35. Curiosidad -P

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Alfie se fue unas horas después, sólo lo que acordó con Nahel.

Alfie pidió el segundo día de visita para mañana, insistió en eso ya que, según él, "teníamos muchas cosas de que hablar" Y yo lo acepté, no me importaba mucho el que gastara el segundo día mañana.

Y ahora que él se había ido, me aburría al extremo en la mansión. Nahel no estaba, de todos modos ni lo llamaría, los guardias son como estatuas los cuales no hablan ni respondían si les dirija la palabra, el mayordomo sólo insiste en servir y prefiere no tener alguna conversación conmigo.

Mientras caminaba por los pasillos en busca de algo que hacer, una puerta a la cual nunca había entrado me llamo bastante la atención, era distinta a todas las demás, a diferencia de otras, esta estaba libre de guardias y con tan sólo ver la fachada se veía realmente delicada.

Mire a los dos lados del largo pasillo buscando algún guardia o alguien más que me viera, pero, nadie estaba vigilado. Sólo era yo y la rara habitación.

Di un paso al frente replanteándome el si entrar o no, ¿qué tipo de cosas había dentro? o ¿qué consecuencias tendría si entro?

Mi aburrimiento era tan jodidamente grande, que decidí entrar sin siquiera replantearmelo.

Abrí la puerta escuchando un leve chirrido de parte de esta, en cuánto logré asomar mi cabeza lo suficiente, pude ver una enorme cama, incluso más grande que la mía.

Las paredes blancas junto con los grandes ventanales, las cortinas grises que parecieran bordadas a mano, la pequeña sala y cojines de terciopelo grisáceo, todo estaba hermoso en ese lugar.

Entré fascinada por el lugar, no me importaba mucho ya el que alguien me encontrara aquí.

Caminé por la gran habitación observando cada detalle, cada pequeña cosa que había en ella.

Me acerqué al tocador el cuál tenia varios perfumes y cepillos para el cabello. No había mucho en este a excepción de un pequeño cofre hecho de madera con una cerradura. Lo tomé entre mis manos agitándola levemente al lado de mi oído; tratando de adivinar que se encontraba dentro. Sin embargo, no escuchaba mucho...

Aún así, mi curiosidad me llevó a abrir los cajones del tocador en busca de la que se suponía era una pequeña llave. Dentro sólo habían varios documentos y camisas muy bien planchadas y dobladas de hombre, perfumadas con un olor a menta que llegaba a mis fosas nasales haciéndome inhalar tratando de aspirar más de ese olor adictivo.

No necesitaba más pruebas para saber que esta era la habitación de un chico, y que efectivamente era la de Nahel. Nadie más que él tendría una habitación así en una casa como esta en la que todas las demás parecían mierda si tan solo vieran esta que era como una suite presidencial.

Mientras más escarbaba entre la ropa, menos me sentía cerca de la llave la cual me urgía por encontrar. Cuando estaba a punto de darme por vencida, una pequeña cosa resplandeció al lado de una de las muchas camisas, rápidamente abrí paso con mis manos hasta que por fin pude observar la pequeña llave.

Una sonrisa ladeada se dibujo en mi rostro al observarla a ella y a su diminuto tamaño, sin pensarlo dos veces, dirigí la llave a la cerradura y con cuidado le di vuelta haciendo que por dentro se escuchara un crujido al instante. Al abrir la pequeña caja, fotos, cartas y un collar de oro se dejaron ver en esta, el collar era al extremo hermoso, con su diminuto diamante en el centro el cual brillaba como si tuviera una luz en su interior y su tamaño, pareciera ser para una niña pequeña...

Dejé el collar sobre el tocador mientras veía varias fotos de él con otros chicos, las cartas que habían ahí, eran pequeñas y no tenían el nombre de la persona a quien se dirigían.

Mi Chico {Fred & Tú}  #O1 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora