adolescente de diecisiete en vez de los de un adulto era lo que necesitaba. Estaba cargando tanto al yo ser tan poco...

De pronto alguien toca la puerta, Alfie se dirige hacía ésta para saber de quien se trataba. Escuchó como este habla con unos hombres y pasos se adentran a la casa.

—¿Quiénes eran? —preguntó a Alfie quién de nuevo entra al living.

—Los hombres que repararán la casa, en fin. Entonces ya está, mañana mismo asistes... Tus cosas están listas, ya sabes, libretas, mochila... esas cosas —protestó y yo arrugue mi entrecejo mirándolo confundida.

—¿Ya tenías todo?

—Te conozco... Aceptarías tarde o temprano —dice riendo.

Entonces supongo que asistiría mañana.

- - -

06:12 a.m

Bajo rápidamente las escaleras con mi mochila colgando de mi hombro izquierdo. Tenia que llegar a las 07:00 a la preparatoria. Llegar tarde no era lo que me tenía nerviosa. Ni siquiera me importaba si mis maestros eran unos hijos de puta conmigo... Ellos no eran problema para mí.

Lo que me importaba quizás un poco eran mis compañeros... Odiaba sentirme sola en los recesos, e incluso el miedo de no lograr tener amigos o al menos alguien con quien poder hablar.

- - -

07:12 a.m

Toco ligeramente la puerta del salón de clases con mis nudillos y de inmediato el profesor abre la puerta fijando su vista en mí con una mueca en el rostro.

—Llega tarde —murmura el viejo algo molesto. Entro sin siquiera pedir permiso y poso mi vista hacia todos mis compañeros de clase.

—Siéntate donde gustes y déjame seguir con la clase —susurró éste para que solo yo pudiera escuchar. Asentí y visualice un asiento junto a una chica de cabello blanco y conjunto purpura... A su lado izquierdo estaba otro chico. Se parecían demasiado.

Me acerqué a su asiento derecho restante y me senté dedicándole una leve sonrisa a la albina.

—¡Mucho gusto, mi nombre es Marionette! —gritó la chica, el profesor la miró indicando que guardara silencio y ella lo hizo con una gran sonrisa—. Supongo que tendré que susurrar... —me dijo.

—Sí... supones bien, mi nombre es _____, soy nueva en este lugar.

—Lo noté, bienvenida, ella es mi hermana, Puppet —dijo señalando a la chica... que tenía al lado. Puppet me sonrió mientras yo la miraba aún confundida.

—Pero... É-él... —dije y Marionette me interrumpió—No él, ella... —dijo con un brillo en sus ojos y una voz chillona.

—Bien... si tú lo dices —escuché como "ellas" reía ante mi comentario. Saqué mis cosas y mientras escuchaba la aburrida clase de geografía aproveche un poco para ver a mis compañeros de clase.

Todos eran tan raros... la mayoría tenía el cabello de algún color fantasía... mientras una aquí con un color común y corriente. A excepción por los rubios y rubias. O tal vez estaban teñidos... Y unos castaños. Entre otros colores que eran normales para mí. Pero fuera de eso había rosa, azul, morado, verde... Uff.

Entre más veía a mis compañeros me percaté de algo que me dejó paralizada y confundida a la vez.

Un chico... Que se parecía bastante a Fred. Sólo que él era castaño y tenía ojos azules... algo normal ya que Fred a diferencia de él, los tenia bastante extraños.

—Pero que demonios... —susurré viendo al chico.

—¿Qué? —preguntó Marionette, al parecer me escuchó.

—Nada... Oye, ¿cómo se llama ese chico? El castaño —pregunté. Ella me miró pícara ante la pregunta mientras yo rodaba los ojos algo fastidiada por su expresión.

—Freddy, ¿por qué? ¿Te interesa? —dijo levantando y bajando sus cejas bastante pícara.

—No... Sólo creo que lo vi en alguna parte antes —mentí.

Más te vale escuché decir, esa voz no era del exterior si no que la escuché dentro de mi cabeza.

—¿Te sientes bien? —preguntó Marionette algo preocupada.

—S-sí —en realidad, me sentía todo menos bien.

¿Me extrañaste amor? —me quedé paralizada al escuchar la voz de Fred. Éste idiota... estaba dentro de mi cabeza.

—Profesor, ¿puedo ir al baño? —pregunté en voz alta y con una falsa sonrisa en el rostro. Él asintió y rápidamente salí del aula de clases.

No iría al baño...

Fui al patio trasero, no había nadie en el lugar ya que todos estaban en clases.

—¿¡Dónde jodidos estás!? —grité histérica a la nada.

En tu cabeza, querida...

—Ni que fueras piojo, ¡Sal ahora mismo!

Escuché como bufo y mágicamente aparecía frente a mí, me sentí mareada al instante pero volví a sentirme estable enseguida.

—¿Cómo haces eso? —pregunté viéndolo un poco borroso.

—Ya te dije, eso es una de las cosas que puedo hacer... ¿Creíste que te dejaría sola ir a la preparatoria con tanto chico dentro? No querida. Aparte, no me quedaría sólo en casa todo el día esperando a que volvieras.

—No necesito que me acompañes... puedo cuidarme sola, eres un acosador —bufé—, necesito volver a mi clase

—Te acompaño —dijo sonriente.

—No, tú... —dije señalándolo tratando de encontrar algún adjetivo calificativo para lo que sea que fuese él, pero no encontré nada bueno— Chico raro... Irás de vuelta a casa, no te quiero aquí, ni en mi cabeza...

—No me iré.

—Como sea, al menos no cerca de mí, y, ¿ese chico, Freddy? ¿Por qué demonios se parece tanto a ti? —pregunté irritada. Fred me miro serio y suspiro. Al parecer sí lo sabia...

—Yo soy el Shadow de ese chico, te lo dije... todo lo contrario a él —me lo esperaba pero aún no lo digería tan bien. Era extraño.

—Fred, ¿en qué maldito momento se te ocurrió aparecer en mi vida...? Yo quería una vida normal. Y no, conozco a un chico raro que me acosa, una casa que parece del siglo dieciocho o menos y conozco chicos raros con pelo extrañamente lindo... —Fred arqueó una ceja viéndome como si estuviera loca. Y la verdad lo estaba, pero ya no sabía que pensar sobre todo esto.

—Ya no puedo regresar. Así que aguántame, cariño —sentí de vuelta un mareó y Fred ya no estaba frente a mí.

—Me las vas a pagar cuando lleguemos a casa... —susurré molesta.

Eso me agrada, estoy ansioso por saber que harás conmigo.

—Jodete Fred...

Mi Chico {Fred & Tú}  #O1 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora