—¿¡Qué!? ¡Esto debe ser una puta broma! —grito Alfie con rabia— ¡¿Cómo es que ganó él?!
—Alfie, le pido que mantenga silencio y se retire —dijo el juez pero Alfie se dirigió a él decidido plantándole un puñetazo en el rostro. Los guardias comenzaron a correr hasta Alfie tomándolo de los brazos y alejándolo del juez.
Este se tocaba el golpe mientras veía con el ceño fruncido a Alfie.
—¡A usted y todos estos cerdos los han comprado! ¿¡No le da vergüenza!? —gritaba pataleando y forcejeando para zafarse de los guardias.
—Llévenselo —ordenó el juez con semblante firme. Rápidamente corrí hasta Alfie dejando atrás el temor que sentía. Los guardias trataban de llevárselo de la sala pero él daba batalla, en cuanto me acerque dejó de hacerlo y los guardias me miraban frunciendo su entrecejo confundidos.
—¡No se lo pueden llevar así! —le grité al juez.
—Ha pasado por sobre la autoridad, no tengo más opción que llevarlo a una celda hasta que se tranquilice y pague lo que hizo.
—Oh, ¿así que ahora trata de hacer lo correcto? —le pregunté irónicamente, él me miraba seriamente mientras el silenció se presentaba en la sala.
—La autoridad es una mierda, ya veo que ni su respectivo trabajo saben hacer bien —proteste sintiendo mi sangre hervir del coraje.
Me di la media vuelta y me acerqué a Alfie dándole un abrazo, no pude evitar soltar algunas lágrima al verlo así.
—Todo esto es mi culpa... —le dije entre sollozos.
—No pequeña, en cuanto salga de aquí iré a buscarte y nos iremos de aquí, lo prometo —me susurró, cuando me dijo que lo prometía, sentí por un momento que se haría realidad.
En cuanto lo solté, los guardias se lo llevaron mientras que Alfie ya no daba batalla y solo se retiraba viéndome con una tenue y agria sonrisa en su rostro.
Me di la vuelta encontrándome con Nahel y su ceja arqueada con un semblante serio y a la vez tan divertido.
—Vaya escena... —rió— Pero esa promesa no se hará realidad. Nos vamos, _____ —Un hombre vestido de traje se acercó a mi lado tomando mis hombros, quizás era para que no escapara. Quizá eso iba a hacer.
Nahel comenzó a caminar dándole una leve sonrisa al juez; una sonrisa cómplice.
Este lo miro serio mientras que yo pasaba por su lado y veía como movía sus labios tratando de decir lo siento, lo mire sería negando con mi cabeza mientras volvía a ver hacía el frente a Nahel quién nos estaba dirigiendo a una limusina negra.
Estaba extrañada por eso, ¿de dónde sacó Nahel dinero para comprarse semejante cosa? Hasta donde yo sabía y tenía entendido, Nahel nunca pidió su parte de la herencia.Nahel subió a la limusina mientras el hombre me abría la puerta y me obligaba a entrar con solo la demandante mirada que me daba.
Mientras el hombre se alejaba, pocos segundos después él ya estaba conduciendo la limusina mientras que mi mirada sólo estaba en la ventana y la carretera.
Por pocos segundos, a veces miraba a Nahel por el rabillo del ojo, estaba a mi lado mirando también hacía la ventaba sin poner atención a otra cosa.
Eso me hacía sentir cierta tranquilidad, no estaba enfocado en mí y era lo que consideraba lo mejor, o eso al menos por ahora.
Pocos minutos después, la limusina se detuvo en una especie de mansión, no estaba segura si lo era ya que sólo estaba viendo la fachada, pero para mí era gigante con tan solo ver eso.
Por un momento creí que aquí bajaría, hasta que Nahel le pidió al chofer que lo esperara unos minutos y me vigilara el perímetro del lugar.
Al parecer aquí no era... Pero entonces, ¿qué demonios hacemos aquí?
Minutos después de tanto esperar, Nahel llegó sentándose de nuevo a mi lado; llevaba consigo un maletín. La intriga me mataba por saber qué había ahí dentro...
—¿Q-qué hay ahí? —pregunte tartamudeando por los nervios y la mirada con una sonrisa de lado de parte de Nahel.
—Eres una pequeña entrometida. Pero bien... —dijo soltando un suspiro abriendo un poco el maletín, me da una última sonrisa abriéndolo por completó dejándome ver dolares en todo el maletín y ordenados a la perfección en este.
Abro mis ojos exageradamente repasandome una y otra vez el como es que consigue tanto dinero. Me pasaba la idea de que Nahel estaba en algunas cosas malas... Como la mafia o traficante de órganos, yo que sé, algo así. O quizás yo era la loca aquí con esas ideas.
—¿Cómo consigues tanto dinero? ±me atreví a preguntar.
—Haces demasiadas preguntas —responde frío viendo hacia el frente, eso me da a entender que debo callarme. Y así lo hago, no me quería meter en más problemas.
Minutos después, la limusina vuelve a parar, de nuevo, una mansión. Solo que esta se veía el doble o el triple más grande que la anterior.
—Baja ahora —me ordenó y yo lo hice visualizando mejor la gran casa y mi alrededor, no era muy diferente a donde vivía antes, sólo que éste nuevo lugar tenía a mis espaldas un gran bosque con grandes pinos, su profundidad y oscuridad me causaban escalofríos provocando que me abrazará a mí misma. El frío y los escalofríos me hacían recordar a Fred, cuando me abrazaba me hacia sentir la misma sensación.
El chofer estaciona la limusina a unos pocos metros de nosotros, Nahel camina hasta la mansión mientras el chofer apenas estaba bajando de la limusina...
Sentí la sensación de que alguien más estaba observándome. Por inercia volteé hacía atrás, donde se encontraba el bosque, de donde sentía que venía esa mirada penetrante.
Mire de nuevo a Nahel y al Chofer, estaban distraídos.
El momento perfecto para escapar.
Corrí hasta el bosque como si mi vida dependiera de ello, escuché detrás de mí como corrían, Nahel y su chofer gritaban diciendo que volviera, pero ni loca lo haría. Al parecer distraerse cuesta.
Seguí corriendo adentrándome en el bosque aún más, la oscuridad de este comenzó a hacerme sentir más escalofríos, me detuve poco a poco hasta que comencé a caminar. Los gritos y pasos detrás de mí ya no se escuchaban a excepción de mi respiración agitada de tanto correr.
La oscuridad ya estaba cayendo y el frío estaba aumentando, no sabía a donde ir... Estaba perdida.
Me senté al lado de un gran pino abrazándome a mí misma tratando de cubrirme del frío, era insoportable, incluso más la oscuridad que ya estaba en todo el bosque.
«¿Cómo terminé así?» Me pregunté a mí misma en mis adentros.
—Todos a los que quería, los perdí... —susurré sintiendo el como comenzaba a tiritar.
Todo lo que tenía, lo perdí.
Todo lo que era, no me servía.Porque yo fui la responsable de la mayoría de esto, me lo estaba repitiendo tantas veces que incluso se estaba comenzando a sentir como si yo en realidad hubiese nacido para atraer problemas y alejar felicidad incluso a los que me rodean.
—No los perdiste a todos... Yo aún sigo aquí, si te sirve —escuché, levante la mirada reconociendo esa irritante pero hermosa voz frente a mí.
Mis ojos se cristalizaron observando su leve sonrisa y brazos abiertos a la espera de corresponderlos.
Lo hice, lo abracé lo más fuerte que pude comenzando a llorar en el hueco de su cuello. Lo extrañaba, extrañaba a Fred.
Extrañaba tenerlo conmigo.
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Mi Chico {Fred & Tú} #O1 ✔️
Hayran Kurgu«Él era como una sombra la cual siempre me seguía... siempre lo hizo y lo seguiría haciendo» Primer historia de la trilogía: "Sombras" #01 en fredxtu 29/12/22 #23 en Shadow 25/10/18 #03 en fnafhs 10/05/18