13. Confusión

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“Un simple impulso” eso dolió.

—Así que... Sólo eso.

—Sólo eso —replicó él—. Necesito irme ya, nos vemos mas tarde, _____ —dijo cortante, me dio una última mirada fugaz con esos ojos profundamente naranjas.

Y salió.

Me sentía extraña, estaba confundida y cada vez más me quería hacer creer eso...

Subí hasta mi habitación y me recoste sobre la cama, estaba fría. Todo se sentía y se veía lúgubre.
Me sentía sola y confundida sobre todas las cosas posibles y eso me hacía caer en una pequeña depresión.
—No te ves bien, y si no estas a la defensiva conmigo al lado no es divertido jugar — escuché, no lograba verlo pero su voz la escuchaba y perfectamente bien.

—No quiero jugar...

—Lo sé.

—Entonces vete de aquí, estúpido pálido.

—No quieres que me vaya —respondió serio.

—Te lo acabó de pedir, no sé en que parte escuchaste que dije que te quedarás.

—No necesito que me lo digas, sé que en verdad no quieres estar sola, y que estas confundida —respondió, mi piel se erizó mientras visualizaba mejor la silueta del azabache recargada en una de las esquinas.

Veía al techo con ambas manos metidas en los bolsillos y con una mirada completamente diferente a la de siempre, sus ojos transmitían serenidad, algo muy distinto a los ojos llenos de lujuria y diversión que solía tener.

—¿Cómo sabes que estoy confundida?

—¿Qué cómo sé, dices? —una sonrisa de lado se plasmó en su rostro mientras que poco a poco se desvanecía dejando solo un rostro lleno de seriedad y tristeza.

—Así es... —contesté insegura.

—Pues... Se nota. Y no quise ser entrometido pero logre ver tu rostro ahí abajo. Cuando él te dijo que fue sólo un impulso, un simple error en pocas palabras —dijo, se encogió de hombros mientras volteaba a verme esta vez —. Te dolió, y lo sé porque tu rostro no engañaba a nadie, sólo a ti. Que te apuesto aún sigues con ese recuerdo repitiéndote muchas veces y tratando de que te entre en la cabeza que sólo estas confundida y se te pasara luego. Pero no, ¿sabes? Eso no se irá. Seguirá ahí hasta que te estés volviendo loca y al final tengas que aceptar que nada de esto es confusión, si no que no aceptas que... —hizo una breve pausa, su mirada llena de seriedad se dirigió al suelo negando levemente con la cabeza — No aceptas que estas enamorada. De él.

—No lo estoy...

—No me engañes a mí. No puedes —alzó el tono de su voz drásticamente mientras su mirada volvía a clavarse en la mía. Sus extraños y hermosos ojos estaban levemente cristalinos.

El silenció en la habitación hizo que la tensión aumentará y nuestras miradas aún siguieran conectadas.

—No sé porqué pierdo mi tiempo aquí contigo. Los humanos no tienen remedio para estas cosas... —murmuró para luego desaparecer.

No sabía que había pasado pero todo lo que me dijo era verdad... Y también sentía algo mal. Tanto en él como en la confusión que sentía.

- - -

Bajaba las escaleras con paso lento, escuchaba el rechinar de éstas con cada paso que daba y aunque para muchos esto sea irritante, para mí en ese momento me resultaba tranquilizante.

Me dirigí al living, tenía la mirada pérdida y mis pensamientos en otro lado pero sin embargo pude notar la presencia de Alfie revisando unos papeles en uno de los sofás.  Acababa de despertar, su cabello negro estaba fuera de su lugar y unas ojeras levemente marcadas se asomaban debajo de sus ojos.

—Buenos días —dijo, no dejaba de ver sus papeles pero ya había sentido mi presencia ahí. 

Sin embargo lo ignoré por completo y me recoste en otro sofá.

—Odio que no me respondan...

—Odio que odies muchas cosas —respondí.

—Tal vez tengas razón —soltó un suspiro— . Escucha, necesito salir de nuevo. Sé que odias eso pero esta vez iré a preguntar por un buen abogado por aquí e ir a arreglar algo en el banco, con eso de si Nahel se quedara con la mitad... Necesitó saber exactamente cuanto dinero perderás.

—Ya me dejaste sola ayer, dijiste que no volverías a hacerlo —me quejé.

—Lo sé y lo lamento. Pero y después para compensarse todo el tiempo que te dejé sola puedo comprar pizza. La comeremos juntos en la cena si es que te parece, ¿de acuerdo?

—Aún así estaré sola.

—Necesito salir, es importante. Te prometo que ésta vez será la última —lo pensé varios segundos hasta que recordé algo...

Flashback

¡Salta! —gritaba Alfie con apenas doce años, la pequeña _____ que lo miraba sentada sobre la rama del gran árbol, se sostenía con fuerza de éste mientras Alfie aún intentaba convencer a ____ de saltar.

—¡Si lo hago caeré!

—¡No, no lo harás! —insistió él— Lograste subirte, puedes bajarte.

—No puedo... —respondió, sus ojos estaban rojizos y apuntó de echar a llorar.

—¡Salta, yo te atraparé!

—Mentira, ¡me dejarás caer!

—Te prometo que no lo haré, _____, sólo salta.

—¿Lo prometes...? —preguntó, su voz se escuchaba aún más segura y la fuerza aplicada en sostenerse había disminuido.

—Cada vez que te prometa algo ten por seguro que nunca lo romperé... Porque una promesa es una promesa, ¿de acuerdo?

—De acuerdo...

Fin De  Flashback

Recuerdo que salté y él me atrapó como lo prometió... Y algunas otras veces me lo seguía recordando.

—Está bien, sólo ésta vez —contesté.

—Llegaré temprano, tranquila.

- - -

—Sólo una hora más...  —me dije a mí misma. Estaba muriendo de hambre y Alfie llegaba en una hora según el mensaje que me envió. No había nada en la cocina y esperar a que llegara con la pizza estaba siendo una tortura.

Veía la TV con la esperanza de perder tiempo, hasta que escuché el timbré.

—Por un demonio... —dije levantándome del sofá. Me paré frente a la puerta soltando un suspiro cansado y dándole vuelta a la perilla con cierta pereza.

—Hasta que por fin puedo verte sin tanto escándalo, hermanita.

De nuevo... el pánico me invadió.

Mi Chico {Fred & Tú}  #O1 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora